El segundo proyecto televisivo de Marvel para Disney Plus se anunciaba en sus tráilers como una divertida y entretenida suerte de buddy movie. El legado del Capitán América tras los sucesos de Endgame se dilucida en Falcon y el Soldado de Invierno. Desde el 19 de marzo de 2021 se puede ver en Disney+.
Crítica de 'Falcon y el Soldado de Invierno'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Falcon y el Soldado de Invierno
Título original: The Falcon and the Winter Soldier
Reparto:
Anthony Mackie (Falcon)
Sebastian Stan (Bucky Barnes)
Emily Vancamp (Sharon Carter)
Daniel Brühl (Baron Zemo)
Desmond Chiam (Dovich)
Wyatt Russell (John Walker)
Erin Kellyman (Karli Morgenthau)
Dani Deetté (Gigi)
Indya Bussey (DeeDee)
Año: 2021
Duración: 60 min.
País: Estados Unidos
Director: Kari Skogland
Guion: Malcolm Spellman, Derek Kolstad, Michael Kastelein. Personajes: Stan Lee, Jack Kirby
Fotografía: P.J. Dillon
Música: Henry Jackman
Género: Acción. Fantástico
Distribuidor: Disney+
Tráiler de 'Falcon y el Soldado de Invierno'
Sinopsis
Siguiendo los eventos de 'Vengadores: Endgame', Sam Wilson/Falcon y Bucky Barnes/Soldado de Invierno se unen en una aventura global que pondrá a prueba sus habilidades - y su paciencia. (Disney+)
Dónde se puede ver la miniserie
Cómics inspiradores
La etapa de Ed Brubaker al frente de la colección de cómics del Capitán América es la más destacada de las últimas décadas y una de las referentes en su historia. En ella el guionista retoma la figura del Soldado de Invierno, reinventándolo por completo. Como es habitual en sus obras, la saga tiene un aire noir y narra en parte la cuestión del legado tras la desaparición de Steve Rodgers.
Por otro lado, la etapa de Nick Spencer en Capitán América narra los problemas a los que se enfrenta Sam Wilson al hacerse cargo del escudo.
Ambas obras, entre otras, son inspiradoras para la creación de la serie, aunque en este caso sea como punto de partida.
Legado en forma de escudo
El tema central de la serie parecía ser la invisibilidad de ciertas figuras en los Estados Unidos a lo largo de su historia. El nombramiento de Sam Wilson como Capitán América y las constantes dudas del propio Wilson al respecto de su capacidad, sumadas a las que llegan desde el exterior, podrían haber sido un hilo conductor muy interesante. La convicción de Wilson frente a las exigencias de Bucky y de todo un país nos llegan con cuentagotas y a través de diálogos principalmente. No existe una intención de mostrar visualmente un conflicto que podría haber sido muy rico.
Lo que significa la figura del Capitán América y los valores que debería representar ha ocupado numerosos arcos en los cómics. Aquí queda la sensación de que a pesar de querer situar a Sam Wilson en el centro, las reflexiones sobre Steve Rodgers son demasiado recurrentes. No puedes limitar la gran lección a un monólogo de Wilson en varios planos.
Otro foco de atención que se nos muestra a través de pinceladas es la situación de los refugiados. El retorno de todas aquellas personas desaparecidas genera un problema a nivel global que tiene paralelismos muy interesantes con nuestra realidad. Pero finalmente nos quedamos con la sensación de no saber mucho y de haber reflexionado aún menos.
Los capítulos siguen una estructura narrativa muy similar, una parte inicial en la que se insinúa alguna de esas líneas narrativas inconclusas y una parte final con escenas de acción. El problema con esas escenas de acción es que en muchos casos no están justificadas y parecen servir como señuelo más que como parte integrada en el conjunto.
Efecto Marvel
Es difícil no encontrar un proyecto audiovisual de Marvel que prometa durante su inicio una cantidad ingente de narrativa a desarrollar. Y es incluso más complicado encontrar alguno que lo llegue a mostrar en su totalidad y de una manera interesante. Eso es lo que vuelve a ocurrir con Falcon y el Soldado de Invierno, que durante sus cuatro episodios iniciales nos va planteando muchos interrogantes, resueltos parcialmente y de modo muy acelerado en el final.
La producción conjunta de Marvel con Netflix fue duramente criticada, por acabar componiendo temporadas excesivamente largas con una narrativa no demasiado rica. Y podríamos argumentar que por el momento la diferencia entre aquellas producciones y estas solamente se encuentra en la inversión económica tras unas y otras.
La ausencia de un enemigo claro no tendría por qué ser un punto negativo. Sin embargo el no desarrollar la figura que ejerce como contrapunto a los protagonistas no favorece el conjunto. Es otro problema recurrente en las producciones Marvel, héroes muy definidos, pero carentes de una figura que ofrezca el contrapeso necesario.
Efervescencia
Falcon y el Soldado de Invierno apuntaba en muchas direcciones pero no llega a ninguna de ellas. Ni siquiera funciona como buddy movie. No se trata de exigir que los productos sean lo que los espectadores desean. Pero sigue resultando molesta la intención constante de Marvel de convertir sus obras en una sucesión de insinuaciones que nunca se llegan a realizar, para acabar con finales muy explosivos y llamativos que nos hagan olvidar lo que no se desarrolla.
La interconexión puede ser interesante, pero no hasta el punto de convertirse en el eje central de cada obra, con la consecuente disminución de interés narrativo que conlleva. Es el mismo tipo de línea creativa que Marvel lleva utilizando en los cómics durante décadas y ahora ha trasladado a la creación audiovisual. Conseguir que lo importante sea la maquinaria, a costa del sacrificio de cada una de las piezas.
Ya que Falcon y el Soldado de Invierno nos lanza una reflexión final sobre figuras ocultas en la historia, no estaría de más que la empresa se acordara de los creadores de sus obras y personajes de un modo más material que mencionándolos en los títulos de crédito.
Únete a nuestro CANAL DE TELEGRAM
