Guardaespaldas es una producción británica escrita y dirigida por el guionista, productor y director británico Jed Mercurio en 2018. Este thriller policiaco en formato de miniserie de seis episodios, trata la historia de David Budd, un veterano de guerra que trabaja como especialista de protección para una ministra que tiene una ideología política contraria a la suya.
El debut de Guardaespaldas fue sin duda un hito histórico. El mejunje final de la serie es un cúmulo de buenas decisiones, buenos actores y una buena trama. De todas formas, debemos resaltar a su más que reconocido actor protagonista Richard Madden (que os sonará por el papel de Robb Stark) o por el creador de Line of Duty, Jed Mercurio. El estreno en Netflix fue seguido por 10,6 millones de espectadores en Reino Unido y supuso un 40% de share.
Crítica de 'Guardaespaldas'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Guardaespaldas
Título original: Bodyguard
Reparto:
Richard Madden (David)
Keeley Hawes (Julia)
Stuart Bowman (Hunter-Dunn)
Tom Brooke (Andy)
Claire-Louise Cordwell (Kim)
Vincent Franklin (Mike)
Nicholas Gleaves (Roger)
Pippa Haywood (Craddock)
Stephanie Hyam (Chanel)
Gina McKee (Sampson)
Paul Ready (Rob)
Richard Riddell (Tom)
Sophie Rundle (Vicky)
Año: 2018
Duración: 60 min.
País: Reino Unido
Director: Jed Mercurio (Creador), Thomas Vincent, John Strickland
Guion: Jed Mercurio
Fotografía: John Lee
Música: Ruth Barrett, Ruskin Williamson
Género: Thriller. Drama
Distribuidor: Netflix
Tráiler de 'Guardaespaldas'
Sinopsis
Guardaespaldas se desarrolla en la trastienda del poder y cuenta la historia de David Budd (Richard Madden), un temperamental héroe de guerra que trabaja para la policía de Londres como escolta personal. Tiene que proteger a Julia Montague (Keeley Hawes), una ambiciosa ministra de Interior que lo pone en conflicto con el deber por cuestiones ideológicas. Sí, es responsable de su seguridad, pero al mismo tiempo podría ser su mayor amenaza. (Netflix España)
Dónde se puede ver la serie en streaming
Guión y trama
Guardaespaldas es una miniserie que mantiene al espectador enganchado a la pantalla desde el minuto en que conocemos a David Budd. Él es un exveterano de guerra que viaja con sus hijos en un tren donde está a punto de suceder un atentado terrorista. El primer capítulo es un ejercicio magistral de dosificación de la información que lleva al espectador de cabeza al botón de siguiente episodio.
En este sentido, Guardaespaldas consigue mantener la tensión gracias a distintas tramas, entre las que destaca la relación con la ministra de interior que se posicionó a favor de la guerra de Afganistán. Aunque en la vida real sería imposible que sucediera tal cosa, como espectadores permitimos algunas faltas de veracidad a favor de una buena dosis de adrenalina.
La trama de la serie va menguando mientras avanza. Conforme van progresando los capítulos, se vuelve cada vez más inverosímil y el protagonista divaga entre todos los frentes que tiene abiertos. Aun así, Guardaespaldas se caracteriza por un cúmulo de giros de guion donde todos los personajes pueden ser aliados o villanos a la vez.
La dupla Richard Madden y Keeley Hawes
“Yes, ma’am”. Quedaos con esta quote porque la escucharéis varias veces de la boca de David Budd, un ex veterano de guerra interpretado por Richard Madden. Sin entrar en detalles, la capacidad de este actor para transmitir emociones simplemente con apretar un poco la mandíbula es espectacular.
Además, la química que tiene con Keeley Hawes, quien interpreta a Julia Monogue, ministra de interior, y os sonará por interpretar a Lindsay Denton en Line of Duty, es espléndida. Sin más añadidos, las interacciones entre los dos personajes son intensas, denotan una tensión constante y no solamente sexual. Ambos representan ideales contrariados, pero que están forzados a llevarse bien y a entenderse.
Esto, que podría suponer una falta de veracidad, es uno de los puntos más fuertes de la serie. Las interacciones ante las cámaras, las acciones fuera de la formalidad y las conversaciones alejadas del foco mediático, conforman una creciente tensión que atrapa al espectador.
Un gran éxito respaldado por un contexto socio-cultural concreto
El éxito en Gran Bretaña fue apabullante. Igualmente, se presenta el interrogante sobre si fue exclusivamente debido a la serie en sí misma o sí se vio favorecida por el contexto socio-cultural. Guardaespaldas se estrenó en una atmósfera condicionada por un malestar generalizado entre las fuerzas del Gobierno. Por tanto, el contexto socio-cultural en la ficción se vio reflejado con la realidad y podría haber jugado un papel decisivo en el éxito de la serie.
El final provocó en muchos espectadores un sabor agridulce. No solo por un giro que no está soportado por una bases bien plantadas, sino porque se vio afectado por una polémica islamofóbica.
La polémica se encuentra con el personaje de Nadia, quien se nos presenta en el primer capítulo como una terrorista “más” que lleva un artefacto explosivo atado al cuerpo. Gracias a David Budd, el héroe del pueblo, entiende que sus acciones no son correctas y finalmente no activa el artefacto.
El caso es que varias personas, entre las que destaca el humorista Hasan Minhaj, se han posicionado en contra de este personaje. Argumentan que está escrito como un completo estereotipo y que denota dos clichés que existen en Europa sobre el Islam: Primero que la mujer siempre vive oprimida por un marido machista y segundo, deja al personaje en una posición de desalmada terrorista sin más matices.
Conclusión de 'Guardaespaldas'
Guardaespaldas es una serie que tiene todas las características de un thriller policiaco de alto nivel. Además, pese a que los capítulos son algo extensos para su densidad, una vez entras al primero no escapas de las garras del director. Asimismo, otro detalle a resaltar, es que aunque todo fluya a través del protagonista, se siente como si el mundo de la serie y las tramas secundarias, avanzasen sin la necesidad de éste.
Por tanto, si os apetece un maratón policiaco, una trama pegadiza y mucha tensión, no dudaría en teclear Guardaespaldas en Netflix.
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