"Teatro en vilo” es la compañía que se ha encargado de lanzar Hoy puede ser mi gran noche. Noemí Rodríguez, acompañada por Darlene Rodríguez, es la intérprete principal y la escritora de este texto tan personal. Un monólogo cómico musical, dirigido por Andrea Jiménez, con un giro final inesperado que si eres un poco sensible no podrás evitar que te salte una lágrima o dos. Una obra original que se estrenó en la sala Jardiel Poncela del Teatro Fernán Gómez el día 17 de febrero y de la cual podrás disfrutar hasta el 28 de este mismo mes. Mi consejo es que, cuanto menos sepas de esta obra antes de ir verla, mejor. Así que solo te voy a contar lo justo.
Título: Hoy puede ser mi gran noche Título original: Hoy puede ser mi gran noche
Reparto: Noemi Rodríguez Darlene Rodriguez
Duración: 65 min. apróx. Dirección: Andrea Jiménez Dramaturgia: Noemi Rodriguez Escenografía: Mónica Boromello Iluminación: Miguel Ruz Velasco Vestuario: Paola de Diego, Sigrid Blanco y Candela Iváñez Coreografía: Amaya Galeote Música: Lise Belperron Ayudante de dirección: Macarena Sanz Ayudante de escenografía: Jimena Eichelbaum Vídeo: Ro Gotelé Fotografía: Danilo Moroni & JC Toledo Asesoría Dramatúrgica: Eva Redondo Prensa: María Díaz Distribución: Proversus/Isis Abellán Producción: Teatro En Vilo
Tráiler de 'Hoy puede ser mi gran noche'
Sinopsis de 'Hoy puede ser mi gran noche'
En Hoy puede ser mi gran noche, la actriz, acompañada de una músico en escena, se despliega en múltiples voces para hacer un viaje al pasado con el fin de entender esa extraña amalgama que resulta de lo que un día quisimos ser y lo que somos. Esta es una obra divertida, valiente y profunda. Una celebración de lo que ya no está, de lo que pudo ser y no fue, un canto a los perdedores, a los que nunca dejan de esperar su momento.
Un relato desgarrador donde Teatro En Vilo vuelve a desplegar toda la elocuencia de su poética teatral, la irreverencia, la ternura y el humor para acercarnos a la batalla de una mujer que se pelea entre lo extraordinario y lo ordinario, la hazaña y la derrota, el deber ser y la felicidad verdadera. (TEATRO FERNÁN GÓMEZ).
Un pequeño pueblo de Galicia
El padre de Noemí es cantante de orquestas en las verbenas de pueblo y sueña con que su hija sea una gran estrella, la gran estrella que él no pudo ser. Noemí, con ayuda de su hermana al teclado, narra los hechos de su infancia con la familia en un pequeño pueblo de Galicia, viaja al pasado interpretando a todas aquellas personas que curtieron el ser que es hoy en día.
La máquina del tiempo
Un escenario vacío, un teclado y un pie de micro que sale mal parado. Noemí sale en escena con mucha energía como si fuese a presentar un combate de “Pressing catch”. Obligándonos a cantar una canción superconocida de la historia de España. Ya está, de esa forma tan sencilla Noemí ha roto el hielo y ya tiene al público en el bolsillo. No necesita más que un micrófono para contar esta historia de la que prefiero no hablar mucho y es que Hoy puede ser mi gran noche es una gran sorpresa, es como coger un Delorean y volver a los 90. Es una explicación casi cronológica de aquellos que nacimos en los 80 y vivimos nuestra infancia entre "Los vigilantes de la playa", "Lluvia de estrellas" y las verbenas de pueblo. La nostalgia recorre la hora y cuarto que dura el espectáculo.
Todos los personajes en uno.
Noemí tiene fuerza, tiene garra, interpreta su monólogo y no puedes dejar de conectar con su mirada. Pero es que ella también conecta contigo y da la sensación de que, al menos una vez, mira a los ojos a cada persona que está sentada entre el público. Ella quiere que sepas que esa historia es para ti y nadie más.
Entiendes cada palabra que dice, cada dato al que hace referencia y consigue crear en tu cabeza las imágenes que describe. Que Noemí es muy buena actriz es indiscutible. Todos sus chistes aterrizan de forma correcta, excepto alguna que otra broma interna que no supe descifrar pero que, ciertas persona de entre el público, rieron sin parar. Cada personaje al que imita tiene su propia voz, su propia postura corporal y expresión facial. Es sencillo entrar en el juego porque Noemí te lo pone fácil. Con un vestuario muy retro, Noemí imita a su madre, a su padre, a ella misma de pequeña y a muchísimas personas más de forma impecable, todo ello bajo la mirada de su hermana Darlene.
Darlene dice poco en toda la obra. Es, en ocasiones, un espectador más que mira a esta “loca” (en el buen sentido de la palabra) correr de un lado a otro del escenario, contando la vida de la que ella también fue participe. Hoy puede ser mi gran noche no hubiese funcionado de igual manera sin Darlene, sin sus silencios puros, sin su mirada de orgullo y sin ese final que nos regala en el que es imposible no emocionarse con tan solo mirarla.
Conclusión
“Teatro en vilo” es una compañía joven pero con muchos premios a la espalda.Es una compañía original que apuesta por espectáculos diferentes, cuando vas a ver algo de ellas sabes que de un modo u otro te van a sorprender. Hoy puede ser mi gran noche juega con tus sentimientos, con la realidad y la ficción, crea un espacio invisible en el que es muy fácil sentirse identificado.
Nosotros somos la generación de niños que soñó con ser algo importante, queríamos ser astronautas y bomberos, artistas de cine y cantantes de éxito, pero ¿en qué nos hemos convertido? Este grupo de mujeres se ha organizado muy bien para traer al Fernán Gómez una obra muy original y un texto atractivo. Mientras Noemí habla de su familia, es inevitable no pensar en la tuya. Aquellos viernes por la noche viendo la tele, los viajes en coche con toda la familia y esos padres y madres que eran nuestros héroes y tenían solución a todo. Al terminar la obra padeces una resaca emocional importante.