Recientemente pudisteis leer la reseña de En tránsito, de Javier Caireta, y, como es lógico siempre en esta sección, hoy procederemos a entrevistar al susodicho autor de esta pequeña obra fantástica. Agarraros cinéfilos, que si algo tiene Caireta, es pasión por el séptimo arte y hoy pondremos a prueba este amor por el cine, indagando en el proceso creativo de este cortometraje, que como nunca está de más añadir: está basado en hechos reales.
Entrevista a Javier Caireta
Resumen
Álvaro Panadero/Cinemagavia: ¿Cómo te enteraste de la historia de Álex?
Javier Caireta: El origen de la historia tuvo lugar delante de mis narices. Fue en mitad de un curso escolar, de camino a un partido de fútbol nocturno. Nunca olvidaré las tinieblas de esa oscura noche debido al desafortunado accidente que sufrimos. Álex, uno de mis amigos más cercanos en aquel momento, fue el peor parado. Sin embargo, tuvieron que pasar 5 años para conocer el increíble sueño que había tenido durante esos tres días de coma. Descubrir su experiencia en su aventura entre la vida y la muerte fue el pistoletazo de salida de En tránsito.
A.P./CG: ¿Qué es lo que más te atrajo para considerar que tenía potencial cinematográfico?
J.C.: Escuchar de primera mano el sueño de Álex fue para mí una lección vital. A partir de ese instante, algo cambió en mi forma de ver la vida. El hecho de compartir esa historia de superación se convirtió en el principal potencial cinematográfico. La propia historia me parecía el ingrediente fundamental del proyecto. Mi objetivo se focalizó en uno solo: lograr que el espectador se sintiera igual que yo escuchando el relato del superviviente (incluyendo la incomodidad de un submundo en el que ni las agujas avanzan).
El género fantástico en España
A.P./CG: ¿Cuál fue la impresión del Álex real cuando vio el cortometraje? Siento curiosidad.
J.C.: Cuando una historia real se adapta a la gran pantalla es inevitable salirse de la raya en algunos aspectos. Si comparamos el relato original de Álex con la versión final del guion, observamos destellos de acción completamente nuevos (como la escena de las bolas flotantes y el primer acto en un bosque mágico). Fueron propuestas que, junto al guionista Jesús Mateos, decidimos potenciar con el afán de profundizar en la relación entre el protagonista y el enterrador (quien se encargaría de guiar a Álex en su prueba de fuego). Asimismo, bañamos la trama de una simbología constante (me adentré muchísimo en estos aspectos en el libro de la película). El Álex real se emocionó en el pase privado que le hicimos antes del estreno en el Cine Doré.
A.P./CG: En su momento, cuando entrevisté a Germán Sancho, director de ‘Miedos’, mantuvimos una conversación en torno al género de terror en España. Es curioso que, aunque tuviéramos a cineastas de la talla de Narciso Ibáñez Serrador, que influenciaron a toda una serie de cineastas posteriores: Jaume Balagueró, Juan Carlos Fresnadillo, Paco Plaza, Álex de la Iglesia, Rodrigo Cortés, entre otros… Aún se siga considerando el género de terror como un patito feo, ¿consideras que ocurre algo similar con el fantástico y que solo es exportable a nivel internacional?
J.C.: Por supuesto. Las cintas de terror y las aventuras de fantasía o ciencia ficción siempre han sido valoradas en un plano distinto. No solo por la crítica; sobre todo por el espectador. Todos los géneros tienen su público, y en cada país las tendencias son distintas. Dentro de la industria actual tenemos películas que han pasado totalmente desapercibidas en España y al mismo tiempo han sido taquillazos en el extranjero. ¿Un claro ejemplo? “Mientras dure la tormenta”, de Oriol Paulo.
La historia que cautivó a Javier Caireta
A.P./CG: ¿Cuándo te diste cuenta de que la historia de Álex podía dar pie a que la historia se estableciera en un limbo, denominémoslo, ‘sobrenatural’?
J.C.: El hecho de que la historia tuviera lugar dentro de un sueño nos dio alas en la pre-producción. Todo lo que aportara a la historia, por muy mágico que fuera, valdría. De ahí a los árboles vivientes, las bolas flotantes, la verja mágica y la tensa prueba de fuego final. Así lo pedía la propia vivencia de Álex. Al fin y al cabo, no dejaba de ser el mensaje del programa de TV “Hermano Mayor” (en el que un joven sumergido en las drogas encuentra la paz en el amor de su familia). Con Jesús Mateos cogimos la esencia del relato original para terminar obteniendo una adaptación ambiciosa.
A.P./CG: Hay ciertos aspectos que son muy habituales de tus cortometrajes, como haces en otros trabajos como ‘240’ (2017), ‘A Tower Calls’ (2017): recurres a tonos grisáceos y negros, apoyado en una animación muy depurada y propia que resulta peculiar al entremezclarla con la imagen real. ¿Esto a qué se debe? ¿Es un sello personal con el que quieres impregnar a tus trabajos o consideras que es viable recurrir a animación e imagen real para darle una vuelta de tuerca al género?
J.C.: En mi último año de carrera, en Lightbox Academy, tuve un profesor que llegó a preguntarme si lo estaba pasando mal. “¿A qué viene esa pregunta?”, contesté. Su justificación se basó exactamente en lo mismo: en el tono cromático de todas mis prácticas. Creo que es un sello involuntario; una firma natural que brota de mi interior. Sin embargo, pienso que el aspecto más característico de mis trabajos se encuentra en los golpes de tensión durante el curso de la trama. Me gustaría seguir en esta línea de cara a próximos proyectos cinematográficos.
Personajes de a pie y lo extraordinario
A.P./CG: En la entrevista que François Truffaut hizo a Alfred Hitchcock que dio pie al famoso ‘El cine según Hitchcock’ (1966), el segundo comentaba que frente a personajes complejos enfrentándose a situaciones normales, prefería los personajes de a pie enfrentándose a lo extraordinario. ¿Tus personajes se enmarcan en este planteamiento?
J.C.: En todas las historias en las que he trabajado se cumple el mismo patrón: son personajes de a pie enfrentándose con fenómenos impresionantes. En “A Las 3 Serán Las 2” un hombre se encuentra atrapado en el tiempo, en “240” la locura se apodera del familiar de un preso encarcelado; y en En tránsito contamos la historia de un joven que se ve involucrado en el mundo de las drogas con una venda en los ojos que le impide ver la realidad de su vida. Próximamente, en “Train To Manhattan” se cumple el mismo procedimiento: Jacob, un controlador de trenes en el Metro de Nueva York, tendrá que tomar una decisión que le cambiará la vida. Como espectador siempre me han gustado más las películas que tienen más elementos de realidad que de ficción.
Las influencias de Javier Caireta
A.P./CG: Lo que he mencionado antes, no pretendía que fuera una pregunta que cayera en saco roto, sino que a lo largo de tu filmografía he visto ese interés por personajes atados a esta condición. Como has mencionado en ‘A las 3 serán las 2’ (2016), tienes a un protagonista (nuevamente, Jesús Mateos) envuelto en un círculo temporal del que no puede escapar. ¿Consideras que ya está todo visto en el cine y que solo a través de los efectos visuales y de argumentos de este tipo se pueden llenar las salas?
J.C.: Para nada creo en el “ya está todo visto”. Siempre quedará otro punto de vista distinto para referirse a una historia parecida. En “A Las 3 Serán Las 2” las principales referencias fueron “Atrapado en el tiempo” (el famoso día de la marmota) y “Al filo del mañana”. Ambas se basan en el bucle temporal y ofrecen historias totalmente distintas con la misma premisa. “Coherence”, de 2013, es una obra maestra y sigue los mismos pasos. Estoy seguro que seguirán saliendo nuevos títulos con propuestas parecidas y seguirán llenándose las salas (tanto presenciales como virtuales -Netflix, HBO, Filmin…-).
A.P./CG: ¿Cuáles son los principales cineastas que han influido a Javier Caireta?
J.C.: Desde pequeño siempre he tenido cineastas en el punto de mira referencial. Steven Spielberg es, sin duda, el principal. En España siempre he seguido muy de cerca a Juan Antonio Bayona y Rodrigo Cortés. El cortometraje “La Culpa”, de David Victorí, fue uno de las obras que me llevó a embarcarme en “A las 3 serán las 2”. A día de hoy puedo afirmar que mi principal influencia es Denis Villeneuve. En En tránsito fue fundamental en aspectos de planificación y tiempos de montaje. Pienso que una de las aptitudes principales del director canadiense reside en la tensión constante como enganche. De cara a “Train To Manhattan”, mi actual proyecto, tengo como principal referencia la filmografía completa de Tony Scott.
Las referencias de ‘En tránsito’
A.P./CG: ¿Y qué tres largometrajes o cortometrajes han sido claves referentes para En tránsito?
J.C.: A nivel técnico existen dos largometrajes que fueron claros referentes en En tránsito: Hablamos de “Loving Vincent” y el clásico “Mary Poppins”. Ambas tienen una textura y un acabado visual que me enamoró para representar el submundo en el que Álex se encuentra. Un limbo entre la vida y la muerte tenía que ser, además de oscuro, muy diferente a la realidad. En aspectos cromáticos el bosque y el cementerio se hicieron fríos y apagados; mientras que en el despertar del hospital vuelven los tonos vivos y cálidos (en sintonía con la nueva oportunidad que recibe el protagonista para ser feliz y aprovechar la vida junto con su familia).
Por otro lado, una película que fue clave en aspectos de trama y guion fue “¡Qué bello es vivir!” (1946), de Frank Capra. Desde un primer momento tuve claro que el papel de José Milán tendría que estar en la misma línea del personaje interpretado por James Stewart en la cinta estadounidense.
Únete a nuestro CANAL DE TELEGRAM