Kontinental '25 es una cinta satírica, dirigida por Radu Jude (No esperes demasiado del fin del mundo, Un polvo desafortunado o porno loco), que toma como punto de partida la especulación inmobiliaria y la gentrificación para derivar en una crítica mordaz y afilada sobre la sociedad occidental y la decadencia de Europa. Ante la ausencia de financiación para filmar Kontinental '25 y arrastrado por el deseo de contar esta historia, Radu Jude se sirvió de su iPhone 15 para crear este relato incisivo sobre los problemas de la contemporaneidad, apelando a la vivienda digna y configurando un alegato mordaz contra la especulación. Galardonada con el Oso de Oro al Mejor Guion de la Berlinale se estrena el 12 de diciembre de 2025 en salas de cine españolas.
Crítica de 'Kontinental '25'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Kontinental '25
Título original: Kontinental '25
Reparto:
Eszter Tompa (Úrsula)
Gabriel Spahiu (Ion)
Adonis Tanta (Fred)
Serban Pavlu (Sacerdote Serban)
Mardare Oana (Dorina)
Ilinca Manolache (Irina)
Annamária Biluska (La madre de Úrsula)
Adrian Sitaru
Marius Damian
Año: 2025
Duración: 109 min.
País: Rumanía
Director: Radu Jude
Guion: Radu Jude
Fotografía: Marius Panduru
Música: Matei Teodorescu
Género: Comedia dramática
Distribuidor: Atalante Cinema
Tráiler de 'Kontinental '25'
Sinopsis
Orsolya es alguacila en la ciudad de Cluj, en Transilvania. Fiel a su cargo, debe ejecutar el desahucio de un hombre sin techo que vive en el sótano de un edificio del centro destinado a convertirse en un hotel de lujo. Pero un suceso inesperado la confronta de pronto con sus propias contradicciones desencadenando en ella una profunda crisis moral. (Atalante Cinema)
Dónde se puede ver la película en streaming
Sótanos y conciencias
Kontinental '25 se adentra en la compleja relación entre lo público y lo personal, entre el deber funcionarial y la responsabilidad moral, con una premisa tan sencilla como incómoda. La trama juega con la incomodidad sin artificios, enfrentando a su protagonista a un espejo que devuelve una imagen deformada no solo de ella, sino del país y del continente.
El argumento funciona como una sátira social que podría ocurrir en Rumanía, España, Francia o cualquier rincón del mapa europeo donde el desahucio se haya convertido en estadística, y el desamparo, en expediente. Kontinental '25 convierte la tragedia doméstica en humor acerado, casi negro carbón, y al mismo tiempo plantea preguntas que incomodan más cuanto más cotidianas son.
El sarcasmo como lenguaje
Radu Jude demuestra, una vez más, su habilidad para convertir el absurdo institucional en sátira lúcida, su estilo aquí no se siente moralista, sino exasperado. Su dirección rehúye la espectacularidad en favor del detalle, puertas que se cierran, sellos que golpean, formularios interminables, cafés fríos que se quedan a medio beber porque siempre hay otra urgencia.
La cámara observa a Orsolya con una distancia que es casi irónica, no busca manipular al espectador ni vestirla de heroína accidental; la acompaña con la misma neutralidad con la que se firmaría un desahucio, esa frialdad dirigida funciona, acentúa la comedia ácida y, cuando aparece el quiebre emocional, el impacto resulta mayor.
Tragedia contenida
Eszter Tompa, que interpreta a Orsolya, sostiene la película con una naturalidad afilada, su interpretación evita la teatralidad y abraza la incomodidad cotidiana del funcionario atrapado en procedimientos que ejecuta sin escribir. Su rostro funciona como termómetro de la historia, comienza con la serenidad de quien sabe lo que hace y termina con la tensión de quien descubre que saber no siempre significa entender.
El elenco secundario actúa con tono justo, esa mezcla de frialdad educada y autocensura cómoda tan reconocible en cualquier oficina pública del continente haciendo que las escenas funcionen como microteatros políticos.
Metáforas tenues
La fotografía opta por tonos apagados, casi empolvados, como si quisiera borrar los bordes de la realidad para demostrar que la indiferencia también difumina. El sótano donde vive el desahuciado está filmado sin romantización, sin suciedad exagerada ni teatral, parece más un limbo que un refugio, un lugar al margen donde no pasan cosas pero pasa la vida.
El montaje acompaña sin prisa pero con precisión, no busca manipular al espectador, sino permitirle sentirse incómodo por su cuenta. La banda sonora es discreta, casi inexistente, y esa ausencia es correcta, en estos escenarios, el silencio dice más que la música.
Conclusión de 'Kontinental '25'
Kontinental '25 es una sátira política inteligente, mordaz y consciente de que la tragedia contemporánea no siempre grita. A veces firma, sella, clasifica y archiva, no es una película que explote ni que busque epatar, sino que observa, se ríe amargamente y deja el poso después.
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