Eli Ben-David llega a París con L'Attaché, ficción televisiva inspirada en hechos reales. La serie muestra la nueva vida de una familia israelí en la capital francesa, que, desgraciadamente, coincide con los Atentados de 2015 en dicha ciudad. Creada por Eli Ben-David, ejerce también de guionista y director, además de protagonizarla. También se encuentra en el reparto principal la actriz Héloïse Godet, conocida por películas como "Adiós al lenguaje". Además, este título fue una de las cinco series más vistas del año en Hot, la televisión de pago de Israel. Llega a España gracias a Filmin, su estreno será este 8 de septiembre de 2020.
Crítica de 'L'Attaché'
Resumen
Ficha Técnica
Título: L'Attaché
Título original: L'Attaché
Reparto:
Eli Ben-David (Avshalom)
Héloïse Godet (Annabelle)
Ilay Lax (Uri)
Florence Bloch (Rachelle)
Patrick Braoudé (François)
Año: 2019
Duración: 30 min por capítulo apróx.
País: Israel
Creada por: Eli Ben-David
Guion: Eli Ben-David, Ori Elon y Héloïse Godet
Fotografía: Itay Gross y Daniel Miller
Música: Ophir Leibovitch
Género: Drama
Distribuidora: Filmin
Tráiler de 'L'Attaché'
Sinopsis de 'L'Attaché'
L'Attaché narra la historia de Avshalom, un judío israelí, músico de éxito, que se traslada a París para acompañar a su esposa Annabelle (la actriz francesa Héloïse Godet, protagonista de “Adiós al lenguaje”, de Jean-Luc Godard), que acaba de ser contratada en la embajada. Allí ambos afrontan una profunda crisis de identidad y de pareja. Pero si sus problemas no fuesen suficientes, su llegada a la ciudad coincide con el peor atentado terrorista de la historia de Francia. (FILMIN).
Dónde se puede ver la serie
Mi gran familia judía
Eli Ben-David se convierte en la persona detrás de L’Attaché, serie donde se narran las aventuras de una familia israelí que decide mudarse a París. Para comenzar, en el primer episodio, se ambienta como punto de partida en los trágicos atentados de París de 2015. Sin embargo, pese a lo que pudiera significar para la trama principal, finalmente, se convierte en un hecho circunstancial, que, apenas, influye en el desarrollo y el debate que se pudiera esperar. Por lo cual, no se termina de comprender por qué se decide tomar este hecho tan complejo como inicio. Aun así, hay secuencias en las que se puede ver el racismo y las consecuencias de los movimientos sociales, emergidos por la emocionalidad y una creciente animadversión hacia la población árabe. En consecuencia, se podría haber esperado un guion mucho más complejo y no la ligereza que se encuentra.
De esta forma, el espectador entra en una vorágine familiar e, incluso, cómica, que hace que la serie nade más entre la sitcom y el buenrollismo francés. Por suerte, se puede ver, en este ambiente tan costumbrista y lumínico, algunos puntos realmente interesantes, como son la inmigración, la dificultad de adaptarse a una nueva ciudad, la concepción de buscar uno su propio lugar. A ello se le suma el hecho de mostrar las diferencias entre la propia cultura judía, la contraposición de valores personales y el concepto familiar que emana de ello. Aun así, pese a tener todos esos buenos ingredientes para crear una serie llena de verdad, sin caer en el drama, no termina de sumergirse en ella. En cierto modo, se puede captar ese carácter reflexivo sobre la propia vida, pero se diluye en una composición menos estructurada y aprovechando el momento cumbre de sus episodios para reencaminarlo.
Autohomenaje
Es innegable que Eli Ben-David ha realizado una serie para poder enseñar sus dotes interpretativas, por lo que no es extraño que, en L’Attaché, sea el principal protagonista. En consecuencia, el peso dramático de la ficción recae sobre él, algo que sabe controlar a la perfección y muestra una capacidad actoral estupenda. Sería conveniente destacar que se crece más ante las situaciones de comedia irónica, que en aquellas que necesitan una mayor visceralidad y emoción ante la pantalla. A pesar de ello, su energía equilibra muy bien la del resto de personajes, por lo que sabe perfectamente hacia qué partes llevar su interpretación para encandilar al público. Incluso, no realiza todo a su favor para ser un personaje que necesite ser aupado por el público. dado que hay momentos en los que transmite un egoísmo y un egocentrismo, que hace que se pueda captar la variedad de matices en su personaje.
Se aplaude esta decisión, al romper con el maniqueísmo en el que pudiera caer la ficción. Por dicha razón, Héloïse Godet está inmensa como Annabelle. Tal vez, sea realmente la verdadera protagonista de la serie, sin lugar a dudas. Por un lado, tiene esa sensibilidad, elegancia y sentimiento que se echa en falta en Ben-David. Mientras que, por el otro, lleva intrínseca una cercanía y una sinceridad en su forma de interpretar, que se disfruta mucho en pantalla. Después, el pequeño Ilay Lax realiza una buena actuación, pero se limita al carácter que se desea, no va mucho más allá, lo que conlleva a un registro limitado. Al contrario que Florence Bloch y Patrick Braoudé, que están brillantes, con ese contrapeso de la gran ciudad y como vía de escape del microuniverso que se forma entre la familia protagonista.
Para definir L’Attaché se debe tener en cuenta que realmente no se busca un drama social, o hablar de una forma más profunda sobre la sociedad judía como tal. Sino que, se intenta realizar un retrato sobre la dificultad de adaptar sus formas de vida a una ciudad totalmente metropolitana. De modo que, no se entiende que no hayan apostado más por ese carácter familiar y cercano. No obstante, como comedia de situación y con ese efecto evocador de lo introspectivo hubiera funcionado, pero han querido recrear visualmente una situación que no fue nada fácil para la población francesa. Por ende, el principal problema con el que se encuentra es que hay un contraste que no funciona como debiera, desconcertando a parte del público. Entonces, se han querido abarcar demasiados puntos circunstanciales, que se pierden entre tanto detalle. Hay veces que es mejor acotar.
Pese a ello, la fotografía goza de una realización muy bien planteada, con una selección de planos interiores y exteriores muy interesantes, dando un buen reflejo de la capital francesa. Junto a ello, se puede valorar muy positivamente el maquillaje, la peluquería y el vestuario, ya que se puede observar cómo estos iconos estéticos tienen su propio mensaje en ellos. Por lo cual, no están elegidos al azar, sino que busca hablar sobre algo dentro de la ficción. Sin embargo, no ocurre lo mismo con la dirección artística, dado que se echa en falta un sello de identidad menos genérico, más experimental. Además, recuerda a series que buscan vivencias en la gran ciudad, siguiendo un esquema demasiado estándar. Todavía así, hay flashes curiosos y una primera impresión de cómo se desarrolla la cultura israelí en el ámbito social, personal y profesional.
Conclusión
L’Attaché muestra una realidad muy interesante sobre la adaptación de vida en la capital francesa, enfocándose en la cultura israelí. No obstante, el guion funciona más en el momento de mostrar esas diferencias cotidianas y el camino vital que recorren sus personajes. Por lo cual, su principal conflicto sucede cuando se busca acaparar otro tipo de debates, ya que no desarrolla de forma profunda ni una ni otra línea narrativa y se queda, en ambas, en un recorrido que podría ir más allá.
Después, Eli Ben-David y Héloïse Godet está estupendos, en especial la segunda. Ambos forman un buen dúo interpretativo, que les permite crear una sinergia con química. A nivel visual y estético, recrea el preciosismo de París, pero no fluyen los elementos entre ellos como para establecer un sello propio. En consecuencia, cae en el estándar de este tipo de proyectos. La contradicción del sentir llevada a la transformación vital, que se nubla en un remolino de situaciones inconexas.
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