La llamativa trilogía de La calle del terror, adaptación del trabajo de R.L. Stine, continúa su viaje con La calle del terror - Parte 2: 1978 (Fear Street 2). Otro slasher, esta vez en un campamento juvenil, con más escenas sangrientas y buenas interpretaciones. Estreno el 9 de julio en Netflix.
Crítica de 'La calle del terror - Parte 2: 1978'
Resumen
Ficha Técnica
Título: La calle del terror, Parte 2: 1978
Título original: Fear Street 2
Reparto:
Sadie Sink (Ziggy Berman)
Emily Rudd (Cindy Berman)
Ryan Simpkins (Alice)
McCabe Slye (Tommy Slater)
Ted Sutherland (El joven Nick Goode)
Jordana Spiro (Enfermera Mary Lane)
Gillian Jacobs (C. Berman / Adult Ziggy)
Kiana Madeira (Deena)
Benjamin Flores Jr. (Josh)
Ashley Zukerman (Sheriff Nick Goode)
Año: 2021
Duración: 109 min.
País: Estados Unidos
Director: Leigh Janiak
Guion: Leigh Janiak, Roberto Patino. Libro: R.L. Stine
Fotografía: Caleb Heymann
Música: Marco Beltrami, Brandon Roberts
Género: Terror. Intriga
Distribuidor: Netflix
Tráiler de 'La calle del terror, Parte 2: 1978'
Sinopsis de 'La calle del terror, Parte 2: 1978'
Shadyside, 1978. Ha terminado el curso y las actividades en el campamento Nightwing están a punto de comenzar. Pero cuando una nueva posesión convierte a otro vecino de Shadyside en un sangriento asesino, lo que prometía ser un verano divertido se convierte en una macabra lucha por la supervivencia. (Netflix)
Dónde se puede ver la película
Miedo a las secuelas
Decir que las expectativas para las secuelas de los slashers suelen ser bajas, sería generoso. Porque ya estaríamos asumiendo la necesidad de su existencia en primer lugar. La historia del género nos enseña una y otra vez que la repetición triunfa sobre la reinvención. La primera película establece las reglas, La calle del terror - Parte 2: 1978 (Fear Street 2) tiende a reiterarlas a una audiencia ya consciente de lo que está por venir.
Es el viaje de ida y vuelta al trabajo o la universidad, que no siempre se traduce en un trayecto aburrido, pero es predecible, y a menudo innecesario. Esa tendencia a la pereza repetitiva le ha dado a un subgénero ya despreciado una reputación aún peor. El estreno de La calle del terror - Parte 1: 1994, supuso un comienzo efectivo y ambicioso para la trilogía. En lugar de repetir la fórmula, o hacer avanzar la historia de manera lineal, la segunda película retrocede en el tiempo para rastrear los orígenes de la maldición. La que convirtió a los tranquilos residentes de Shadyside en asesinos sedientos de sangre. Es un acercamiento menos sobado, aunque La calle del terror - Parte 2: 1978 (Fear Street 2) está lejos de ser original, demasiado en deuda con Viernes 13 y sus muchas imitaciones como para crear su propio espacio.
La obstinación de la guionista y directora de la saga, Leigh Janiak, en expandir el mundo y la mitología creado en la primera película nos ofrece algo más que un refrito. Sí, los adolescentes siguen siendo masacrados, incluso más en esta ocasión, pero para quienes pueden evitar el machetazo, queda un misterio por resolver. Misterio algo más complejo que el descubrimiento del rostro oculto tras la máscara.
Campamento sangriento
Los supervivientes de la masacre de 1994 acuden en busca de ayuda al encuentro de la única víctima que superó la tragedia de 1978, interpretada por Gillian Jacobs. A través de sus recuerdos viajamos al Campamento Nightwing, lugar donde sucedió otra matanza. Seguimos a las hermanas Berman como hilos conductores de la historia.
Las Berman, como otras habitantes encerradas en Shadyside, son muy conscientes de la maldición, pero para ellas se trata más de la injusticia social que del aspecto sobrenatural. Ziggy, Sadie Sink, rebate a la fuerza y enojada contra las burlas de los jóvenes Sunnyvale, mientras Cindy, Emily Rudd, intenta desesperadamente encajar con ellos. El tratamiento del estatus social es mucho más acentuado en La calle del terror - Parte 2: 1978 (Fear Street 2), incluso sin los asesinatos que han plagado la ciudad, la miseria formaría parte inevitable de la vida en Shadyside. Agrega una intensidad sombría a la lucha de los personajes por sobrevivir, como si también estuvieran luchando contra un sistema más grande y cruel que ya los marcó como condenados, sobrevivir a la noche no será suficiente, algo horrible finalmente los espera.
Décadas de películas slasher nos han condicionado a no apegarnos a los personajes, la mayoría de los cuales son forraje prescindible para el asesino que los va eliminando. La calle del terror genera algo más de interés en sus adolescentes en peligro de extinción que la mayoría de sus predecesoras. En esta entrega nos preocupan las hermanas Cindy y Ziggy Berman una de las cuales asumirá el papel de superviviente traumatizada en 1994.
Gotas de separación
La lenta elaboración hasta la primera muerte nos permite ver a los adolescentes como algo más que el deportista, el drogadicto y el rebelde y los detalles de quién se convierte en el enemigo principal y cómo. Aún así es la parte más problemática, a la que cuesta más acercarse, y que puede provocar cierto desapego al público. Ese camino duro se supera relativamente pronto y nos sumergimos de nuevo en una historia interesante sobre jóvenes malditos.
Es una película más oscura y lúgubre que la primera, y no solo estéticamente, los tonos de neón del centro comercial, la escuela secundaria y el supermercado se reemplazan por un bosque húmedo y sombrío, sino en el tono. Las muertes son mucho más espantosas, incluso los niños más pequeños son atacados con tanto vigor como los adolescentes, y lo que está en juego parece más importante.
Estilísticamente, 78 es una desviación de 94, pero continúa la forma tan directa en que se manejan los detalles cursis de la trama. Una vez más la clave para que esto funcione es un grupo de jóvenes actrices y actores que resulten creíbles. El reparto es capaz de transmitir la estupidez de la maldición de la bruja y venderla con convicción al público. No hay un elemento discordante en el elenco, sin experiencia en gran parte. Probablemente sea Emily Rudd quien supera al resto, su actuación bien calibrada agrega textura a lo que podría haber sido un arquetipo y ejerce un agarre emocional sorprendente, impulsando a un final duro y horriblemente eficaz.
El camino a seguir
El atributo de película referencial no es precisamente sinónimo de película sofisticada, gran parte de los slashers parecen tener la intención de demostrar su autenticidad antes que desarrollar realmente su narrativa. Los primeros planos de cabezas cortadas y las escenas en las que los campistas son sorprendidos teniendo sexo resultan forzados en ocasiones. La calle del terror, por ahora y en el capítulo de 1978 en particular, acaba siendo más interesante cuando forja su propio camino, y se convierte en producto menor cuando necesita completar otra marca más de referencias.
Nos dirigimos a 1666 en la tercera película, y nos encontramos en un lugar aterrador, a la espera de algo sustancial, o al menos sorprendente, de la última parte del slasher.
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