La ciudad es nuestra es el reencuentro de David Simon y George Pelecanos, cocreadores de la serie, en la que también participan, ejerciendo de guionistas, antiguos conocidos del dúo como Ed Burns o William F. Zorzi. Estreno en HBO Max el 26 de abril de 2022.



La ciudad es nuestra

Crítica de 'La ciudad es nuestra'

Ficha Técnica

Título: La ciudad es nuestra
Título original: We Own This City

Reparto:
Jon Bernthal (Wayne Jenkins)
Treat Williams
Josh Charles (Daniel Hersl)
Jamie Hector (Sean Suiter)
Domenick Lombardozzi
Don Harvey (John Sieracki)
Delaney Williams (Kevin Davis)
Rob Brown (Maurice Ward)
McKinley Belcher III (Momodu 'G Money' Gondo)
Dagmara Dominczyk (Erika Jensen)
Darrell Britt-Gibson (Jemell Rayam)
Wunmi Mosaku (Nicole Steele)

Año: 2022
Duración: 58 min.
País: Estados Unidos
Director: David Simon (Creador), George Pelecanos (Creador), Reinaldo Marcus Green
Guion: David Simon, George Pelecanos, Ed Burns, William F. Zorzi. Libro: Justin Fenton
Fotografía: Yaron Orbach
Música: Kris Bowers
Género: Thriller. Policiaco
Distribuidor: HBO Max

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Tráiler de 'La ciudad es nuestra'

Sinopsis de 'La ciudad es nuestra'

Baltimore, 2015. La muerte en circunstancias sospechosas de Freddie Gray, un joven negro bajo custodia policial, ha provocado una ola de disturbios. La ciudad alcanza un nuevo récord de asesinatos. Bajo presión por la oficina del alcalde y por una investigación federal sobre la muerte de Gray, la policía de Baltimore recurre al Sargento Wayne Jenkins y a su unidad de élite de agentes de paisano, para librar las calles de armas y drogas. Sin embargo, una conspiración criminal sin precedentes se desarrolla en el departamento de policía, mientras Jenkins decide explotar la crisis. (HBO Max)

Dónde se puede ver la serie en streaming



No es otra historia policial

Los guiones de series inspirados en historias recientes de crímenes reales han saturado las pantallas domésticas. Sin embargo, muy pocas se basan en el fenómeno de justicia penal más importante, y más complejo, de Estados Unidos. El problema de las prácticas policiales antisociales y su impacto desproporcionado sobre las comunidades afroamericanas. Algo ampliamente ignorado en los guiones de televisión, salvo en contados arcos argumentales de los dramas policiales de ficción.

Puede que los acontecimientos más cercanos, relacionados con los tiroteos en los que está involucrada la policía sean demasiado tristes, recientes y confusos desde el punto de vista moral, para ser tratados en profundidad. O quizás era necesaria la conjunción de David Simon junto a George Pelecanos y el trabajo de un periodista como Justin Fenton. La ciudad es nuestra es la última colaboración de HBO con ambos creadores. Un drama sobre la policía estadounidense que se hace posible gracias a la combinación del material adecuado y un grupo de escritores perfectamente equipados para darle vida.

La ciudad es nuestra serie
Copyright HBO Max España

Los antecedentes de David Simon

Es innecesario recalcar lo cualificado que está David Simon para adaptar el auge y la caída del Grupo Especial de Rastreo de Armas, una unidad de élite encubierta, dentro del Departamento de Policía de Baltimore.

Esta brigada de nueve agentes, escogidos sin proceso alguno, se hizo legendaria por su eficacia a la hora de retirar las armas ilegales de las calles y de rastrear el dinero ilícito. Ese historial concedió al Grupo Especial de Rastreo de Armas renombre y libertad de acción dentro del departamento. Impulsado por un momento de paro policial informal, pero generalizado, el cual provocó una caída en picado de las cifras de detenciones y un aumento de las actividades delictivas. Los números, esos  tan importantes para la administración, ya explorados por David Simon ampliamente en The Wire.

La casi omnipotencia concedida a la brigada condujo a tácticas de organización criminal, en la línea de narrativas de policías sucios como The Shield o Training Day. Durante la década que duró el reinado de terror patrocinado por el Estado, los agentes robaron a traficantes de drogas y revendieron sus alijos; utilizaron la cobertura del tráfico de drogas para robar dinero a personas inocentes; cuando su comportamiento imprudente amenazaba con ponerlos en evidencia, recurrían a plantar las pruebas necesarias; los detenidos que se oponían demasiado eran golpeados impunemente. Incluso las acciones menos escandalosas del grupo, como el falseo de horas extraordinarias, deberían resultar suficientes para desestabilizar los cimientos de una ciudad.

We Own This City serie
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Vuelta al hogar

David Simon durante la mayor parte de su carrera televisiva ha ido tomando estos ejemplos de desvío institucional respecto al discurso generalista, más enraizado de lo que parece en la vista superficial. Los convierte en historias fascinantes y vívidas sobre aquellos que se transforman en engranajes adheridos a la maquinaria sistémica. Ha aportado su característico rigor periodístico a series ambientadas en Baltimore como Homicidio, The Corner y, sobre todo, The Wire. David Simon trabajó como reportero de sucesos en el Baltimore Sun. Junto con su habitual colaborador Pelecanos, ha adaptado La ciudad es nuestra del libro homónimo publicado el año pasado por el reportero, también del Baltimore Sun, Justin Fenton. Entre su comportamiento y el telón de fondo de la ciudad, el grupo policial casi parecía existir para convertirse algún día en parte de ese mal sistémico reflejado en las series de Simon.

Jon Bernthal interpreta al sargento Wayne Jenkins, el arrogante tipo duro que dirigía el grupo. Sus actividades llegaron a tal nivel de atrocidad que escandalizaron las conciencias de sus compañeros, a pesar del código de silencio considerado fundamental para el trabajo policial. El alma gemela de Jenkins en este universo de brutalidad y estafa es Daniel Hersl, Josh Charles. Su reputación de matón voraz le precedía previamente a su ingreso en el grupo.

La ciudad es nuestra serie
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Sospechosos habituales

Josh Charles y Wunmi Mosaku son las caras nuevas en las calles de Simon, unidas a un conjunto de rostros conocidos de su grupo habitual. Jamie Hector encarna a Sean Suiter, un detective de homicidios con pasado común a Jenkins. La actuación más destacable es la de McKinley Belcher III, que se integra por completo como Momodu Gondo, miembro del terrible grupo. Belcher destacó en Show Me a Hero, también de Simon. A pesar de su metraje limitado y ser habitual como secundario, quizás haya logrado un papel que le pueda dar un giro a su carrera.

El personaje de Mosaku, Nicole Steele, es la guía general para que el público entienda los factores que dan lugar a un fenómeno como el del grupo. Se comporta casi como una periodista mientras investiga metódicamente a Hersl y sus colegas. Simon siempre está más interesado en las razones tras los escándalos institucionales. Esa formalidad diferencia a La ciudad es nuestra de muchos true-crime que dedican más tiempo a enumerar detalles desagradables que a explicitar las líneas generales. 

El director Reinaldo Marcus Green dirige los seis episodios de la serie, y consigue adaptarse bien a la forma que requiere el material de Simon. Green escenifica las secuencias de acción, los interrogatorios y los pequeños desplantes con la misma importancia y cuidado. Un tono casi lineal, muy deudor del estilo que se ha ido implantando en la producciones policiales de Simon.

We Own This City serie
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Un problema amplio

La ciudad es nuestra es una tragedia desgarradora. El escándalo del grupo especial acentuó los fallos policiales, y terminó de romper la confianza entre los agentes y las comunidades a las que en teoría sirven. Hurgar en los orígenes de estos supuestos fallos puntuales es la especialidad de Simon. No se trata de culpar a individuos concretos únicamente. Ese lema tan subyacente en escándalos como este, de moverlo todo para que en el fondo no cambie nada. Los problemas tan arraigados requerirían para su entendimiento la vuelta al origen, y así poder vislumbrar cuál es la verdadera cuestión.

¿Realmente los cuerpos policiales protegen a la población civil o han seguido arrastrando su función de represión a la clases más empobrecidas de sus orígenes? ¿Su función es la de combatir la actividad criminal o son parte activa de la producción de desigualdad? David Simon plantea muchos interrogantes de fondo, tan interesantes o más que estos. Y lo hace de una manera directa pero sin resultar excesiva, como es habitual en su trabajo.

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