El pasado 19 de julio se estrenó en el Patio Galileo, en el Teatro Quique San Francisco, la comedia La cuenta. Adaptada por Ramón Paso y dirigida por Gabriel Olivares, parte de un texto de Clément Michel, uno de los éxitos más grandes del actual panorama teatral francés. En esta versión teatral española, el reparto está formado por Antonio Hortelano, César Camino y Raúl Peña, quién comparte alternancia con David Carrillo. El espectáculo ha obtenido en una recepción positiva en sus representaciones previas. Se representará hasta el 13 de agosto, de lunes a sábado, a las 22 horas.



La cuenta en el Teatro Quique San Francisco

Crítica de 'La cuenta'

Ficha Técnica

Título: La cuenta
Título original: Addition

Reparto:
Antonio Hortelano
César Camino
Raúl Peña
David Carrillo

Duración: 90 min. apróx.
Dirección: Gabriel Olivares
Versión: Ramón Paso
Dramaturgia: Clément Michel
Ayte dirección:
Jesús Redondo
Escenografía y vestuario:
Mario Pinilla
Iluminación:
Carlos Alzueta
Diseño de sonido:
José Miguel Mayoral
Fotografía:
Javier Biosca
Diseño gráfico:
Javier Biosca y Sergio Avargues
Vídeo y fotos de escena:
Nacho Peña
Producción ejecutiva:
Gaspar Soria
Producción: El Reló Producciones
y Bycicle Producciones

Tráiler de 'La cuenta'

Sinopsis de 'La cuenta'

¿Qué es la amistad? Puede ser, tal vez, una partida de ping-pong eterna, un toma y daca interminable, donde la cosa, al final, va de ceder. La cuenta es la historia de todo lo que nos callamos y que, a veces, es la base de una amistad; y que, también, otras veces, es la base de la desaparición de la amistad. Todo comienza cuando tres viejos amigos quedan, después de un tiempo de verse menos, con la excusa de ayudar a arreglar la piscina de uno de ellos.

Entonces, uno de los amigos, Alejandro, decide invitar a cenar, pero, al día siguiente, se arrepiente y le pide a Julio y Antonio el importe de la cuenta, su parte de la cuenta. A partir de ese leve incidente, en el que Antonio accede, pero Julio se niega, estalla una sucesión de cuentas pendientes que pone en duda la definición que cada uno tiene de sí mismo y de sus amigos. La sexualidad, las infidelidades, las nuevas experiencias, el pasado y el presente, todo se pone en juego en La cuenta. (TEATRO QUIQUE SAN FRANCISCO). 



La cuenta
Foto de Nacho Peña

La amistad y otras cosas imposibles

Ramón Paso adapta La cuenta, una de las obras de más éxito del dramaturgo francés Clément Michel. Esta pieza teatral dirigida por Gabriel Olivares presenta a tres amigos, los cuales se conocen desde hace mucho tiempo. Ahí en la casa de uno de ellos, la invitación a una cena provocará un cisma en la relación entre los tres amigos. A pesar de que pudiera partir ante un conflicto más profundo, la dramaturgia apuesta por una comedia fresca. Por tanto, su mayor objetivo es entretener y hacer reír con los arquetipos que se ven sobre el escenario. Analizándolo desde dicha perspectiva, se puede decir sin problema que cumple con su función y prueba de ello son las risas que se pueden oír en el patio de butacas. Con lo cual, la ligereza del relato se convierte en uno de sus principales atributos.

Sin embargo, para aquellos que busquen un humor más elaborado, podrían verse menos satisfechos con lo que se va desarrollando a lo largo de la función. La razón no es otra que las motivaciones de los personajes no vienen apoyadas por una profundización más emocional o sentimental, sino que juegan en un ambiente más distendido y en un plano menos interno. Lo mismo sucede con sus personajes, de los cuales se conocen los datos personales suficientes para el buen desarrollo de la historia. Hay algunas partes en las que se podría aprovechar aún más el histrionismo y la exageración, como cierta parte con setas. A pesar de ello, el resultado es agradable y hace pasar un buen momento a todo tipo de públicos. Únicamente, hay algunos gags o bromas que podrían actualizarse para estar más afín con el avance social que se presenta, generalmente, en la población española.

Teatro Quique San Francisco
Foto de Nacho Peña

Tres amigos

Uno de los principales atractivos de La cuenta es su reparto actoral. En primer lugar, Antonio Hortelano ofrece una actuación que se fundamenta en el estereotipo, pero al mismo tiempo le da un aire de ambigüedad que permite que no caiga en clichés. El actor se mueve en esa personalidad férrea y autoritaria, que se va difuminando a lo largo de la obra para dar distintos matices que resultan interesantes con el destino de su personaje. Asimismo, hay que comentar que se puede ver que tiene un recorrido con la obra, dándole una naturalidad necesaria en algunos puntos, pero sin salirse de la energía en coherencia a cómo quiere mostrar a su personaje. Después, Raúl Peña entra con ese aire desenfadado y burlón, que hace que el público sepa desde el principio a qué tipo de personaje va a encarnar.

Peña aprovecha al máximo las posibilidades que le regala, lo que permite que se disfrute mientras se divierte ante la escena. Además, se agradece que haya una frescura innata en su manera de pisar las tablas, fomentando así los momentos de compadreo que requiere una obra de este género. Por último, pero no menos importante, César Camino está estupendo, demostrando una vez más que tiene un talento innato para la comedia. Pese a ser un personaje prototípico, sabe darle una vuelta y lo hace suyo, elevando el nivel de la obra. Por lo cual, termina en convertirse en un ‘robaescenas’ en varios momentos, mejorando su trabajo actoral con un desempeño físico y expresivo muy bien planteado y ejecutado. Como detalle, se puede comentar que la química entre los tres actores es palpable y crea una sinergia que le viene muy bien a la pieza.

Teatro Quique San Francisco
Foto de Nacho Peña

Frescura y comedia

El mundo del teatro permite que se pueda apostar por distintos géneros y configuraciones, buscando distintos fines. La cuenta, en concreto, busca ofrecer un relato distendido, por lo que su puesta en escena se fundamenta en un carácter más familiar y cercano. Para comenzar, la escenografía lleva al espectador ante esos chalets de la Sierra de Madrid, con piscina incluida, que invita al espectador a relajarse y pasar un buen momento. Después, los distintos giros de guion, al igual que la segunda parte marcada por las setas, se apoya totalmente en el apartado artístico y técnico, dando un auténtico frenesí de energía y de movimiento. Gracias a ello, obtiene un dinamismo que encaja con lo que se busca, haciéndose muy accesible. La construcción espacial consigue una buena recepción, aunque podría aprovecharse la piscina más visualmente.

El vestuario elegido en los personajes encaja con la descripción y lo que se quiere contar sobre ellos, por lo que facilita y define muy bien sus personalidades. Pese a poder parecer un recurso fácil, hay que recordar que la obra se plantea desde la sencillez, siendo una de sus bases la simplicidad y el reconocimiento casi instantáneo de lo que se ve sobre la escena. Aun así, su mejor parte llega con los enredos que se dan en las últimas escenas, siendo, incluso, la frase final una de las más divertidas de la pieza. Con ello, se puede concluir que el ritmo y el montaje del espectáculo toman una evolución ascendente, terminando por todo lo alto y dejando una sonrisa en el espectador. Si lo que se busca es desconectar y pasar un momento agradable, esta sería una opción totalmente acertada.

La cuenta
Foto de Nacho Peña

Conclusión

La cuenta es una comedia ligera, que aprovecha su sencillez para cumplir con su máxima intención: entretener y hacer disfrutar. El texto aprovecha el estereotipo para ofrecer escenas con buenas dosis de comedia, aunque podrían haberse llevado todavía más al extremo. Aun así, el resultado es agradable y es perfecta para aquellos que desean desconectar y sin una búsqueda profundad exhaustiva. Por otro lado, el elenco actoral cuenta con una sintonía muy bien confeccionada, sobresaliendo un hilarante César Camino. La puesta en escena termina por redondear la personalidad que quiere tener la obra, con una ejecución artística y técnica prácticas y frescas. Una oportunidad para evadirse de la reflexión, dejándose llevar por las risas y la cotidianidad de lo llano.

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CINEMAGAVIA
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Diego Da Costa
Subdirector de Cinemagavia. Comunicólogo audiovisual por la UCM y Máster en Comunicación en la Red por la UNED. Miembro de EGEDA (Premios Forqué) e Ingeniero Audiovisual en Ricoh España. Co-creador de la compañía artística La Joie de la Colina. Como diría Elizabeth Taylor: "Las ideas mueven el mundo sólo si antes se han transformado en sentimientos".
la-cuenta-critica-teatroUna comedia ligera, que aprovecha su sencillez para cumplir con su máxima intención: entretener y hacer disfrutar. El texto aprovecha el estereotipo para ofrecer escenas con buenas dosis de comedia. El resultado es agradable y es perfecta para aquellos que desean desconectar y sin una búsqueda profundad exhaustiva. El elenco actoral cuenta con una sintonía muy bien confeccionada, sobresaliendo un hilarante César Camino. La puesta en escena termina por redondear la personalidad que quiere tener la obra, con una ejecución artística y técnica prácticas y frescas. Una oportunidad para evadirse de la reflexión, dejándose llevar por las risas y la cotidianidad de lo llano.

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