"La extraña pareja": Un clásico para reír

La extraña pareja de Neil Simon, es un clásico de la comedia norteamericana llevada también con gran éxito a la gran pantalla. La compañía Calibán Teatro representa ahora esta premiada función en su versión femenina.

Flora Ugarte es una mujer de mediana edad abandonada por su marido y que es acogida por una amiga en su coqueto apartamento de la Gran Vía madrileña. Las amigas, de caracteres totalmente opuestos, vivirán conflictos cotidianos que complicarán la convivencia. La obra está salpicada de brillantes e inteligentes diálogos que harán reír al público al mismo tiempo que reflexionar sobre la amistad, la convivencia y los estereotipos de género. (CALIBÁN TEATRO). 

Donde hay confianza

Han pasado más de 50 años desde que Neil Simon trajese una de las comedias más icónicas del mundo del teatro y del cine. En esta ocasión, Calibán Teatro apuesta por la versión femenina de La extraña pareja, nacida en 1985, aunque esta vez son Elda García-Posada y Andrés Rus quiénes adaptan el texto para traerlo a tiempos actuales y dentro de la propia idiosincrasia española. En primer lugar, hay que aplaudir que se retomen este tipo de producciones, que recuperan el bagaje cultural que sigue siendo una mina de oro a nivel artístico. Desde el primer momento se comprenden las referencias, pero también para aquellos que se acercan por primera vez, los adentra en una historia de amistad y pura comedia. Por tanto, a pesar de llevar al extremo a sus personajes, se comprenden los arquetipos y hay cierta identificación con el público.

Así logra que no se convierta en una historia que marque distancia, sino que haga de lo cotidiano su principal baza. Además, rompe tabúes en torno al género, al mostrar realidades muy distintas entre sí y no caer en ciertos estereotipos alejados de la realidad actual. Gracias a ello, el tratamiento de sus personajes, así como del conflicto principal, gozan de una resolución dinámica y dentro de ese histrionismo propio de la comicidad que se busca. Únicamente, hay momentos en los que se transfiere un tratamiento psicológico menos afinado, herencia del texto original, que, tal vez, sería interesante revisar. También el final se solventa excesivamente rápido. Aun así, en la mayor parte de la ejecución narrativa hay esa comedia que permite reflexionar sobre temáticas más profundas. Por lo que, dentro de ese disfrute ligero y extremo, hay esas pinceladas que dotan de humanidad al relato.

Mujeres al poder

Susana Hernáiz y Elda García son las encargadas de capitanear el elenco coral de La extraña pareja. En primer lugar, Hernáiz brilla desde el primer momento, con un trabajo absolutamente impoluto y con una energía fulgurante. Además, se puede ver cómo nada por la comedia con total facilidad, sumergiéndose en momentos llenos de hilaridad con una naturalidad increíble. Con lo cual, su labor sobre la escena es excelente, es imposible no ver el gran talento de la actriz en cada una de sus partes. Por su lado, Elda García no se queda atrás, a pesar de tener que dar vida a la antagonista de la obra. Mientras que cuece ese carácter complicado al detalle, va explorando una coherencia interna muy atinada. De esta manera, configura su expresividad a fuego lento, lo que hace que su transformación se disfrute progresivamente y el contraste con su compañera sea estupendo.

Después, Patirke Mendiguren, Cristina Palomo y María Muñoz dan vida a las dispares amigas de la pareja protagonista. Cada una de ellas muestra un estilo muy diferente al de su compañera, lo que permite que tenga su momento de brillar en cada ocasión. Por ejemplo, Mendiguren expone esa firmeza que se espera de su personaje, pero dándole la preocupación hilarante que permite que no se quede en un solo tono. Palomo tiene un carácter que sabe utilizarlo a su favor, para pisar fuerte el escenario, mientras que Muñoz otorga esa atmósfera extraña, pero tierna. Por otra parte, Chema Coloma y Andrés Rus completan el reparto con dos papeles en los que se dejan llevar y saben sacarles partido, pese a no estar un tiempo prolongado sobre la escena. Para terminar, hay que destacar lo mucho que lo disfruta el elenco y cómo lo transmite al público.

Un referente popular

Calibán Teatro propone una puesta en escena en el que abunda la cotidianidad de la rutina, centrándose en el salón de la casa de Olga. A pesar de ser algo arriesgado, se convierte en una decisión muy acertada y que escenifica a la perfección el progreso hilarante y esperpéntico de su trama. Por tanto, se ve una construcción que no escatima en detalles, a pesar de no ser especialmente concienzudos, pero sí muy efectivos. El orden y la limpieza se halla constantemente como leitmotiv, lo que permite dejar salir una comedia más física. Gracias a ello, La extraña pareja adquiere una vertiente muy dinámica, donde no solo abunda la palabra como medio para la risa, sino que la coreografía, la acción y hasta el vestuario ayudan a provocar carcajadas en el patio de butacas.

El ritmo comienza de una forma apropiada, lo único que hay partes en las que se excede en su duración en el desarrollo de algunas problemáticas. En consecuencia, puede dar la sensación de extenderse en el tiempo en alguna que otra escena. Sin embargo, en el análisis global, logra fluir sin problema, sobre todo por la notable utilización del humor como vehículo. Como anécdota, las transiciones, por dicha particularidad con un cuadro, se convirtió en el lazo definitivo entre compañía y espectadores. El uso del color y las referencias se adecúa a un público generalista, aunque se ve la adaptación más hacia el imaginario colectivo español. No obstante, se mantiene un hilo musical internacional, que dota de ese aire ochentero que llama a una nostalgia festiva. Una obra para evadirse a través de la carcajada y el buen rollo.

Conclusión

La extraña pareja trae a la vida uno de los clásicos teatrales y cinematográficos de todos los tiempos. Así se plantea una visión de la amistad, aderezada con situaciones rocambolescas, hilarantes y que despiertan fácilmente las carcajadas en el público. Asimismo, hay que aplaudir el trabajo de su elenco, el cual disfruta y hace partícipe de ello a los asistentes. Especial mención a Susana Hernáiz, la cual está brillante. También hay que mencionar a la puesta en escena, que lo aborda desde un dinamismo cotidiano, donde abunda el feel-good, el movimiento y una selección musical óptima. Una comedia que sigue triunfando en los escenarios al provocar las risas en el público de principio a fin, dejando una sensación satisfactoria.

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