Una de las obras que en los últimos años se ha convertido en todo un éxito es La función que sale mal. Adaptada en más de 30 países, ha sido galardonada por varios de los certámenes más importantes a nivel mundial. Ganó en 2017 el premio al mejor diseño de escenario de una obra en los Premios Tony, al mejor estreno, mejor dirección y mejor diseño de sonido en los Broadway World y se alzó con el premio al estreno favorito por el público en Broadway.com. En 2015 se coronó como la mejor comedia original en los Premios Olivier y a la mejor obra en los Broadway World UK. En España llega de mano de Sean Turner con la adaptación de Zenón Recalde. Desde el 24 de septiembre en el Teatro La Latina.
Crítica de 'La función que sale mal'
Resumen
Ficha Técnica
Título: La función que sale mal
Título original: The Play that Goes Wrong
Reparto:
Héctor Carballo (Chris)
Carlos de Austria (Robert)
Carla Postigo (Sandra)
Alejandro Vera (Dennis)
Noelia Marlo (Annie)
César Camino (Trevor)
David Ávila (Max)
Felipe Ansola (Jonathan)
Paula G. Lara (Swing)
Ángel Saavedra (Swing)
Avelino Piedad (Swing)
Duración: 120 min. apróx.
Dirección: Sean Turner
Adaptación: Zenón Recalde
Director asociado: David Ottone
Diseño de escenografía: Nigel Hook
Iluminación: Ric Mountjoy
Vestuario: Roberto Surace
Diseño de sonido: Andy Johnson
Fotografía: Helen Murray
Comunicación: ElNorte Comunicación
Género: Comedia
Producción: SOM Produce, Nearco Producciones, Cobre Producciones y Olympia Metropolitana
Tráiler de 'La función que sale mal'
Sinopsis de 'La función que sale mal'
El humor ingles
Uno de los grandes éxitos de Broadway llega a España con un nuevo enfoque, respetando el original. La función que sale mal se reescribe a manos de Zenón Recalde, basado en el texto de Henry Lewis, Jonathan Sayer y Henry Shields. La obra desde el principio realiza una carta de presentación en la que ubica al espectador y deja claro cuál es el carácter de la pieza. El hilo narrativo se construye sobre el concepto de la metahistoria. Unifican ambas partes, equilibrando ambas facciones del libreto. Sin embargo, al tratarse de una comedia que utiliza el concepto de humor físico, han sabido provocar un juego inteligente entre la obra real y la obra dentro de ella. Este metateatro hace que la empatía y cercanía hacia el espectador se desarrolle de una forma más directa. No hay intención de guardar la cuarta pared, sino que el guion cuenta con esta peculiaridad.
Cada personaje recrea a la perfección ese desasosiego de montar una obra de teatro en el que parece nada salir bien. La Ley de Murphy cobra vida y saben controlar los tiempos para no abusar de la absurdez narrativa. Las relaciones que hay entre ellos no van más allá de lo estrictamente cómico, lo que se comprende, dado que la coherencia y el objetivo de la obra se base en la experiencia del grupo de teatro al que representan. Por otro lado, hay que recalcar el buen hacer en la adaptación al introducir elementos propios de la cultura española. Esos puntos tan costumbristas le dotan de una diferencia con otros montajes realizados. Han sabido adaptarlo al público español sin dejar esa esencia universal que ha hecho que triunfe alrededor del mundo.
Brillando juntos
Es complicado ver obras en las que intervienen tantos actores a la vez, pero La función que sale mal justifica la presencia de cada uno de ellos. El reparto coral esta excelente, en el que nadie abusa de su presencia y donde se palpa la buena conexión entre los actores. Es fascinante ver esa comicidad inherente en su manera de trabajar y no pecar de llevarlo al extremo injustificado. Son caricaturesco, histriónicos e incluso se puede decir que esperpénticos, pero lo utilizan a su favor para dar unas actuaciones brillantes. Es importante la naturalidad en estos casos, donde lo inverosímil necesita esa dosis de realidad y este elenco actoral no duda en fomentarlo. Se produce toda la relación desde un eje orgánico y sin pretensiones. No se fuerza ni se intenta hacer reír sin justificación detrás.
Hay que valorar el talento de los actores a la hora de su desempeño sobre el escenario a nivel físico. No es una obra fácil en este punto. A lo largo de la obra, el espectador puede observar como cada uno de los intérpretes se enfrenta a distintos retos físicos. Se fomenta esa comedia tan características de los hermanos Marx o, inclusive, de Charles Chaplin. Saben explotar esa expresividad y proyectar una imagen hacia los asistentes. Otro de los puntos más importantes es del alcance de la voz y la parodia del afamado mundo teatral. Los actores saben cómo ofrecer esos aspectos sin caer en la burla, razón por la que todavía se valora más su manera de interpretar. Por último, cabe destacar que se puede ver la gran dirección actoral en esta pieza, dado que al ser un grupo tan numeroso, podría no funcionar y sí lo hace.
La virtud del movimiento
Si preguntan cómo definir La función que sale mal, es imposible no hablar de su puesta en escena. La producción teatral convierte el escenario en el decorado de la metaobra y desde el principio invita al espectador a formar parte de él. Pese a lo disparatado y lo rocambolesco, la realidad es que se ha cuidado hasta el más mínimo detalle del escenario. Hay un despliegue técnico enorme y hasta el propio atrezzo de la obra dentro de la obra es atractivo. Luego, en este campo de minas, la coreografía es fundamental y se puede ver perfectamente el minucioso trabajo de planificación que hay detrás. Cada movimiento se ajusta a una acción-reacción planeada que, aún así, cala entre el público y cumple su función. Al ser en directo, se aprecia todavía más la destreza técnica.
El vestuario utilizado lleva un acabado muy personal y derrocha personalidad. No se queda estático, sino que da una gama de colores dinámica, que ofrece todavía mayor efecto cómico en el espectador. El juego de iluminación y de sonido está muy bien ejecutado y acorde a la naturaleza de la pieza teatral. Incorpora el efecto diegético y se convierte en una estrategia para sumergir al espectador dentro de la acción. Luego, hay que subrayar la importancia de los objetos y del continuo movimiento por el escenario. Aportan movimiento y el ritmo no se estanca, sino que se mantiene activo y sabe crecer para catapultarse en su última parte. Únicamente, hay ciertos momentos que se perciben como repetitivas y la segunda parte de la obra se encuentra en desventaja con la primera. Sin embargo, el resultado global es más que notable.
Conclusión
La función que sale mal es una obra que lleva al extremo a sus personajes y se convierte en una oda a la Ley de Murphy. Un guion que ha sabido unificar el aspecto del metateatro y construye unos personajes en los que pese a no buscar la profundidad, se alejan del vacío narrativo y funcionan perfectamente. Un reparto coral excelente que se deja la piel en la obra y apuesta por mostrar un dinamismo interpretativo excelso. La puesta en escena es lo mejor que, en conjunto con el guion, crea una comedia física y con una coreografía medida al milímetro. Tiene una estructura técnica brillante y se cuida cada detalle. Una planificación que acierta y triunfa. Lo mejor de lo peor, la gloria del desastre, el espectáculo del error y, sin duda, la función que sale no bien, sino excelente.
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No es una gran puesta en escena.
Oportunidad le doy a todos pero no me lleno la función.
La vi ayer en Zaragoza Lo mejor que he visto en mucho tiempo. Brillante. Gracias por hacernos pasar un rato tan divertido
Vaya puta mierda de función (me da coraje) que con ese argumento, sea tan mala, le sobran 90 min de los 120 min que dura, la comparan con monty phyton, agatha cristhie, sherloks holmes... perdona??? Terminé pidiendo la hora como en los peores partidos, los 30 eur peor tirados a la basura
A mí tampoco me gustó nada. Mogollón de gente dormida, entre tantos otros que reían todavía no sé bien por qué. Una p m.