Después del éxito obtenido con "Un musical barroco", la compañía de María Herrero vuelve con su segundo montaje: La historia más surrealista jamás cantada. En esta ocasión, la obra teatral se posiciona en la época medieval y renacentista. Al igual que su antecesora, ha obtenido el favor del público y de la crítica especializada, teniendo una recepción muy positiva por ambas partes. Asimismo, ha seguido una línea de investigación y estilística en consonancia con Proyecto Barroco. Estas piezas buscan acercar la historia, mediante espectáculos musicales y rocambolescos que calen en la audiencia. Se puede disfrutar hasta este 27 de junio de 2021 en el Teatro Infanta Isabel.



La historia más surrealista jamás cantada

Crítica de 'La historia más surrealista jamás cantada'

Ficha Técnica

Título: La historia más surrealista jamás cantada
Título original: La historia más surrealista jamás cantada

Reparto:
Esther Acevedo (Matilde de Inglaterra)
Víctor Antona (Enrique VIII)
Ana Crouseilles (Leonor de Aquitania)
Aratxa Garrástazul (Catalina de Aragón)
Eduardo Gutiérrez (Enrique II)
Aitor de Kintana (Guillermo de Aquitania)
Amaranta Munana (Kralisse)

Duración: 90 min. apróx.
Dirección: María Herrero
Dramaturgia: María Herrero y Proyecto Barroco
Ayudante de dirección: Laura Garmo
Diseño de vestuario:
Matías Zanotti
Espacio escénico:
Proyecto Barroco
Diseño de iluminación:
Marta Martí
Composición musical:
María Herrero
Diseño de sonido:
Benigno Moreno
Asesoría histórica:
Juan Carlos González
Producción:
Proyecto Barroco
Distribución: Santiago Ruiz (Cuánta Fantasía)

Tráiler de 'La historia más surrealista jamás cantada'

Sinopsis de 'La historia más surrealista jamás cantada'

¿Qué hubiera sucedido si Leonor de Aquitania hubiera leído a Freud? ¿Y si Enrique VIII se viera obligado a vivir en democracia? ¿Qué pensaría el primer trovador de la historia si escuchase a Elvis?

La historia más surrealista jamás cantada es un cuento musical para adultos. En él iremos conociendo la historia de Kralice, una joven musulmana que cuida la casa de la conocida pintora surrealista Remedios Varo a la muerte de esta y que encontrará en el sótano un cuadro muy especial cuyas figuras cobran vida mágicamente. Estos personajes pictóricos resultarán ser diferentes reyes y reinas del medievo y del renacimiento que establecerán una relación cuanto menos sorprendente con la joven Kralice.

Una mezcla de hechos reales y ficticios hilarán este cuento en el que se han musicado textos de Dante, Petrarca y trovadores medievales que serán de gran importancia en la narración y nos conducirán a reflexionar sobre nuestra historia desde una perspectiva contemporánea.

Basándonos en las relaciones de estos divertidos personajes, analizaremos la importancia de lo que dejamos a las generaciones venideras, del sentido de permanencia o el peso de la cultura y la sociedad en la identidad del individuo. Una reflexión sobre el poder y la historia que nos ayudará a conocer nuestro pasado, para ser más libres en el presente y tomar decisiones para un futuro mejor. Porque como bien dice la célebre cita “Aquel que no conoce su historia está condenado a repetirla.” (TEATRO INFANTA ISABEL).



La historia más surrealista jamás cantada
Foto de Urko Sainz

La sangre azul

María Herrero se enfrenta a la realeza histórica con La historia más surrealista jamás cantada. Este proyecto se enraíza en un repaso por nombres que fueron claves para el desarrollo de varios países durante la época medieval y renacentista. Sin embargo, Herrero se deshace de un planteamiento más clásico, para dar rienda suelta a una creatividad muy interesante y jugosa. De esta manera, innova en la manera de presentarlo, contando exactamente el porqué dichas figuras son claves, pero dándoles una vuelta de tuerca. Su mayor fuerte se halla en ese paralelismo del endiosamiento de la realeza de antaño, ante una crítica social mordaz e inteligente sobre el clasismo y derrocando los falsos mitos en torno a este tipo de reyes y reinas. Además, hay una sutileza ingeniosa, que esboza una sonrisa al ver cómo va enlazando distintas ideas que traen un trasfondo importante de reflexionar.

Hubiera sido fácil realizar una parodia o llevar a dichos personajes al extremo sin más justificación que el divertimento, pero Herrero no se limita a ello. Ese histrionismo que se encuentra en cada uno de ellos viene justificado por una transformación llena de pinceladas y matices que elevan el resultado final. Por ello, no solo actúan como arquetipos de una comedia más física, sino que también reivindican el bagaje que hay tras ellos. Asimismo, se produce una reflexión fresca y ligera, que conecta con la moraleja que hay en la composición de la historia. Por tanto, el final es un frenesí, que resume en su totalidad la razón de existir de esta obra. Es una reivindicación de dejar de creer en la sangre azul, de comprender la importancia de cada persona y su humanidad, sin necesidad de dejar un legado público o histórico.

Proyecto Barroco
Foto de Urko Sainz

Un cuadro real

Haciendo honor a los personajes que representan, el elenco de La historia más surrealista jamás cantada es un absoluto ejemplo de éxito coral. No hay ningún intérprete que no se encuentre en un alto nivel, mostrando una cohesión y una calidad exquisita. Para comenzar, Esther Acevedo, en la piel de Matilde de Inglaterra, es impresionante y totalmente divertida. La manera en la que se mueve, cómo mantiene el personaje hasta el final y la expresión física hacen de su actuación un auténtico festín. Después, Aitor de Kintana, como Guillermo de Aquitania, borda a la perfección ese aspecto de trovador, que se junta con una ejecución en consonancia con lo que se le atribuye a su personaje. También sabe utilizar su elemento más luminoso, siendo una de las interpretaciones que dejan salir un matiz más cándido. Lo mismo sucede con Eduardo Gutiérrez, que capta esa inocencia cercana.

Por otro lado, Ana Crouseilles aporta ese punto pícaro, sensual y totalmente fluido. Así, logra hacer un homenaje a la figura de Leonor de Aquitania, pero no se queda en el estereotipo. A pesar de usar unos recursos esperables, luego innova a la hora de moverse por el escenario. Aprovecha en todo momento la naturalidad y esa personalidad que hace que se posen los ojos sobre ella. Luego, Víctor Antona triunfa con su esperpéntico Enrique VIII, disfrutando y jugando con su figura. Transforma el ideal, para darle una visión totalmente genuina y divertida. Junto a él, una impecable Arantxa Garrástazul, como Catalina de Aragón, que utiliza la crítica con un carisma e ironía bien planteados, sin perder de vista el carácter fuerte de su personaje. Por último, Amaranta Munana trae la interpretación menos extrema, pero sin desentonar. Gracias a ello, termina por culminar con un final interpretativamente emocionante.

Proyecto Barroco
Foto de Urko Sainz

La fábula rocambolesca

Hay obras de teatro que elevan su nivel al saber cuidar no solo la historia que se cuenta, sino también cómo se envuelve. La historia más surrealista jamás cantada no solo triunfa por su dramaturgia, sino por transportar el espectador a un cuento para adultos con esos matices coloridos que le dan mucha potencia. Al mismo tiempo, mantiene ese carácter pictórico, emulando esa realidad que se deposita. Por lo cual, la concepción estética es extraordinaria, con un uso del color y de la disposición de los elementos totalmente fulgurante. Prueba de ello, son, por ejemplo, partes como el teatro de sombras, que tienen una conexión con el estilo principal. Se puede ver, perfectamente, que se han cuidado todos los aspectos que forman parte de la obra. Una revolución llena de energía y dinamismo.

Por otra parte, el diseño de vestuario está totalmente cuidado, dando a cada uno su espacio y reivindicando su figura para poder ser reconocible para aquellos que los conocían previamente, y que se conviertan en un símbolo para los que no sabían quiénes eran. También hay que aplaudir la música y la composición que acompaña la pieza teatral, con unas canciones características y un tono vivaracho y expresivo. De la misma forma, se valora que María Herrero se mantenga en escena y ejecute la música desde esa perspectiva. Hay momentos en los que se puede ver el gran disfrute que vive con cada función, al reflejarse en su rostro. Y, no es de extrañar, la obra es redonda y es una estrategia para acercar la historia desde un prisma agradable, perspicaz, ingenioso y completamente hilarante.

La historia más surrealista jamás cantada
Foto de Urko Sainz

Conclusión

La historia más surrealista jamás cantada es una revolución histórica colorida, que apuesta por dar una vuelta de tuerca a cómo se han contado las hazañas y las etapas detrás de las figuras que la protagonizan. Además, se reviste de cuento para adultos, con una estrategia inteligente, haciendo reflexionar al público con una crítica perspicaz y sutil. Asimismo, su reparto es brillante, funcionan cada uno de los intérpretes y demuestran lo que es un trabajo coral extraordinario. Histriónica, divertida y en movimiento constante, se conjuga con un uso del color, de la estética y de la artesanía teatral que redondean la pieza teatral. Una revisión de la historia completamente rompedora, que cambia el final del cuento y demuestra una personalidad única.

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CINEMAGAVIA
9/10
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Diego Da Costa
Subdirector de Cinemagavia. Comunicólogo audiovisual por la UCM y Máster en Comunicación en la Red por la UNED. Miembro de EGEDA (Premios Forqué) e Ingeniero Audiovisual en Ricoh España. Co-creador de la compañía artística La Joie de la Colina. Como diría Elizabeth Taylor: "Las ideas mueven el mundo sólo si antes se han transformado en sentimientos".
la-historia-mas-surrealista-jamas-cantada-critica-teatroUna revolución histórica colorida, que apuesta por dar una vuelta de tuerca a cómo se han contado las hazañas y las etapas detrás de las figuras que la protagonizan. Una estrategia inteligente, haciendo reflexionar al público con una crítica perspicaz y sutil. Asimismo, su reparto es brillante, demuestran lo que es un trabajo coral extraordinario. Histriónica, divertida y en movimiento constante, se conjuga con un uso del color, de la estética y de la artesanía teatral que redondean la pieza teatral. Una revisión de la historia completamente rompedora, que cambia el final del cuento y demuestra una personalidad única.

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