La llamada de lo salvaje es la adaptación de la novela homónima de Jack London del mismo título. Una película infantil para padres que ha resultado el segundo fiasco de Disney tras la adquisición de Fox. Estreno en salas de cine españolas el 21 de febrero.



La llamada de lo salvaje

Crítica de La llamada de lo salvaje

Ficha Técnica

Título: La llamada de lo salvaje
Título original: The Call of the Wild

Reparto:
Harrison Ford (John Thornton)
Omar Sy (Perrault)
Dan Stevens (Hal)
Bradley Whitford (Juez Miller)
Karen Gillan (Mercedes)
Jean Louisa Kelly (Katie Miller)
Terry Notary (Trabajador ferroviario)
Cara Gee (Françoise)
Colin Woodell (Charles)
Wes Brown (Mountie)
Anthony Molinari (Hombre en la escalera)
Brad Greenquist (Vendedor de perros Skagway)
Adam Fergus (James)
Alex Solowitz (Minero #1)
Scott MacDonald (Vendedor de perros Dawson)

Año: 2020
Duración: 100 min.
País: Estados Unidos
Director: Chris Sanders
Guion: Michael Green (Novela: Jack London)
Fotografía: Janusz Kaminski
Música: John Powell
Género: Aventuras. Animales
Distribuidor: Twentieth Century Studios España

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Sinopsis

Adaptada del popular clásico de la literatura, La llamada de lo salvaje lleva a la pantalla con enorme autenticidad la historia de Buck. Se trata de un perro con un gran corazón cuya apacible vida doméstica se pone patas arriba cuando de repente le arrancan de su hogar en California y lo trasplantan a las exóticas tierras del Yukón en Alaska durante la fiebre del oro de los años 1890. Buck es el novato recién llegado en un equipo de trineo de perros que entrega el correo y del que acabará siendo el líder. Buck vivirá la mayor aventura de su vida y encontrará por fin su lugar en el mundo convirtiéndose en su propio maestro. (Twentieth Century Studios España)

Dónde se puede ver la película



Cuando Disney tropieza

Tras dos semanas, La llamada de lo salvaje apenas ha recaudado 120 millones en todo el mundo. El estudio ya habla de pérdidas, teniendo en cuenta los más de 125 millones invertidos en ella. Perdiendo gran parte del pastel en los países afectados por el Coronavirus (China, Corea del Sur e Italia principalmente), lo cierto es que este podría ser uno de los motivos principales… o no. Y es que la campaña de promoción ha sido, cuanto menos, bastante light. Acostumbrados a las agresivas e invasoras promociones de Disney, La llamada de lo salvaje tarda en llamar nuestra atención y más si somos ese adulto traumatizado con la madre de Bambi que debe llevar al crío al cine.

La llamada de lo salvaje
Copyright Twentieth Century Fox

Ese Disney oscuro

La llamada de lo salvaje, dirigida por el nominado al Oscar por Cómo entrenar a tu dragón Chris Sanders, trata de Buck, un perro doméstico que se ve arrastrado a las salvajes tierras de Alaska y Canadá en la década de 1890, en plena fiebre del oro, donde tendrá que encontrar su lugar y reconciliarse con el ser humano. En esta última parte del argumento es donde encontramos el epicentro de la cuestión, el debate interno de todo adulto.

A voz de pronto no parece más que el argumento de una película enfocada al público infantil. Sin embargo, de algún modo, el adulto se siente de vuelta al cine con el que se crió. ¿Quién no recuerda, compungido, aquel momento en el que Beethoven es subido al coche por su dueño, camino del matadero? Esos niños corriendo tras el coche… No importa el estudio, los 80 y los 90 fueron buenos años para la fauna cinematográfica y, los perros, también se llevaron lo suyo (Beethoven, Socios y sabuesos, Super agente K9…todas cuentan con escenas desencadenantes tremendamente lacrimógenas).

En concreto, este es el Disney que quería enseñarte una importante lección de vida a base de pequeños traumas que recordaremos de por vida, a golpe de garrote, nunca mejor dicho. El de los animales humanizados, el de la moraleja con palos y momentos crudos e incómodos. Todos recordamos a las madres de Bambi o Dumbo o el miedo real que pasamos cuando Blancanieves huye por un bosque aterrador y caótico. Disney nos aguijoneaba sin compasión con escenas oscuras que han quedado grabadas en nuestra memoria, como buenos niños impresionables que éramos.

Una vez más, es el ser humano quien nos “regala” este tipo de momentos. De nuevo, el estudio recurre al ya sobado y manoseado mensaje respecto a la naturaleza y su fauna. Si, es una película para niños pero, por favor, padres del mundo; para niños algo creciditos y no demasiado impresionables. Puede que este sea otro motivo de su baja recaudación; los padres que no han llevado a sus hijos, esos padres que pensaron “Pinta crudo, mejor me espero a la Pixar de este verano, que el cine está muy caro”.

The Call of the Wild
Copyright Twentieth Century Fox

Cuando Disney manipula

Manipular es una de las especialidades de este estudio. Como en la Colmillo blanco de antaño, prácticamente te lleva de la mano, haciendo las paradas pertinentes de “Ahora toca lagrimita... ¿ya? Sécate, que seguimos, corre”. Unas paradas algo aceleradas. Y es que se manejan con tanta soltura frente a este tipo de fórmulas que parece que ya lo dan todo por mascado. En menos de diez minutos has digerido la introducción y apenas en doce ya estás vomitando las primeras lágrimas.

Buck es un perro con un nivel muy alto de comprensión y expresión humana. Bajo la excusa de que ha sido malcriado entre algodones y algo humanizado por sus amos, Buck patina en ocasiones con el exceso de gesticulación. Algo que, por otra parte, nos deja disfrutar de un CGI algo particular; en esta ocasión la referencia para los actores no es simplemente una pelota que dicta hacia donde mirar. El estudio contó con Terry Notary, importante coreógrafo de movimiento, para dar la réplica como Buck a Harrison Ford y el resto del elenco, cosa que se percibe enseguida en las actuaciones e interactuaciones y que se agradece dado el ajustado repertorio de nuestro querido Harry.

The Call of the Wild
Copyright Twentieth Century Fox

El universo paralelo de Jack London

Jack London atravesó el río Yukón de Alaska y El paso del caballo muerto (‘Dead horse trail’, sobran las explicaciones) en un trineo tirado por perros (y enfermo) en plena fiebre del oro. Esta experiencia le acompañaría de por vida y sería la propulsora de sus dos novelas más conocidas.

Disney ha querido plasmar esa naturaleza virgen, salvaje y hermosa con la que London se encontró, siempre vista desde sus románticos ojos. Desde luego, el escritor habría quedado más que satisfecho con el impresionante espectáculo visual que ofrece, mucho más concentrado en los parajes silvestres que en los escasos escenarios construidos por el ser humano (apenas un puerto, un barco, una futura ciudad en crecimiento, un par de casas…). El resultado son postales que bien podrían parecer de cualquier película del género western… pero bajo el manto de la nieve. Sin duda, unos planos que bien merecen el precio de la entrada.

Conclusión de La llamada de lo salvaje

La llamada de lo salvaje es ese Disney que siempre buscó, sin conseguirlo, el equilibrio entre el disfrute infantil, más sencillo, y el complejo entretenimiento del adulto. Otros estudios e, incluso, el propio Disney en alguna contada ocasión, consiguieron ese equilibrio (la brillante Shrek 2, la evolución de la saga de la casa Toy Story o, los impecables primeros 10 minutos de Up, son claros ejemplos) recurriendo al humor negro o a homenajes nostálgicos de otras películas y personajes célebres (ese tiburón mafioso con el lunar de Robert de Niro).

En este caso ese equilibrio se pierde por momentos. Aunque la cinta es más que disfrutable, lo cierto es que, al menos esta que firma, no repetirá la experiencia, por mucho que la haya disfrutado y por muy entrañable que resulte Harrison Ford, otro reclamo para nuestra generación.

Reportaje de La llamada de lo salvaje en Días de Cine TVE

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