El pasado 5 de marzo se estrenó en el Teatro LaraLa saga, obra teatral escrita por Ramón Madaula, con dirección de Cristina Higueras. La pieza cuenta en el reparto con caras conocidas como Gonzalo Ramos, Aníbal Soto y Laura Ledesma. Con éxito de público, se representa en la Sala Cándido Lara todos los domingos a las 20:30 horas.
Duración: 80 min. apróx. Dirección: Cristina Higueras Dramaturgia: Ramón Madaula Producción: Encarna M. Rico
Producción ejecutiva: Encarna M. Rico
Idea original: Ramón Madaula
Ayudante de dirección: Encarna M. Rico
Escenografía: Patricia P. Sánchez
Iluminación: Jaione Azkona
Diseño de sonido: Jaione Azkona
Vestuario: Carlos G. Bajo
Gerencia y regiduría: Encarna M. Rico
Técnico de iluminación y sonido: Alicia Pedraza
Fotografía: Javier Mantrana
Road Manager: Encarna M. Rico Producción: Fira Producciones y Teatro Lara
Tráiler de 'La saga'
Sinopsis de 'La saga'
La saga habla de la familia Brezales, que es hablar de los «Medicci» de Castilla y León. Dos siglos de tradición familiar, de oficio y de institución que se ven en peligro cuando Jimena, hija del insigne empresario Alfonso Brezales, decide invertir el orden de sus apellidos para anteponer, en un gesto reivindicativo feminista, el de su madre. Para ello cuenta con el apoyo total de Manuel, su pareja, progresista, idealista y -aparentemente- muy coherente.
Cuando esto llega a los oídos de Alfonso, pondrá en marcha una serie de astutas maniobras para lograr, a toda costa, que no se pierda su apellido. Todo apunta a que lo conseguirá, pero… el destino nunca deja cabos sueltos. (TEATRO LARA).
La supremacía del hombre
Ramón Madaula introduce al público en una comedia accesible con La saga, mediante una historia familiar que pone el foco en la tradición de heredar el apellido paternal. Así, el guion se mueve en el debate sobre el avance social, mediante un revestimiento feminista que invita a discutir sobre ello tras la función. Dividida en tres actos, el primero de ellos presenta el conflicto y el camino hacia la resolución del mismo, otorgando varios puntos de humor bien llevados. Gracias a ello, el espectador navega por esta historia familiar de una forma agradable y al mismo tiempo crítica. Sin embargo, esta presentación se convierte en la acción principal del relato, extendiéndose en exceso y ocupando dos terceras partes de la dramaturgia.
En consecuencia, se pierde la frescura del principio, dado que se puede llegar a la misma determinación sin dar tantas vueltas sobre el mismo asunto. Después, la segunda y tercera parte se resumen en demasía, dejando un desarrollo más abrupto. A pesar de ello, se encuentran algunos puntos de enfrentamiento que suscitan sonrisas cómplices, aunque se siente que podrían ir mucho más allá y ofrecer un debate realmente interesante sobre el tema. Por ello, se puede ver que es una base que tiene mucho potencial y todavía puede seguir creciendo para llevarla hasta el final. Para terminar, la última parte termina de una manera coherente y conservando el espíritu de la pieza. Gracias a ello, culmina con una sensación ligera, determinando que es una historia simpática.
El padre de la novia
Uno de los aspectos mejor valorados de La saga es su elenco actoral, el cual le da un soplo de aire y otorga un solidez que mejora el resultado global de la pieza. En primer lugar, Aníbal Soto derrocha mucho carisma desde el primer minuto, sabe el retrato al que debe enfrentarse y no tiene reparos en entregarse a ello. Por tanto, la comedia que realiza se ve desde un prisma rocambolesco, pero natural y orgánico. De esta forma, evita caer en lo sobreactuado, al mostrarse extremo, pero verosímil. Asimismo, se valora su gestualidad, lo cual da mayor cuerpo a su actuación ante la escena. También cabe destacar la conexión que establece con sus compañeros de reparto, dando mayor fluidez al conjunto.
Gonzalo Ramos realiza un trabajo dramático algo menos exagerado, lo que hace que no tenga los mismos recursos expresivos para abordar su personaje. Aun así, cumple con su función, teniendo momentos en los que sirve de anclaje ante todo el histrionismo que se presenta en la sala. No obstante, al ser un personaje que emerge desde la pasividad, con un carácter más calmado, puede ser que se quede en un segundo plano en algún momento. Para terminar, Laura Ledesma consigue destacar aunque no tenga muchas escenas, lo que demuestra su capacidad interpretativa sobre las tablas. Partiendo de un prototipo totalmente lleno de clichés, logra no caer en todos ellos y le da a su personaje una personalidad especial, siendo magnética ante los espectadores. Se queda en la retina de los asistentes.
Una familia bienaventurada
La propuesta escénica de La saga se sostiene sobre una escenografía de grandes dimensiones, que es atractiva a nivel visual. Después de este primer contacto, sirve como apoyo estético y funciona para el fin que se ha realizado. Además, escenifica a la perfección ese salón familiar, que comprime la acción en dicho lugar. Luego, el vestuario atina en los personajes del padre y de la hija de la familia Brezales, pero peca de algo estereotipado en el del yerno, que recrea la imagen que, supuestamente, podría tener la gente más progresista. Por otra parte, la introducción de elementos como Alexa, les da un juego que les abre posibilidades que aprovechan, protagonizando algunos de los momentos más hilarantes de la pieza y encajan sin ningún tipo de problema en el montaje.
El ritmo de la obra inicia bien, de forma ligera, dinámica, dando un buen comienzo para el espectador. Sin embargo, al igual que ocurre con la dramaturgia, se enquilosa en el primer acto, haciéndose excesivamente espeso, en especial, tras su primera media hora. En este sentido, se echa en falta que se hubiera equilibrado su duración con más estímulos, además de la palabra hablada. Después, en el segundo y tercer acto lo encamina, logrando que se desprenda de la pesadez de esa primera parte y volviendo a reintroducir al público en la historia. No obstante, al resolverse de una forma tan rápida, no da tiempo a superar dichas flaquezas. En conjunto, el estilo artístico y técnico apuesta por una estrategia más generalista y comercial, pero que es efectiva y empasta a la perfección con el tipo de espectáculo que es.
Conclusión
La saga es una comedia accesible, que debate sobre la herencia patriarcal ante una dramaturgia con potencial. Por ello, tiene varios puntos hilarantes, bien hilados, pero debe todavía trabajar en una composición que puede dar más y limitar algunas partes como el primer acto, que se excede en duración. Después, tiene un reparto solvente, con un estupendo Aníbal Soto liderando el elenco actoral. A nivel técnico y artístico, utiliza una estrategia más generalista, pero que encaja perfectamente con el estilo de la pieza, siendo visualmente atractiva. El ritmo es dinámico en sus dos últimas partes, pero el primer acto le pasa factura. Los apellidos y el orgullo a debate, en una historia que pone en la mesa el avance social, pero sin mojarse en exceso en pos de ser una comedia para todos los públicos.