Roald Dahl es uno de los novelistas más populares gracias a títulos como "Matilda", "Charlie y la fábrica de chocolate" o "James y el melocotón gigante". Uno de sus libros más famosas es "Las brujas", obra que tras la gran polémica surgida en torno al film homónimo de los años 90, vuelve a los cines de mano de Robert Zemeckis. Por lo cual, el director de "Regreso al futuro" lleva al espectador ante una historia nostálgica y que, sin duda, supone volver a reencontrarse con la malvada Gran Bruja y su plan de destrucción de los niños. A pesar de los problemas de exhibición en Estados Unidos, Las brujas (de Roald Dahl) llega a los cines en España este 30 de octubre de 2020.
Título: Las brujas (de Roald Dahl) Título original: The Witches
Reparto: Anne Hathaway (La Gran Bruja) Octavia Spencer (Abuela) Jahzir Bruno (Niño Héroe) Stanley Tucci (Señor Stringer) Chris Rock (Niño Héroe Mayor)
Año: 2020 Duración: 99 min País: Estados Unidos Dirección: Robert Zemeckis Guion: Robert Zemeckis, Kenya Barris y Guillermo del Toro Música: Alan Silvestri Fotografía: Don Burgess Género: Fantástico Distribución: Warner Bros. Pictures
Zemeckis realiza una innovadora adaptación visual de la popular novela de Dahl dirigida al público actual. Las brujas (de Roald Dahl), no exenta de humor negro, cuenta la conmovedora historia de un pequeño huérfano (Bruno) que, a finales de 1967, se va a vivir con su querida abuela (Spencer) a Demopolis, un pueblo de Alabama. El niño y su abuela tienen extraños encuentros con algunas brujas aparentemente glamurosas pero absolutamente diabólicas, así que ella decide quitarse de en medio y llevarse al chico a un hotel de lujo en la costa. Por desgracia, llegan exactamente al mismo tiempo que la Gran Bruja (Hathaway) que ha reunido a sus compinches de todo el planeta -que van de incógnito- para llevar a cabo sus horribles planes. (WARNER BROS. PICTURES).
Uno de los títulos que más prometía durante esta temporada otoñal era Las brujas (de Roald Dahl), dado que su director y co-guionista era nada más y nada menos que Robert Zemeckis. De esta forma, se sumerge al espectador en la conocida historia que se narra en la novela original de Dahl, en el que un pequeño niño debe enfrentarse a todo un aquelarre de brujas. Sin realizar comparaciones con el film de los 90 que marcó a una generación, el guion se mueve en una sencillez que, en ocasiones, provoca que todo se vea excesivamente simple. Por lo cual, aunque hay una intención de crear intriga sobre lo que acontece, al resolverse con tanta facilidad, no se llega a despertar ese sentimiento de misterio. Por lo que, se echa en falta más de esa magia oscura, que mezclaba lo luminoso con lo tenebroso.
Lo mismo sucede con los personajes, los cuales se sostienen gracias a las interpretaciones que les acompaña. Sin embargo, su concepción desde el libreto nada en una exposición bastante superficial. De forma análoga, las problemáticas son ligeras y edulcoradas, más cercanas al cine infantil que al cine familiar. No obstante, cada vez son más las películas las que tratan a los niños como seres de goma, una equivocación, dado que su madurez como espectadores podría sorprender a cualquier realizador. En consecuencia, se echa en falta un poco más de profundidad, unos matices que la conviertan en un cuento gótico, pero se decanta por la dulcificación. Realmente, es extraño, ya que hay secuencias que, a través de sus diálogos, parecen que dan pinceladas de esa personalidad. Por tanto, esa potencia está en su ADN, pero se queda en un resultado a medio gas y un entretenimiento más.
Los buenos y los malos
Una de las mejores decisiones de Las brujas (de Roald Dahl) es la elección de su reparto principal femenino. En primer lugar, Octavia Spencer está maravillosa, siendo una de las mejores interpretaciones de la película. Por un lado, tiene esa ternura y esa dulzura perfectas para su papel, pero lo mezcla con una presencia en escena fuerte. Además, así consigue sujetar una parte importante del peso dramático de la película. Igualmente, en su caso, mejora con creces el personaje, otorgándole carácter, a pesar de las flaquezas que lleva desde el guion. No ocurre lo mismo con Jahzir Bruno, quién se mantiene en una interpretación no bien manejada, donde le falta algo más de vitalidad y expresión sobre su rostro. A pesar de ello, su trabajo como actor de voz es notable.
Después, la gran atracción del film es Anne Hathaway, quién se convierte en la líder de este singular aquelarre de brujas. No se puede negar que ha hecho un buen trabajo, con esa frialdad impostada y esa teatralidad que le dan carisma a su trabajo. Con lo cual, mantiene un buen perfil, además de otorgarle una visión distinta a lo que se suele estar acostumbrado con Hathaway. Solamente, hay veces en los que no sabe medir ese factor más estrambótico y se deja llevar, siendo demasiado histriónica. Por otra parte, comentar que Chris Rock no logra dar naturalidad a su función de narrador, hay esa intención de buenrrollismo espectacular, que le quita verosimilitud. Podría haber dado más cercanía, ya que hay momentos en los que rompe la ambientación que se pudiera crear en la cinta.
Macabra, pero dulce
Las novelas de Roald Dahl son un disfrute por los universos a los que lleva, donde la magia y la realidad se unen para formar un universo distinto. Por esa razón, Las brujas (de Roald Dahl) es una oportunidad perdida al no aprovechar todo este influjo onírico, ya que desde el principio se puede ver que no va a explotar la vena artística. Por ejemplo, el diseño de las brujas es ciertamente realista, pero al no darle mayor importancia, esas pinceladas macabras y esperpénticas se neutralizan. De esta forma, la columna vertebral estética marca un relato más cercano a la dulzura y luminosidad, dejando en un segundo plano a las brujas y su universo. Prueba de ello, surge la necesidad de dar mayor potencia a sus secuencias, como la famosa escena del comedor, que acaba por pasar sin pena ni gloria, a pesar de sus esfuerzos técnicos.
Como se ha comentado, omitiendo las comparaciones con el largometraje de Nicolas Roeg, que ya tenía sus propias flaquezas, no hay que irse muy lejos para compararla con otras películas similares. "Los mundos de Coraline" ilustra a lo que se podría acercar al tono que se espera de este film. Aun así, es respetable que vaya por otra vía, pero el problema es que se echa en falta la magia de Zemeckis. Por ende, el espectador se pregunta dónde está el sello personal del realizador, quién es considerado toda una figura gracias a títulos como “Regreso al futuro”. Asimismo, el uso del CGI no está del todo conseguido. Por este motivo, se convierte en un producto para el momento, pero que no perdurará en el tiempo. Por último, la composición sonora es efectiva, tiene esa ambientación fantástica, que sabe envolver al film.
Conclusión
Las brujas (de Roald Dahl) es un intento fallido de llevar a la gran pantalla un universo oscuro dentro del cine familiar. Por lo cual, deja un guion a medio gas, en el que todo se resuelve fácilmente con una sensación de simpleza apabullante. Aun así, hay momentos disfrutables y funciona como entretenimiento efímero. Luego, Octavia Spencer y Anne Hathaway son las grandes vencedoras de este film, en especial la primera, la cual ofrece una interpretación dulce y con vigorosidad.
Sin embargo, el envoltorio de este caramelo cinematográfico carece de una personalidad y se mueve en una estética estándar. Incluso, el CGI no termina de obtener un resultado verosímil. Por lo cual, incluso el diseño de las brujas, acaba por desvanecerse en una ambientación excesivamente lineal. A pesar de ello, la música es eficaz y envolvente. El aquelarre de brujas se queda en una convención de tazas de té donde el azúcar parece ser el principal problema.
Reportaje de Las brujas (de Roald Dahl) en Días de Cine TVE
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