Las chicas de la estación cuenta la historia de tres amigas que han crecido en un centro de menores, tratando de sobrevivir al abandono de sus familias, el rechazo de la sociedad y a una adolescencia sombría que les precipita a caer en una red de prostitución infantil. En Las chicas de la estación, su directora Juana Macías, trata de mostrarnos la desprotección que asola a muchos menores víctimas de la trata sexual, a partir del caso real de una violación múltiple a una menor que impactó a toda Mallorca en 2019.

Este film basado en hechos reales ha sido aclamado por la crítica en su paso por el Festival de San Sebastián, al poner el foco en un tema tan complejo, profundo y delicado como la trata de menores y la cuestionabilidad del sistema de protección al menor y que se estrenará el 22 de noviembre de 2024 en las salas de cine españolas. Puedes leer aquí otra crítica realizada por Cinemagavia de esta película.



Las chicas de la estación película

Crítica de 'Las chicas de la estación'

Ficha Técnica

Título: Las chicas de la estación
Título original: Las chicas de la estación

Reparto:
Salua Hadra
Julieta Tobío
María Steelman
Carla Gris (Martina)
Elena Gallardo
Xóan Fórneas (César)
Asier Tartás (Señor 1)
Daniel Mantero (Sergio)
Saida Santana (Madre de Álex)
Pepo Llopis (Marcos)
La Fanny (La China)

Año: 2024
Duración: 110 min.
País: España
Director: Juana Macías
Guion: Isa Sánchez
Fotografía: Guillermo Sempere
Música: Isabel Royán
Género: Drama social
Distribuidor: A Contracorriente Films

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Tráiler de 'Las chicas de la estación'

Sinopsis

Jara, Alex y Miranda son tres chicas adolescentes que conviven en un centro de menores en Mallorca. Las tres, unidas por el abandono, el rechazo de su familia, el dolor y la soledad, encuentran un refugio en su amistad y en la esperanza de que algún día todo cambie para ellas.

Encontrando consuelo e ilusión en la música, el concierto de su Trap Queen favorita es el evento más esperado para este grupo de amigas. Sin embargo, el dinero representa una barrera más difícil de superar que la valla por la que escapan de su centro de acogida con frecuencia.

Algo está claro: necesitan ir a ese concierto y necesitan el dinero y parece que sólo tienen una forma de conseguirlo.  Recurrir a “la China”, una antigua interna del centro que se dedica a intermediar en encuentros sexuales de chicas jóvenes y adultos, que lleva tiempo intentando captarlas para conseguir un dinero “fácil” a cambio de ciertos favores.

Dónde se puede ver la película en streaming



Una obra que persigue captar la realidad y la ficción 

La idea de rodar Las chicas de la estación nace tras hacerse eco de la noticia de que una menor de 13 años, que residía en un centro de acogida, había sido violada por un grupo en Palma de Mallorca en la Nochebuena de 2019. El objetivo de este film es el de convertir un titular en una historia, que hable de la realidad de muchos niños y niñas víctimas del abuso, que incluya a los abusadores y a todos los que quieren mirar a otro lado. Lanzando un grito de guerra que llegue al máximo número de personas posible. 

La fotografía y la iluminación están cuidados al detalle, para mostrarnos las luces y las sombras, la crudeza y el amor que definen a la película. A lo largo de toda Las chicas de la estación se entremezclan escenas que buscan eliminar toda erótica que pueda imaginarse en la inocencia de la infancia. Mostrándonos que la hipersexualización de estas menores no nace de la víctima, sino del adulto que mira. 

Y aunque Las chicas de la estación está marcada por la crudeza y la dureza de esta realidad, también nos enseña la belleza y el valor de la amistad, de las redes de apoyo, de los espacios seguros, de la conexión, de la música, de la ilusión y la esperanza. Nos cuenta un relato de superación, de cambio y también una forma de enfocar la vida, de resurgir de las cenizas, con una perspectiva delicada, cuidada y sensible. 

Además, la música es uno de los grandes protagonistas en esta película. Está presente en el modo de sentir, de vivir y de relacionarse de cada personaje consigo mismo y con el resto. Es la vía de escape para las tres protagonistas, que consiguen conectar con el presente y disociar de sus respectivas realidades en cada estrofa, en cada bit y en cada arreglo.

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Una crítica a un sistema que prefiere mirar a otro lado

En Las chicas de la estación no está permitido mirar a otro lado. El guion de Isa Sánchez busca hacernos sentir incómodos, violentados, sobrecogidos y a la vez, emocionarnos, impactarnos. Poniendo sobre la mesa un problema del que nadie quiere hablar pero que es necesario cuestionarse y tomar acción; el abuso sexual infantil y la desprotección de los menores que están en régimen de acogida institucional.

Esta película quiere reflejar que es más fácil señalar a la víctima que a todo el sistema que sustenta el abuso. En Las chicas de la estación nos muestran que la base de esta pirámide está en un sistema que contiene y no protege. Haciendo que la normalidad de estas jóvenes, su presente y también su futuro se base en el método error-castigo, sin conocer el amor, la solidaridad, el compromiso, la paciencia, la comprensión, la empatía. Colocando el marco perfecto para que los menores sean blanco fácil del abuso y del maltrato que vemos durante toda la película.

Un sistema corrompido, en el que el dinero y el miedo compran el silencio de la víctima y hacen que el que debe proteger mire a otro lado, y en el que es la víctima quién paga las consecuencias, siendo señalada, castigada, amenazada y responsabilizada. Las chicas de la estación nos recuerda que el abuso a un menor no viene del comportamiento de la víctima, sino de la cabeza que lo fantasea y las manos que tocan.

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Un casting que duró un año 

Para este film Juana Macías junto al equipo de casting se embarcan en un viaje por toda España que dura un año para encontrar a las protagonistas de esta desgarradora historia. Finalmente, encuentran a Julieta Tobío, Salua Hadra y María Steelman en su debut como actrices profesionales, que bordan cada uno de sus papeles y logran hacer que cada pieza encaje en el punto exacto. 

Pese a su juventud Jara conoce a la perfección lo que son los abusos sexuales, sin reconocerse como una víctima, justifica y normaliza que otros puedan hacer con ella lo que quieran. Sin embargo, Jara es pura e inocente, cree en la bondad de las personas porque en su interior no existe otra cosa que no sea amor. A Alex el rechazo de su padre y el maltrato que ha visto sufrir a su madre le ha llevado a ser fuerte, resiliente y sobre todo protectora, es esa amiga que siempre estará a tu lado de forma incondicional. Miranda fue abandonada cuando aún era un bebé, siendo las más dulce y alegre del grupo, es también la que más se esfuerza por luchar contra sus propios demonios que le hacen sentir el bicho raro.

La interpretación de estas jóvenes resulta excepcional. Cada una de ellas conecta con el trasfondo de los personajes, con su historia y su late motiv.

Salua Hadra

Conclusión de 'Las chicas de la estación'

Esta obra pretende poner voz y eco en la historias de muchas niñas víctimas de abusos sexuales, de un sistema que no les protege, del abandono y del rechazo familiar. Las chicas de la estación es, desgarradora, valiente, sobrecogedora, carismática. Y sobre todo; necesaria.

Juana Macías mencionó que no es una película para disfrutar, sino para pensar y hacer sentir incómodo al espectador. Logrando que el espectador se estremece en su butaca durante los 116 minutos que dura el film, no pudiendo escapar de una realidad que muchos intentan no pensar; desde la denuncia a la desprotección de los menores, el silencio inconstitucional, castigar el abuso infantil y visibilizar una realidad que no debemos obviar.

Jara, Alex y Mirando sólo son tres chicas que desean encajar en el mundo, disfrutarlo y sentirse vivas como muchas otras, que tienen su misma suerte.

Reportaje de Las chicas de la estación en Días de Cine TVE

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