Un escalofriante misterio sobre una comunidad aislada a la que el capitalismo ha dejado atrás. Las desapariciones es una reflexiva incursión en el polar francés. Alexandre Bustillo y Julien Maury vuelven a demostrar su capacidad para remover a los espectadores con sus imágenes impactantes que se grabarán a fuego en la mente de la audiencia. La película adapta la novela "Le Mangeur d'âmes", de Alexis Laipsker, una muestra de novela negra francesa que aúna leyendas locales, brutales asesinatos y niños desaparecidos. Estreno en la plataforma Filmin el 22 de noviembre de 2024.
Crítica de 'Las desapariciones'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Las desapariciones
Título original: Le Mangeur d'Âmes
Reparto:
Virginie Ledoyen (Elizabeth Guardiano)
Sandrine Bonnaire (Doctora Carole Marbas)
Paul Hamy (Franck de Rolan)
Malik Zidi (Fabrice Gonnet)
Chloé Coulloud (Valentine Schwarz)
Francis Renaud (Jefe de Brigada Marcelin)
Lya Oussadit-Lessert (Jeanne Maublanc)
Christophe Favre (Henri Maublanc)
Emmanuel Bonami (Arnaud)
Elisabeth Duda (Pascale Minot)
Wendy Grenier (Nina)
Oliver Bodart (Raphaël Pietranovsky)
Audrey Golay (Sra. Vasseur)
Año: 2024
Duración: 108 min.
País: Francia
Director: Alexandre Bustillo, Julien Maury
Guion: Annelyse Batrel, Ludovic Lefebvre
Fotografía: Simon Roca
Música: Raphael Gesqua
Género: Thriller. Terror
Distribuidor: Filmin
Tráiler de 'Las desapariciones'
Sinopsis de 'Las desapariciones'
Cuando unas violentas y espantosas muertes comienzan a asolar un pequeño pueblo de montaña, una antigua leyenda sobre una criatura diabólica resurge. Dos policías con métodos distintos se ven obligados a unir fuerzas y descubrir un siniestro complot que involucra la desaparición de niños locales. (Filmin)
Dónde se puede ver la película en streaming
Del polar al terror
Los cineastas franceses Julien Maury y Alexandre Bustillo, responsables de Al interior, De entre los vivos o La casa de las profundidades, se apartan ligeramente del género de terror en Las desapariciones. La adaptación de la novela de Alexis Laipsker, con guión de Annelyse Batrel y Ludovic Lefebvre, se adentra en lo sobrenatural para dotar de atmósfera e intriga a un polar con tintes de investigación. Aunque sus elementos procedimentales pueden parecer más rutinarios, al menos en una época inundada de thrillers policíacos, Maury y Bustillo echan mano de sus recursos de terror y se sumergen en temas oscuros con aplomo.
La sombra de la montaña
Enclavado en las montañas francesas se encuentra Roquenoir, un tranquilo pueblo a punto de convertirse en una auténtica ciudad fantasma. Un espeluznante asesinato, tan despiadado como inexplicable, atrae la atención de las autoridades allende las montañas de Roquenoir. La comandante Elisabeth Guardiano, Virginie Ledoyen, llega al pueblo con el encargo de investigar el homicidio. Allí coincide con el capitán de la gendarmería Franck De Rolan, Paul Hamy, que se presenta seguro de que este asesinato está relacionado con una serie de desapariciones de niños que ya investiga. Sin embargo, los dos casos pueden estar conectados, especialmente cuando el folclórico Devorador de Almas entra en escena.
El asesinato que atrae a los forasteros a esta ciudad vacía tiene rasgos característicos del trabajo de Julien Maury y Alexandre Bustillo, resulta atroz. Incluso los personajes quedan atónitos ante los daños infligidos por el matrimonio que se apuñaló mutuamente hasta la muerte. Esto plantea numerosas preguntas que envían a Guardiano y De Rolan por caminos paralelos de recogida de pistas. A partir de aquí, los realizadores se instalan en un ritmo constante y tranquilo, siguiendo una aparente investigación convencional. Maury y Bustillo nunca guían al espectador a través de las pistas falsas y los indicios que sus protagonistas van descubriendo. Permiten que Guardiano, De Rolan y el público, por delegación, establezcan conexiones a partir de toda la información y los detalles.
La oscuridad de las almas policíacas
La Guardiano de Ledoyen es una detective arquetípica con instintos agudos, cuyo exterior férreo y su muro protector de frialdad la convierten en una investigadora experta que no se fía de casi nada. Ledoyen interpreta a la detective con la dureza adecuada y sólo en contadas ocasiones deja entrever su corazón roto, oculto tras sus defensas. Que Ledoyen la interprete tan estoicamente conlleva que no haya demasiado a lo que el espectador pueda agarrarse para empatizar. A Hamy, De Rolan, le va un poco mejor como el más simpático de los dos investigadores. Por ello, resultan aún más intrigantes sus violentos estallidos de ira.
Ambos personajes albergan secretos que no saldrán a la luz hasta la parte, y ocultar tanto sobre su interioridad y sus motivaciones no contribuye a despertar las simpatías del espectador. No es un aspecto negativo, es una característica casi inherente al noir, o al polar en este caso, los investigadores viven bajo ese halo de misterio. En el fondo, lo importante no son sus vidas, sino que lo nos descubren del mundo en sus casos.
El terror abraza al polar
Las desapariciones cobra vida y muestra su personalidad distintiva en la segunda mitad. En ella, Julien Maury y Alexandre Bustillo se apoyan en sus antecedentes en el género de terror y se sumergen de lleno en temas desgarradores. Los enfrentamientos finales se tornan letales y sangrientos. El diseño de producción es impresionante cuando los protagonistas se abren paso sigilosamente a través de una ruinosa casa de los horrores, a la espera de que el hombre del saco aparezca.
Las interpretaciones del epónimo Devorador de Almas añaden interés visual y unos cuantos momentos de terror. Se trata de un polar que ahonda en tramas muy delicadas, abordadas con cuidado, pero sin disminuir su impacto. En otras palabras, el horror de Las desapariciones está impregnado de un realismo escalofriante. A pesar de un avance a pasos forzados hasta llegar a un final satisfactorio, impactante y sombrío.
En los márgenes del terror
Existe un ambiente gélido y distante que retumba en las entrañas de la película. Nos enfrentamos a un mundo embrujado y desesperado, en el que la cruda realidad del colapso económico causa un daño complejo y muy real a las comunidades rurales. Aunque en ningún momento se habla abiertamente de ello, esta es la verdad que se cierne sobre Las desapariciones, tanto como su hombre del saco protagonista. No es una película volcada en mostrar su mensaje político, pero una vez más a través del género y de forma sutil se consigue el retrato de una realidad dolorosa.
La primera incursión de Julien Maury y Alexandre Bustillo en los márgenes intersticiales del terror constituye un experimento interesante. La pareja emplea la moderación en su polar, dejando que el misterio ocupe el centro del escenario. Van frenando muchos de sus impulsos de terror visceral, al menos hasta una serie de revelaciones en el final, que eliminan toda familiaridad procedimental en favor de un desenlace mucho más visceral y oscuro.
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