Las tres hijas, escrita y dirigida por Azazel Jacobs, un director que sabe explorar con crudeza y perspicacia la dinámica familiar neoyorquina como ya demostró en 2008 con Momma's Man. En esta ocasión, manteniendo un excepcional equilibrio entre tragedia y comedia, nos cuenta la historia de Katie (Carrie Coon), Rachel (Natasha Lyonne) y Christina (Elizabeth Olsen), tres hermanas que se reúnen en el pequeño apartamento neoyorquino de su padre cuando éste llega al final de su larga enfermedad. Está rodada casi íntegramente en un claustrofóbico apartamento donde Jacobs realiza un estudio excepcional de los tres personajes y de sus deterioradas relaciones, tensas por diversas razones antes de que todas ellas tengan que velar a su padre moribundo. Estrenada en Netflix el 20 de septiembre de 2024.
Crítica de 'Las tres hijas'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Las tres hijas
Título original: His Three Daughters
Reparto:
Carrie Coon (Katie)
Elizabeth Olsen (Christina)
Natasha Lyonne (Rachel)
Jovan Adepo (Benjy)
Jay O. Sanders (Vincent)
Rudy Galvan (Angel)
Jose Febus (Victor)
Randy Ramos Jr. (Padre)
Jasmine Bracey (Enfermera)
Año: 2023
Duración: 101 min.
País: Estados Unidos
Director: Azazel Jacobs
Guion: Azazel Jacobs
Fotografía: Sam Levy
Música: Rodrigo Amarante
Género: Drama. Familia
Distribuidor: Netflix
Tráiler de 'Las tres hijas'
Sinopsis
Cuando la salud de su padre empeora, tres hermanas con vidas diferentes se unen para intentar hacer planes para lo inevitable. La mayor es la nerviosa Katie, que se centra en todos los detalles prácticos. La hermana mediana, Rachel, está deseando irse después de pasar un año cuidando al hombre. Y la hermana menor, Christina, parece siempre al borde de las lágrimas, haciendo todo lo posible por mantener la paz mientras todos están atrapados en el pequeño apartamento de su padre.
Dónde se puede ver la película en streaming
Entre la ternura y la tensión familiar
Las tres hijas, dirigida por Azazel Jacobs, es una conmovedora y a la vez dolorosa reflexión sobre la familia, la enfermedad y la inevitable pérdida. Las tres hijas sigue a tres hermanas que, a pesar de sus diferencias personales y estilos de vida, deben reunirse para enfrentar la difícil situación de su padre enfermo. Lo que podría haber sido un drama familiar convencional se convierte en una exploración sutil de las dinámicas familiares, las frustraciones acumuladas y los intentos de encontrar un sentido de paz en medio del caos emocional.
Tres hermanas, tres maneras de afrontar la muerte
Los personajes de las tres hermanas son el corazón de la película. Katie, la mayor, es quien asume el rol de organizadora, nerviosa y preocupada por cada detalle. Su obsesión por controlar la situación refleja su miedo a lo inevitable, y su lucha por mantenerse firme la convierte en un personaje con el que muchos espectadores pueden empatizar. Rachel, la hermana mediana, es todo lo contrario; agotada tras haber dedicado un año entero al cuidado de su padre, está lista para huir de la situación. Su fatiga emocional es palpable, lo que añade una capa de tensión entre las hermanas. Por último, Christina, la menor, aporta una fragilidad emocional que refleja el impacto del dolor en aquellos que, como ella, luchan por mantener la paz en tiempos de crisis.
La actuación del reparto es uno de los puntos fuertes de Las tres hijas, ya que cada actriz logra transmitir con precisión el estado emocional de su personaje. La química entre ellas es creíble, lo que permite al espectador sumergirse completamente en la historia y sentir las tensiones y el cariño que las une y las separa.
Una historia que encuentra fuerza en la cotidianidad
Azazel Jacobs sabe cómo capturar la intimidad de las relaciones familiares sin necesidad de recurrir a grandes giros dramáticos. La trama se desarrolla principalmente dentro del pequeño apartamento del padre, un espacio que refleja la asfixiante realidad en la que se encuentran atrapadas las hermanas. La atmósfera es densa y emocionalmente cargada, pero Jacobs equilibra la tensión con momentos de ternura y comprensión.
Las tres hijas se mueve con un ritmo pausado pero constante, permitiendo que los silencios y las miradas entre las hermanas hablen por sí mismos. A través de conversaciones cotidianas y pequeños gestos, Las tres hijas aborda temas universales como el miedo a la muerte, el agotamiento emocional y el peso de las responsabilidades familiares.
Una ambientación sencilla pero eficaz
Visualmente, Las tres hijas no busca deslumbrar, pero su simplicidad es clave para mantener el enfoque en los personajes y sus relaciones. La cinematografía es sobria, con un predominio de tomas cercanas que permiten al espectador conectarse más íntimamente con las emociones de las protagonistas. El uso de la luz, a menudo tenue y cálida, contribuye a crear un ambiente de melancolía y calma, mientras que los momentos de tensión se enfatizan a través de un montaje discreto pero efectivo.
La música, si bien sutil, acompaña perfectamente el tono emocional de la película, evitando exageraciones dramáticas y permitiendo que el silencio también juegue un papel importante en la narrativa.
Conclusión de 'Las tres hijas'
Las tres hijas es un drama familiar que no necesita de grandes tragedias ni exageraciones para conmover al espectador. A través de la historia de estas tres hermanas, Azazel Jacobs logra pintar un retrato auténtico de las relaciones familiares y el impacto emocional que la enfermedad y la muerte tienen en todos los miembros de una familia. Las tres hijas encuentra su fuerza en los pequeños detalles, las interacciones cotidianas y las tensiones no resueltas, dejando al espectador con una sensación de melancolía pero también de comprensión y empatía.
Es un drama íntimo y conmovedor que destaca por su enfoque sincero y sus actuaciones auténticas. Aunque no ofrece grandes sorpresas narrativas, Las tres hijas logra capturar la esencia de las relaciones familiares y las dificultades que surgen en los momentos más oscuros.
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