Last Night in Soho (Última noche en el Soho) es la última película del aclamado director Edgar Wright (Baby Driver y Bienvenidos al fin del mundo). Thomasin McKenzie y Anya Taylor-Joy protagonizan esta historia de suspense que nos hará viajar al Londres de los años 60. La película fue proyectada en el Festival de Cine de Venecia, y ahora llega a las salas españolas el 19 de noviembre. Puedes leer otra crítica de la película realizada por Cinemagavia AQUÍ.
Crítica de 'Last Night in Soho (Última noche en el Soho)'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Última noche en el Soho
Título original: Last Night in Soho
Reparto:
Thomasin McKenzie (Eloise)
Anya Taylor-Joy (Sandie)
Matt Smith (Jack)
Diana Rigg (Ms Collins)
Aimee Cassettari (Eloise's Mother)
Rita Tushingham (Peggy)
Michael Ajao (John)
Año: 2021
Duración: 118 min.
País: Reino Unido
Director: Edgar Wright
Guion: Krysty Wilson-Cairns, Edgar Wright
Fotografía: Chung Chung-hoon
Música: Steven Price
Género: Thriller. Drama. Horror.
Distribuidor: Universal Pictures Spain
Tráiler de 'Last Night in Soho (Última noche en el Soho)'
Sinopsis de Last Night in Soho (Última noche en el Soho)
En el thriller psicológico del aclamado director Edgar Wright, Eloise, una aspirante a diseñadora de moda, es misteriosamente capaz de entrar en la década de 1960, donde se encuentra con una deslumbrante aspirante a cantante, Sandie. Pero el glamour no es todo lo que parece ser y los sueños del pasado comienzan a agrietarse y astillarse en algo mucho más oscuro. (Universal Pictures Spain)
Dónde se puede ver la película
Fusión de géneros
Last Night in Soho (Última noche en el Soho) comienza su historia con una construcción visual y sonora del personaje de Eloise Turner (Ellie). En la escena inicial con su vestido identificaremos rápidamente que el mundo de la moda es algo que le apasiona, así como el buen gusto musical que caracteriza a la joven. Soñadora sería el adjetivo en todos los sentidos que mejor identifica al personaje, aunque no tardaremos en descubrir el conflicto interior que la hará viajar a Londres, cumplir el sueño de su madre.
El drama parece el género en el que se asentará el filme a través de problemas universitarios, heridas familiares, envidiosas y ególatras compañeras de habitación y una nueva ciudad que supone un escenario totalmente desconocido para Ellie. A su vez comienza a percibirse fragilidad en un personaje que todavía tiene que descubrir la fuerza que hay en ella.
Sin embargo, a medida que la película avance el suspense se entremezclará con el drama. Incluso la película nos aguarda un par de sobresaltos que sorprenderán al espectador que haya sido absorbido por la narrativa y el universo de neones y ensoñaciones que configura Edgar Wright. La transmutación del género acaba desenlazando en un suspense totalmente violento que recuerda a Polanski y en algunos aspectos a Psicosis de Hitchcock.
La locura de la mujer
The Last Night in Soho (Última noche en el Soho) tiene como referente indudable a la película Repulsión de Polanski. Además, así lo afirmó el director, y es que ambas tramas tienen curiosos elementos parecidos. Con el personaje de Eloise y su sueño de ser modista y en paralelo el de Sandie y su afán de ser cantante, Edgar Wright presenta cómo la mujer a veces para conseguir sus sueños debe de ser antes objeto de deseo de los hombres.
Sin embargo, el personaje de Ellie desde la visión del mundo actual trata de luchar contra ello, y afortunadamente Edgar Wright coloca en el relato contemporáneo un personaje masculino sincero y lleno de bondad que realmente quiere ayudar y entender a Ellie como muestra de que las cosas están cambiando.
Por otro lado, la trama juega con el espectador confundiéndolo entre si lo que vemos es real o no. La semilla de la duda cae sobre Ellie, una joven de la que a veces sí uno piensa que realmente sufre de esquizofrenia, y razones no nos falta al ver que ciertos acontecimientos se desbordan en la pantalla. Además, el personaje de Ellie acaba sufriendo un miedo que no puede controlar en el que el germen de este son los hombres. ¿Habrá querido plasmar el director ese temor racional que sienten muchas mujeres cuando van solas?
Estética
El apartado visual de The Last Night in Soho (Última noche en el Soho) configura un universo realmente espectacular y fascinante que continuamente deseas seguir viendo. Si bien, es cierto que la estética neón se está quemando demasiado en las historias, pero aquí no se le puede poner ninguna pega por la identidad que construye.
Por otro lado, el Londres de los años 60 embriaga al espectador, es elegante, seductor y fascinante, a la par que enseña grandes sombras necesarias para la construcción de la historia. En su misma línea se encuentra el personaje de Sandie interpretador de forma seductora, con garra y de forma voluminosa en sus amplios matices por Anya Taylor-Joy. Es imprescindible que el espectador empatice con Sandie en esta historia, ya que ello nos conectará más a la trama y nos creeremos el vínculo existente entre Ellie y Sandie.
No obstante, la estética acaba siendo tan potente que quizás acaba siendo lo que más sobresale de la cinta comiéndose a la propia narración. Una narración que en ocasiones es imperfecta al acabar cayendo en una repetición de recursos y escenas que aletargan el conflicto y detienen la fluidez del relato.
Por otro lado, Edgar Wright propone una historia en la que la música ocupa un lugar determinante en el relato. Es un viaje por la historia musical británica impresionante, y una de las escenas de Anya Taylor-Joy es un regalo.
Un dominio técnico mágico
Edgar Wright nos vuelve a demostrar con Last Night in Soho (Última noche en el Soho) de lo que es capaz el cine y de la magia que envuelve a este. La puesta en escena, el ejercicio de postproducción, las sorprendentes y milimétricas coreografías y el montaje hacen de esta cinta algo irreal. Como si cuando saliéramos de la sala del cine acabásemos de despertar de un sueño. Esa es la sensación que produce este viaje a pesar de sus imperfecciones.
Se nota que es una película que en cuanto a la puesta en escena y a la forma de narrar exige más planificación y desgaste a todo el equipo. Muchos de los trucos o juegos de la película funcionan a la perfección, y estoy seguro de que alguno de ellos como la coreografía de Anya Taylor-Joy y Thomasin McKenzie bailando con Matt Smith quedarán en la mente de algunos espectadores. Al igual, el juego y la utilización de los espejos como portal a otra dimensión da resultados muy satisfactorios y nos hace volar.
Un guion que se rompe
Si Last Night in Soho no es perfecta es por su guion. Si bien, es cierto que en parte ha sido un guion inteligente y laberíntico que ha sabido engañar al espectador y llevarlo por la historia de forma apasionante. No obstante, el proceso de escritura a pesar de pecar de un momento de repetición falla a la hora de poner el desenlace a la historia, mejor dicho, en la forma de contarlo.
Edgar Wright peca en sobre explicar su idea y en excederse en su desenlace. Además, se descuida un poco la relación de Ellie con su madre apartándola por completo de la trama principal y tan solo presentándose finalmente como solucionada. Parece dejarse esa trama a medio gas funcionando como una simple justificación para viajar a Londres. Lo mismo se observa con el personaje de Jacosta que acaba quedándose descolgado en la trama y su conflicto con la protagonista no acaba por cerrarse.
Conclusión de Last Night in Soho
Edgar Wright con Last Night in Soho propone y logra un viaje de ensueño. Sin embargo, las sensaciones finales no acaban de convencer del todo por ciertos descuidos que no ayudan a tener una experiencia completa de la cinta. No obstante, la historia que nos propone Edgar Wright es mágica y debe disfrutarse en la pantalla grande, acomódensen en sus butacas y disfruten del espectáculo visual.
Reportaje de Last Night in Soho en Días de Cine TVE
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