Latín para todos, de Émilie Noblet, una comedia que reúne de nuevo al director con el actor Xavier Lacaille, ambos artífices del éxito de la serie Parliament. ¿Para qué estudiar cuando puedes hacer trampas?. Todo gira alrededor de una desastrosa clase de secundaria que, debido a diversas trampas de toda índole, acaba viajando a Nápoles para participar en un concurso de Latín, a pesar de que su dominio de esta lengua sea, siendo generosos, inexistente. Seleccionada en la sección Voyages del Atlántida Mallorca Film Fest 2025 (del 27 de julio al 27 de agosto en Filmin).
Crítica de 'Latín para todos'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Latín para todos
Título original: Bis Repetita
Reparto:
Louise Bourgoin (Delphine Fiat)
Xavier Lacaille (Rodolphe Cagnat)
Noémie Lvovsky (Christine, la directora de la escuela secundaria)
Francesco Montanari (Vittorio Mazzola)
Issa Perica (Isma Casseus)
Stylane Lecaille (Gabin Vidal)
Rosie Boccardi (Stéphanie Moretti)
Ida Pellegrino (Supervisor de competición)
Año: 2023
Duración: 86 min.
País: Francia
Director: Émilie Noblet
Guion: Clémence Dargent, Émilie Noblet
Fotografía: Lucie Baudinaud
Música: Julie Roué
Género: Comedia
Distribuidor:
Tráiler de 'Latín para todos'
Sinopsis
Delphine, una desilusionada profesora de literatura, tiene un acuerdo bien establecido con sus alumnos: ellos la dejan en paz y ella les pone muy buena nota. Pero el trato se les vuelve en contra cuando sus excelentes resultados (ficticios) envían a su clase al campeonato mundial de latín en Nápoles. Para completar la pesadilla, el sobrino demasiado entusiasta de la directora es elegido para acompañarles. Para salvar la situación y, sobre todo, su cómoda posición, Delphine sólo ve una solución: ¡hacer trampas! (Filmin)
Dónde se puede ver la película en streaming
De la apatía al Coliseo del absurdo
Latín para todos es una comedia de enredos donde Delphine debe improvisar sobre la marcha cómo sostener una mentira cada vez más insostenible. El agregado del “sobrino de la directora”, un joven entusiasta que funciona como contrapunto a la pereza general, termina de desatar la farsa.
La trama se sostiene en la exageración y el disparate, pero nunca logra rematar el potencial de sátira social y escolar que plantea. Hay momentos en los que Latín para todos roza el ingenio, sobre todo en la confrontación entre la seriedad académica del latín y el caos de los alumnos que no saben declinar ni una palabra, pero pronto todo se vuelve repetitivo y predecible.
Farsa en piloto automático
Émilie Noblet dirige con corrección, pero sin riesgo ni personalidad. El guion ofrecía la posibilidad de una sátira mordaz sobre el sistema educativo, la meritocracia y la obsesión con los resultados, pero la puesta en escena se queda en una comedia ligera y televisiva, sin grandes momentos de ingenio visual ni escenas memorables. El humor recae demasiado en clichés de “profesora cansada vs. alumnos despreocupados” y en gags que se agotan rápido, como el contraste entre la impostura académica y las situaciones absurdas que la rodean.
Salvando los muebles
La protagonista, Delphine, interpretada con una mezcla de apatía y sarcasmo por Louise Bourgoin, logra ser lo mejor de Latín para todos. Su cinismo resulta creíble y da cierta chispa a un personaje que podría haber sido un simple cliché de “profesora harta del sistema”. Hay momentos en los que, con una mirada cansada o una réplica mordaz, consigue sostener escenas que de otro modo caerían en la mediocridad.
El grupo de alumnos, sin embargo, queda reducido a estereotipos apenas desarrollados, el vago, la aplicada, el bromista, el desorientado, todos están ahí para el gag fácil, pero ninguno aporta verdadera profundidad o frescura.
Corrección sin chispa
Técnicamente, Latín para todos cumple con lo justo: una fotografía funcional, que alterna entre las aulas francesas y los escenarios napolitanos sin generar un contraste visual significativo; un montaje correcto pero sin ritmo ni nervio; y una música que intenta añadir ligereza sin llegar nunca a ser memorable.
El viaje a Nápoles daba margen para un juego estético mucho más rico. El choque cultural, los colores vibrantes del sur de Italia frente a la grisura inicial de la escuela, incluso un uso creativo de la lengua latina como recurso cómico, pero todo queda desaprovechado, como si el apartado técnico se conformara con ser un mero acompañamiento sin personalidad.
Conclusión de 'Latín para todos'
Latín para todos prometía ser una comedia fresca sobre las trampas de la enseñanza, el conformismo académico y el absurdo de un sistema obsesionado con resultados vacíos. Sin embargo, se queda en un producto ligero y olvidable, incapaz de morder donde debía hacerlo y demasiado cómodo en fórmulas conocidas.
Hay destellos de ingenio en su premisa inicial y en la interpretación de la protagonista, pero pronto se hunde en la repetición y en un humor que rara vez sorprende.
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