Levante es una obra teatral escrita y dirigida por Carmen Losa, que narra una historia de amor imperecedera, pese haberse dado en unos tiempos en los que se intentaba negar su existencia. Por ello, en vez de referirnos a una historia de amor imposible para la época, deberíamos hablar del sometimiento y de la caza silenciosa en contra de este tipo de relaciones. Levante es una cálida, delicada y pasional propuesta teatral, que acaba teniendo mucha resonancia con el universo lorquiano.
El deber de ocultar las pasiones humanas más profundas de uno mismo y por consiguiente tener que lidiar con un hermetismo emocional impuesto, recuerda a la vida y obra del gran Federico García Lorca. Pese a que nos recuerde a Lorca, la obra se ve dotada en todo momento de una personalidad y códigos teatrales propios, a causa del buen hacer y el talento de Carmen Losa.
Levante está protagonizada por Ana Lucas, Candela Arestegui, Yolanda Arestegui, Leyre Abadía, Lucía Arestegui, Lola Casamayor, Jose Lamuño, Iñaki Salcedo y Teresa Hurtado de Ory. Esta obra teatral se podrá disfrutar hasta el próximo 13 de junio, en la Sala Principal del Teatro Español de Madrid.
Reparto: Yolanda Arestegui (Luisa)
Lola Casamayor (Rosario)
Candela Arestegui (Susana)
Jose Lamuño (Jeromo)
Ana Lucas (Inés)
Iñaki Salcedo (Paquito)
Lucía Arestegui (María)
Teresa Hurtado de Ory (Pilar)
Leyre Abadía (Isabel)
Duración: 105 min. apróx. Dirección: Carmen Losa Dramaturgia: Carmen Losa Escenografía: Juan Sanz
Iluminación: José Manuel Guerra
Vestuario: Maite Álvarez
Música original: Mariano Marín y Carmen Losa
Ayudante de dirección: Irene Gómez Producción: Descalzos Producciones y Teatro Español
Tráiler de 'Levante'
Sinopsis de 'Levante'
Levante es una obra que habla de lugares, de personas, de nuestra historia, de pasiones, de luchas, de esperanzas. Levante habla de sentimientos y de sensaciones. Es una historia de amor impensable en un tiempo imposible.
Con Levante se nos viene la imagen de las hijas de Bernarda Alba cosiendo el ajuar en un encierro interminable. Igual que la imagen de muchas madres en las tardes de costura con el sonido acompasado de la radio y el sol entrando por la ventana y los hilos flotando en el aire.
Hay unas muchachas y una madre y un novio. Y también hay una fiesta y un destino y una guerra. Hay una maestra. Y la historia que se repite porque no se puede contar. Un devenir extraño que empuja a los personajes a sufrirlo y los personajes se empeñan en llevarle la contraria. Y por fin el destino se va encajando a medida que la vida se desencaja en una España rota de dolor de fusiles y traiciones.
Levante es una obra comprometida con nuestra historia. Pero la historia no son solo los grandes hechos, sino también las dificultades de los seres anónimos, el día a día de quienes tuvieron que vivir a golpe de silencio. Levante habla de todo ello y habla de la esperanza, cuando parece que todo está perdido. (TEATRO ESPAÑOL).
La edad de la inocencia
Una de las cosas a destacar de Levante, es lo bien que maneja en todo momento los tiempos y el ritmo dramático de la historia. La suma delicadeza que se contempla desde el minuto uno, hace que la historia progrese con fluidez y naturalidad, permitiendo al espectador que recorra ese viaje emocional que emprenden las protagonistas, sin tener la sensación de verse forzado a ello. Los recursos que se utilizan para plasmar ciertas etapas de las dos protagonistas, van también en esta dirección sutil y delicada de la que se ve impregnada toda la obra.
Es brillante como con recursos tan sencillos a priori, como los de echar agua por la espalda o dar un beso en el cuello, pueden trasmitir tanto sin utilizar apenas la palabra. El trato dramático que se hace de las emociones y las sensaciones del amor adolescente, es absolutamente maravilloso en Levante. Cuando uno percibe eso sin que el texto lo remarque en exceso o sin que acabe sobrexplicado, es señal de que uno se encuentra ante una gran obra teatral; cosa que sin duda sientes, al ver la historia que se te narra en Levante. Esa calidez, pasión y ternura se vive a flor de piel, siendo uno de los grandes logros y virtudes con los que parte esta obra.
Una joven prometedora
Como crítico teatral, uno tiene que verse muchas obras a lo largo del año; unas maravillosas, otras no tan maravillosas y otras directamente lamentables. Pocas son las ocasiones a las que a uno le llama la atención tanto una interpretación, como para dedicarle un apartado de la crítica. Me pasó antes con Ana Azorín en clave de comedia, y me pasa ahora con la joven actriz Ana Lucas.
Desde luego que es una de las grandes razones, por las que esta historia funciona tan bien. ¿Cómo es posible que no supiera de su existencia como crítico? Y lo que es peor, ¿cómo es que esta chica no está sonando más en la esfera teatral? Es un auténtico privilegio verla actuar, sintiéndose uno totalmente absorbido por la infinidad de registros interpretativos que sabe manejar. Estoy convencido que esta joven actriz acabará siendo una estrella con el tiempo; ya que definitivamente, se come el escenario interpretando el personaje de Inés en Levante.
No obstante, sería muy injusto no destacar y aplaudir también, el buen hacer que tiene el resto del reparto de Levante. Candela Arestegui consigue tener mucha complicidad y química sobre el escenario, junto a Ana Lucas. Es el personaje que más tiene que lidiar con los cánones de la sociedad que le ha tocado vivir y del que no era para nada sencillo ponerse en su piel; algo que Candela Arestegui consigue con creces, maravillando con una contenida y tierna interpretación.
El sol sale por Levante
El último acto ejemplifica esa catarsis y liberación que tanto anhelaban las protagonistas de esta historia. La salida de esos infiernos terrenales y de esa España que empezaba a abrasarlas más que nunca, con el estallido de la Guerra Civil en España. La opresión y los juicios de valores fáciles se van disipando, a medida que el mar empieza a ser más próximo a ellas. Esa sensación del agua cayendo por la espalda de una, deja de ser un espejismo del pasado para convertirse en una realidad compartida por dos.
Por último, me gustaría destacar la más que notable puesta en escena de esta función. Desde esa sencillez de la que hablaba anteriormente, es desde donde está construida la puesta en escena de Levante. Muy costumbrista y arrebatadoramente hermosa por momentos, que consigue sumergir al espectador en aquella época turbulenta de España. El diseño de vestuario es del mismo modo impecable, llevado a cabo por Maite Álvarez. En definitiva, una obra que en líneas generales acaba destacando tanto en el apartado artístico, como en el apartado técnico.
Conclusión
Levante es una cálida, delicada y pasional propuesta teatral, que cuenta con un texto dramático brillante de Carmen Losa. Una historia de amores silenciados y de pasiones contenidas, que atrapan desde el minuto uno al espectador, llevándoles por un viaje lleno de emociones y sentimientos encontrados. Cuenta con un reparto excepcional, destacando principalmente la enorme interpretación que lleva a cabo Ana Lucas, en el papel de Inés. Una obra que tiene ciertos ecos lorquianos, pero que consigue tener una personalidad propia. Sin lugar a dudas, una de las historias de amor más bellas y mejor contadas de lo que va de año teatral.
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