Lo efímero, el último cortometraje de Jorge Muriel, asciende hasta su nominación a los premios Goya. La historia íntima y delicada de Martín y Sergi nos hace contener la respiración. La certeza de que estamos ante uno de los mejores cortometrajes del año llega a los pocos minutos de metraje, culminando con una marea de emociones que nos acompañará un buen rato después de su visionado.
Crítica de 'Lo efímero'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Lo efímero
Título original: Lo efímero
Reparto:
Miguel Ramiro (Martín)
José Cameán (Sergi)
José Luis de Madariaga (Martín anciano)
Norberto Arribas (Sergio anciano)
Ciro Mateos (Martín adolescente)
Año: 2020
Duración: 20 min
País: España
Dirección: Jorge Muriel
Guion: Jorge Muriel
Música: Iñaki Rubio
Fotografía: Almudena Sánchez
Género: Drama
Distribución: Jaime Bartolomé PC y Jorge Muriel Mencia
Tráiler de 'Lo efímero'
Sinopsis de 'Lo efímero'
Lo efímero muestra a dos desconocidos, que se encuentran en un vagón de metro. Ambos traen su pasado consigo. Se miran desde su presente. Ambos determinarán su futuro en ese fugaz, y efímero, trayecto vital que los reúne brevemente. (MADRID EN CORTO).
Un viaje emocional
Incluso cuando no lo pretenden, los trenes evocan nostalgia y romanticismo. Miles de cintas han utilizado este recurso con éxito, convirtiendo este medio de transporte en un personaje más. Estos vehículos son fuente de inspiración, nos invitan a imaginar. La marea de rostros desconocidos, el punto de partida y el destino de cada cual despiertan nuestra curiosidad. Miles de historias desconocidas, miles de posibilidades.
Martín (Miguel Ramiro) y Sergi (José Cameán) son los protagonistas de este viaje. La expresividad de sus miradas justifica sobradamente la escasez de diálogos, innecesarios ante semejante intensidad. Nos encontramos en ese tren en el que coinciden apenas un instante de sus vidas. Sabemos que, de estar presentes, probablemente no habríamos sido testigos de una secuencia que, inmersos en la propia, nos habría pasado desapercibida. Y es que, entre viajes y viajes, a menudo se nos escapan los emocionales. Y son efímeros, como el brillo de una estrella fugaz a la que no nos da tiempo de pedir un deseo.
Los recursos de 'Lo efímero'
Con pequeñas perlas en forma de flashbacks y flasforwards se construye una narración cuya cronología formamos nosotros mismos. Un modo estupendo de mantener al espectador en vilo. Mientras la analepsis nos lleva al pasado que construyó a los personajes que conocemos poco a poco, la prolepsis es el destino marcado, escogido o tropezado. Poco queda por caminar, pero mucho por evocar. El baile temporal, estudiado a cada paso, coloca Lo efímero en lo más alto.
Del mismo modo, los planos detalle son nuestro narrador susurrante. La intimidad que generan es deliciosa y de una hermosura que, sin todo el engranaje, no funcionaría. Un roce, una pupila, un gesto…casi podemos sentir el aroma del libro y enjugar una lágrima a punto de caer. La fotografía de Almudena Sánchez trabaja con la expresividad pausada de sus protagonistas, Ramiro y Cameán, además de con Norberto Arribas y José Luís de Madariaga. Fotografía y dirección se fusionan con una comprensión mutua impecable. El resultado, gracias a un montaje excepcional, es una narración lírica muy contundente.
El carácter de lo emotivo
La sensación de echar de menos una explosión emotiva es brillante. Conservamos la esperanza hasta el último instante, conteniendo el aliento. Unas vías cuyo destino no conseguimos vislumbrar, un viaje efímero que perdura, un dolor arraigado. La identidad sexual aletea alrededor en todo momento. Junto al miedo y la resignación, se apodera de Lo efímero y de nuestra congoja. Los “pudo haber sido”, los “y si...” y los “jamás olvidaré” de Sergi y Martín convocan a los propios. ¿Cuántas historias desconocemos en un solo vagón? ¿Cuántas nos enamorarían como esta?
No necesitamos más rostros que los de Martín y Sergi, Jorge Muriel lo tiene claro. Vemos a aquellos secundarios que nos aportan información puntualmente, como herramientas del guion. Pero no vislumbramos aquellos rostros que acompañan a nuestros protagonistas a lo largo de sus vidas. No necesitamos conocerlos, tan solo comprender lo que sus existencias implican. El resultado es que vemos una transcripción exacta de recuerdos, evitando mirar directamente a ciertas personas, aquellos que desconocen la verdadera identidad de Martín y Sergi. Una jugada muy inteligente.
Conclusión
Lo efímero es un cortometraje impresionante. Imposible describirlo de otro modo. Su técnica narrativa es deliciosa, las herramientas son utilizadas con mucha inteligencia. Masticamos Lo efímero mucho tiempo después de sus 19 minutos de disfrute. Además, para aquellos cinéfilos más comprometidos, es todo un ejemplar digno de análisis en guion, dirección, montaje y fotografía. Pero no olvides poner tu corazón sobre la mesa, sentirás la necesidad de abrazarlo.
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