El reputado documentalista Roberto Minervini (The Other Side, ¿Qué harás cuando el mundo esté en llamas?) debuta en la ficción con Los malditos (The Damned), estrenada en la sección Un Certain Regard del Festival de Cannes 2024, donde ganó el premio a la mejor dirección. Un wéstern poderoso, poético y existencialista, ambientado en la guerra civil norteamericana, con una tropa del ejército defendiendo una difusa frontera y a merced de un enemigo invisible, que ha sido comparado con el cine de Monte Hellman, Kelly Reichardt o, palabras mayores, La patrulla perdida de John Ford. Los malditos es un ensayo de fe que rasca las líneas más finas de la guerra civil americana mediante un retrato estético y narrativo que continuamente rompe con las reglas lingüísticas de la ficción tradicional, concursó en la sección oficial del reciente Festival de Gijón 2024.
Crítica de 'Los malditos (The Damned)'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Los malditos
Título original: The Damned / Les Damnés
Reparto:
Jeremiah Knupp
Cuyler Ballenger
René W. Solomon (Scout)
Noah Carlson
Timothy Carlson
Judah Carlson
Bill Gehring
Año: 2024
Duración: 89 min.
País: Estados Unidos
Director: Roberto Minervini
Guion: Roberto Minervini
Fotografía: Carlos Alfonso Corral
Música: Carlos Alfonso Corral
Género: Aventuras. Drama
Distribuidor: Noucinemart
Tráiler de 'Los malditos (The Damned)'
Sinopsis
En la línea de wésterns despojados de épica como Dead Man o Meek’s Cutoff, Roberto Minervini (Stop the Pounding Heart, ¿Qué harás cuando el mundo esté en llamas?) vuelca su mirada hacia el pasado estadounidense para abordar uno de sus hitos fundacionales. El arquetipo clásico de la patrulla del ejército perdida se desenvuelve en un terreno fantasmagórico, de tensión permanente, donde un grupo de soldados se sienten acechados por un enemigo invisible, inmovilizados por la incertidumbre y asolados por las dudas existenciales, que comparten ante una hoguera por las noches. (Noucinemart)
Dónde se puede ver la película en streaming
Los fantasmas de una brecha política
Corre el invierno a mitad del siglo XIX y la polarización geopolítica en los Estados Unidos está golpeando las distintas comunidades de la región. Derivado de esto, el ejército ha enviado a un grupo de voluntarios con la misión de inspeccionar tierras inexploradas sin la amplia certeza de cuál es su propósito real en esta odisea que debilitará sus vicios y virtudes, dejándolos a la deriva ante cualquier imprevisto que surja en el camino.
Roberto Minervini realza los fantasmas de la catarsis en una obra que se apoya de la lírica visual para exponer la angustia en tiempos de cólera de un periodo histórico particular de la historia estadounidense, uno que constantemente se martiriza por defender sus ideales y expectativas distorsionadas.
El tratamiento a lo largo de Los malditos (The Damned) es directo a su manera, Minervini se transporta al siglo pasado para asediar el estado mental de las almas que se ven arrastradas ante la situación política de su nación o lo que ellos piensan que eso significa. Los ideales y pensamientos de estas personas se vuelven intrascendentes en cierto modo y no existe la voz de la objeción. Es aquí donde Los malditos dobla su propósito para que en un lado de la moneda veamos las terribles pinceladas de acción física a la que da pie la guerra y, por el otro, el espectador se transforme en emisario de una compañía de personas que están siendo sofocadas bajo sus propias ideas de vida.
Un seguimiento poético, pero desangelado
La propuesta experimental de Roberto Minervini es interesante a la hora de conseguir un recorrido contemplativo de la miseria a través del silencio y las apariencias. Los malditos desde un inicio establece sus arquetipos para sobrellevar una narrativa singular con un aura enigmática, sin embargo, este mismo tono se ve excedido ya una vez la dinámica se ve establecida. Es como si en algún punto la cámara se olvidara completamente del espectador y, en contraparte, siguiera grabando por mera inercia. Minervini trata de rascar en las percepciones personales, pero por el camino, relega la historia a simples detalles que adornan el verdadero propósito central de la obra, que, aunque se le reconoce por su audacia, no llega a tomar la fuerza absoluta durante gran parte del relato.
La fuerza autoral en Los malditos es apabullante, y eso puede tirar tanto para lo bueno como para lo malo si no se mide adecuadamente y, en esta ocasión, pasa un poco más de lo segundo. No es que esté mal seguir una visión transgresora del medio y mucho menos una como la de Minervini, que ha demostrado en el pasado su habilidad para contar historias subjetivas que se pelean entre la ficción y lo real sin darle mucha importancia. Pese a ello, sus bellas alucinaciones de batalla lamentablemente no terminan de acoplarse con las peripecias humanas que están desesperadas por encontrar ese puente atemporal que tanto ambicionaba su autor.
Conclusión de 'Los malditos'
Confabulando una cinematografía excelsa y un diseño sonoro impoluto, Los malditos (The Damned) es capaz de jugar con las bases del cine histórico y a su vez otorgarle una visibilidad abrazada de la retórica bastante seductora, no obstante, se complica a lo largo de la travesía para dar el golpe final a muchas de las pretensiones que, al igual que sus protagonistas, se encuentran perdidas en tierra de nadie.
Únete a nuestro CANAL DE TELEGRAM