"Los sombreros olvidados": Los personajes de Mihura veinte años después

ionisio ya no es aquel muchacho inexperto que, tras una noche enloquecida en la habitación de un hotel, se casó con Margarita, su novia de toda la vida. Ahora, veinte años después y en plena posguerra, es un hombre viudo en busca de aquella felicidad que una noche conoció junto a Paula y tres sombreros de copa…

Los sombreros olvidados nace como un tributo del dramaturgo Fernando de las Heras al genial Miguel Mihura y a sus Tres sombreros de copa, una de las comedias más emblemáticas de nuestro teatro. Dirigida por Luis Flor, está protagonizada por Javier Arriero y Roger Álvarez, y cuenta con la colaboración especial de las voces de Loles León, Marta Fernández Muro y Millán Salcedo. (TEATRO LARA). 

Amor a Mihura

Miguel Mihura fue uno de los humoristas y dramaturgos más relevantes del siglo XX. Formó parte de la fascinante bohemia madrileña anterior a la guerra, en la que frecuentaba a otros maestros del humor, como Neville o Jardiel Poncela. Como ellos, optó por formas teatrales no comprometidas políticamente. Aunque sí con ciertos tintes de sátira de costumbres. En la guerra tomó partido por el bando golpista, por lo que pudo continuar su labor como periodista y dramaturgo hasta su muerte. Su humor es muy blanco, pero lleno de ironía y basado en el absurdo. Sus personajes están cargados siempre de humanidad y con grandes dosis de ternura.

Tres sombreros de copa es una obra canónica de la literatura española. Leída por generaciones de estudiantes de Bachillerato, forma parte de nuestra cultura popular. En ella, Mihura nos cuenta la historia de Dionisio la noche anterior a su boda en la pensión de don Rosario. Lo que debía ser una noche tranquila se convierte en una fiesta gracias a la mágica aparición de Paula y de sus compañeros de troupe, que pasan la noche en el mismo alojamiento. La vitalidad de Paula, las lentejuelas y la vida bohemia despiertan en Dionisio unos deseos que llegan a poner en peligro su inminente enlace.

Veinte años después

Los sombreros olvidados devuelve a Dionisio a la habitación de la pensión, que ya no está junto al mar, sino en el centro de Madrid. El sobrino de don Rosario, convertido en su álter ego, se ocupa del bienestar de su huésped con el mismo desvelo que su tío.

Javier Arriero da vida a un Dionisio viudo ya, que ha llevado la existencia ordenada que se esperaba de él. Sin embargo, el amor por la bohemia y por Paula aún palpitan en su corazón. Roger Álvarez, que en 2019 interpretó a don Rosario bajo la dirección de Natalia Menéndez en el CDN, se pone ahora en la piel de su sobrino, con las mismas divertidas rarezas que el personaje original. Ambos actores se compenetran maravillosamente en escena y nos ofrecen momentos hilarantes y llenos de ternura.

La escenografía y vestuario a cargo de Lino Lemond son sencillos pero eficientes, así como el diseño de iluminación de Alex Espeso. Nos trasladan al espacio íntimo de la habitación de Dionisio, cargado de nostalgia, pero también de esperanza, en el que predominan los colores, los materiales y las texturas cálidos.

La propuesta de Los sombreros olvidados, arriesgada por lo que supone hacer una continuación de una obra tan icónica, resulta ser de lo más acertada gracias a la labor tanto del autor, Fernando de las Heras, como del director, Luis Flor, que saben mantener el espíritu del original.

Conclusión

Los sombreros olvidados es un bello homenaje al humor blanco, absurdo y surrealista de Miguel Mihura, que vuelve a poner en escena a sus personajes más tiernos e icónicos. Ver Los sombreros olvidados es como reencontrarse con viejos amigos. Un plan simpático y entrañable para disfrutar en esta temporada navideña.

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