El pasado 17 de octubre se estrenó Luces de bohemia en el Teatro Español, clásico del siglo XX de Ramón del Valle-Inclán. Esta versión está dirigida y escrita por Eduardo Vasco, con un amplio reparto liderado por Ginés García Millán y Antonio Molero. Producida por el Teatro Español, estará en cartel hasta el 15 de noviembre.



Luces de bohemia

Crítica de 'Luces de bohemia'

Ficha Técnica

Título: Luces de bohemia
Título original: Luces de bohemia

Reparto:
Ginés García Millán (Max Estrella)
Antonio Molero (Latino de Hispalis)
Alejandro Sigüenza (Basilio Soulinake/Viejo que escribe)
Andrea M. Santos (Claudinita)
Ángel Solo (Zaratustra/Sereno)
César Camino (Don Filiberto/Borracho)
David Luque (El Marqués de Bradomín/Guardia)
Ernesto Arias (Rubén Darío/Guardia)
Irene Arcos (Madame Collet/Madre del niño)
Iván López-Ortega (El chico de la taberna/Piano)
Jesús Barranco (Don Gay/Sepulturero)
José Luis Alcobendas (Preso/El Pollo)
José Luis Martínez (Capitán Pitito/Sepulturero)
Juan Carlos Talavera (Serafín el Bonito/Camarero)
José Ramón Arredondo (Gálvez/Contrabajo/Guitarra)
Juan de Vera (Clarinito/El Joven)
Lara Grube (La Lunares/La Chica)
Luis Espacio (Pérez/Guitarra/Percusión)
María Isasi (La Pisabien)
Mariano Llorente (El Ministro/El Cochero)
Mario Portillo (El Rey de Portugal/Dieguito)
Pablo Gómez Pando (Dorio de Gádex)
Puchi Lagarde (La Portera/La Periodista)
Silvia de Pé (Vieja pintada/La Vecina)
Toni Misó (Pica Lagartos/Ujier)

Duración: 120 min. apróx.
Dirección: Eduardo Vasco
Versión: Eduardo Vasco
Autoría original: Ramón del Valle-Inclán
Escenografía y atrezzo:
Carolina González
Iluminación:
Miguel Ángel Camacho
Vestuario:
Lorenzo Caprile
Música y ambientes sonoros:
Eduardo Vasco
Ayudante de dirección:
Laura Garmo
Ayudante de escenografía:
Lucía Ríos
Ayte. de vestuario:
Lucía de Ramón-Laca
Residente de ayudantía de dirección:
Inés Gasset
Asistente artístico:
Paul Alcaide
Agradecimientos:
RESAD
Producción: Teatro Español

Tráiler de 'Luces de bohemia' 

Sinopsis de 'Luces de bohemia'

Luces de bohemia nos presenta un Madrid convulsionado por una revuelta social, provocada por la precariedad de las clases obreras, que es reprimida salvajemente tanto por las fuerzas policiales como por una organización civil de mamporreros, de carácter patronal, llamada la Acción ciudadana, el poeta ciego Max Estrella emprende un periplo nocturno junto a su compañero de fatigas, el golfo Latino de Hispalis.

El viaje comienza con el propósito de enmendar la mala venta que Latino hizo de unos libros, pero tras el obligado paso por la taberna de Picalagartos y la búsqueda de un prometedor décimo de lotería —capicúa de siete y cincos—, la noche se enreda y les conduce por algunos de los lugares más característicos de la noche madrileña, donde se encuentran con personajes propios de aquel Madrid "absurdo, brillante y hambriento", como lo calificó el propio Valle-Inclán. (TEATRO ESPAÑOL). 



Luces de bohemia
Foto de Javier Naval

Mirar atrás y hacia adelante

Eduardo Vasco recupera uno de los clásicos más importantes del legado que dejó Ramón del Valle-Inclán. Con Luces de bohemia, se traslada al espectador ante una de las piezas más importantes del teatro del siglo XX. Esta versión logra mantener la pieza original, dando importancia a cómo capta el lenguaje de aquella época, así como se muestra un Madrid convulso, azotado por las revueltas sociales. Por ello, se aplaude que Vasco haya sabido dar con la tecla para transportar todo ese imaginario y ponerlo sobre las tablas con tanto atino. Además, hay que aplaudir que se respete la idiosincrasia de las expresiones, de las construcciones gramáticas, del estilo característico del autor original.

Otro de los puntos a favor, es revivir un clásico en el que hay una riqueza absoluta en la estructura y en la forma de ir tejiendo la historia a lo largo de la pieza. Gracias a ello, el espectador queda enganchado desde el principio hasta el final. La multitud de personajes que aparecen sobre las tablas aportan dinamismo y vida al relato, por lo que, se entiende el éxito que ha sufragado a lo largo de los años. El material primigenio ya es una delicia, habiendo sabido aprovecharlo para sacarle el máximo partido. Después, hay que mencionar que lo que se expone en el libreto no se aleja de una realidad cercana, lo que da todavía mayor importancia que se realicen este tipo de representaciones.

Teatro Español
Foto de Javier Naval

Conservación de un clásico

Uno de los puntos más lúcidos de Luces de bohemia es su amplio elenco actoral, encabezado por un espléndido Ginés García Millán. García Millán brilla desde el primer momento, dando naturalidad y coherencia a su personaje desde el primer minuto. Además, logra ir al interior de la peculiaridad de su personaje, emocionando y despertando carcajadas, mostrándose en todo momento cercano. Junto a él, Antonio Molero se corona como Latino de Hispalis y ofrece un trabajo impoluto. Asimismo, la labor que hace el reparto en conjunto es memorable, viéndose una preparación medida al milímetro, respetando las convenciones y la forma de hablar que se espera de esta obra. Por tanto, se alejan de lo cotidiano, llevando al espectador al teatro histórico, siendo muy bonito de ver.

La propuesta destaca por un carácter sobrio, que no escatima en detalles, pero no se excede en pomposidades, lo cual se agradece, ya que todos los elementos que aparecen sirven para contextualizar y dar juego al propio espacio teatral. Así se formulan distintas atmósferas, dando esa sensación de ir viajando por ese Madrid que desea mostrar Max Estrella. Por otra parte, el uso de música en directo es todo un acierto, es un regalo poder ser testigo de ello. También hay que subrayar el excelente trabajo del movimiento escénico y el diseño de vestuario, una maravilla cada una en su campo. Por último, el ritmo es dinámico, en ningún momento se estanca.

Luces de bohemia
Foto de Javier Naval

Conclusión

Luces de bohemia logra revivir en una adaptación estupenda y que deja al espectador enganchado. Eduardo Vasco ha sabido captar la esencia del clásico de Valle-Inclán, trayéndolo con claridad y respetando la idiosincrasia de la pieza original. El elenco es una maravilla, encabezado por un brillante Ginés García Millán, que se come el escenario. Asimismo, el amplio reparto hace una labor contundente y encandila al público. La puesta en escena es austera, efectiva y capta la atención del público de principio a fin. Han sabido sacar partido a todos sus elementos, destacando la música en directo, el ritmo, el movimiento, el vestuario y la escenografía. Una mirada hacia ese Madrid esperpéntico que no está tan lejos de la realidad y sigue haciendo que el público entre de lleno en él.

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