Lucifer, la serie estadounidense, desarrollada por Tom Kapinos, y protagonizada por Tom Ellis, llega a su final definitivo con una sexta y última temporada el 10 de septiembre de 2021.
El show, que toma de inspiración textos bíblicos, además del personaje de DC Comics creado por Neil Gaiman, se estrenó en 2016 a manos de la Fox. Siendo cancelado tras su tercera temporada y resucitado por Netflix en 2018, acabó convirtiéndose en una de las mejores series de la gigantesca plataforma. Aun así, un largo parón en mitad de la quinta temporada pretendía darle cierre.
Por el contrario, la continuación de este fénix de la televisión planteó más dudas respecto al universo celestial y otros temas del destino que acaban siendo resueltos en su temporada final. Permitiéndoos tener hoy una visión global de la serie que trajo al reino de los vivos a este encantador príncipe de las tinieblas.
Crítica de 'Lucifer'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Lucifer
Título original: Lucifer
Reparto:
Tom Ellis (Lucifer Morningstar)
Lauren German (Chloe Decker)
Kevin Alejandro (Dan Espinoza)
D.B. Woodside (Amenadiel)
Lesley-Ann Brandt (Mazikeen)
Rachael Harris (Linda Martin)
Aimee Garcia (Ella López)
Scarlett Estevez (Trixie Espinoza)
Tricia Helfer (Charlotte)
Tom Welling (Marcus Pierce)
Inbar Lavi (Eve)
Brianna Hildebrand (Rory)
Año: 2016
Duración: 42 min.
País: Estados Unidos
Director: Tom Kapinos (Creador), Nathan Hope, Greg Beeman, Tara Nicole Weyr, Karen Gaviola, Mairzee Almas, Eagle Egilsson, Louis Shaw Milito, Len Wiseman, Matt Earl Beesley, Ben Hernandez Bray, David Frazee, Eriq La Salle, Tim Matheson, David Paymer, Alrick Riley, Sherwin Shilati, Brad Tanenbaum, Claudia Yarmy, Marisol Adler
Guion: Tom Kapinos, Mike Dringenberg, Neil Gaiman, Sam Kieth, Jenn Kao, Mike Costa, Chris Rafferty, Joe Henderson, Alex Katsnelson, Sheri Elwood, Jason Ning, Ildy Modrovich, Julia Fontana, Jeffrey Lieber, David McMillan, Jon Henderson
Fotografía: Glen Keenan, Ryan McMaster
Música: Marco Beltrami, Dennis Smith, Ben Decter, Jeff Russo
Género: Fantástico. Sobrenatural
Distribuidor: Netflix
Tráiler de 'Lucifer '
Sinopsis
Se acabó: esta es la temporada final de ‘Lucifer’. Sí, ahora va en serio. El mismísimo diablo se ha convertido en Dios... o casi. ¿Por qué duda? Mientras el mundo empieza a desintegrarse en ausencia de un dios, ¿Qué hará al respecto? Ha llegado el momento agridulce de decirles adiós a Lucifer, Chloe, Amenadiel, Maze, Linda, Ella y Dan. Se recomienda hacer acopio de pañuelos. (Netflix España)
Dónde se puede ver la serie
Lucifer en el contexto celestial
Lucifer, traducido como “el portador de la luz” (del latín “lux”, luz; y “ferre”, llevar), es una figura descrita por las religiones abrahámicas como el encargado de reinar en el infierno.
Previamente conocido como Samael (su nombre de arcángel) y descrito como un ser de extrema belleza e inteligencia, fue expulsado del cielo tras revelarse contra Dios.
Llamado también Satanás, Belcebú, Lucero, Iblís o el Diablo, esta figura tiene su equivalente en un gran número de religiones y culturas. Lucifer es considerado la encarnación del mal. Judíos, cristianos e islámicos coinciden al referirse a él como un obstáculo, una fuerza hostil y destructiva que trata de tentar a los humanos a realizar acciones que no deben.
A finales del siglo XI, empiezan a encontrarse las primeras representaciones de Satán como la de un demonio con cola, orejas puntiagudas, cuernos y alas de murciélago. Quien fuera arcángel de la fuerza y la voluntad, pasó a ser el rostro de los miedos más profundos de la gente.
Vigilante de las almas condenadas y ejecutor eterno. Lucifer es, en el folclore popular, uno de los causantes del mal y el encargado de castigarlo. También conocido como el príncipe de los demonios.
¿Quién es Lucifer Morningstar?
Esta serie ambientada en Los Ángeles en la sociedad actual, trae a la Tierra al ángel caído que le da nombre para aportarnos una visión más compleja de esta figura mística.
Tomando el rostro de Tom Ellis, la apariencia física del Diablo tiende a mantener su forma antropomórfica original, haciendo justicia a aquello por lo que es señalado desde el inicio de los tiempos.
Pero existe una gran diferencia entre ser malvado y ser el diablo. Lucifer castiga el mal, así que en cierto modo podría ser considerado una especie de justiciero. Y del mismo modo que imparte su idea de justicia con los demás, también la imparte consigo.
Los atributos físicos del Diablo como tal, son adoptados por la serie a modo de auto juicio. Y la perspectiva que la religión tiene entorno a este personaje da un giro. De todos los ángeles del cielo, Lucifer parece ser el único con la suficiente capacidad para juzgarse a si mismo hasta el punto de no considerarse digno del reino de Dios. ¿Su castigo eterno? Verse identificado como un monstruo.
Dejando a un lado estos toques fantásticos, uno de los puntos fuertes de la serie es el hecho de que tanto el propio Lucifer como el resto de personajes celestiales son plasmados con un humanismo que casi los posiciona por debajo de los seres humanos en algunas ocasiones. Ángeles que pese a llevar eones en este mundo, nos parecen inmaduros. Sobre todo Lucifer.
Este toque de inocencia infantil resulta interesante hasta el punto de convertir a Satanás en un extravagante y desinhibido individuo de lo más simpático y atrayente para el espectador.
Con carisma y elegancia, Ellis aporta a Lucifer la ironía y el encanto que requiere el personaje. Y lejos de aterrarnos, nos cautiva a niveles celestiales.
¿Qué es lo que más deseas?
No nos engañemos, la historia cambia según la perspectiva de quien la cuente, y desde el punto de vista de Lucifer, ni los malos son tan malos ni los buenos son tan buenos.
Dios es descrito como un padre ausente y autoritario, únicamente interesado por su trabajo; el cielo está lleno de ángeles vanidosos y superlativos; en el infierno no cesan las torturas; y la Tierra parece un campo de batalla en el que el juicio de valores depende de uno mismo.
Empezando por Dios, hay un patrón que se repite una y otra vez en diversos personajes y que podríamos definir como el tema central de la historia: el abandono.
En el caso de Lucifer y su todopoderoso padre, el hecho se intensifica adentrados ya en la quinta temporada, momento en que el ser sin cuerpo ni forma pasa a ser personificado. A priori, resulta algo molesto, pero con el desarrollo de los hechos y del propio personaje, acabamos aceptando (o más bien agradeciendo) su aparición.
Lo que Lucifer más desea es el amor del padre que lo rechazó. Y no solo pone la figura de Dios en entredicho, también intenta demostrar que nadie es perfecto. Con su poder celestial, se dedica a hacer favores a la gente, sonsacando sus deseos más profundos.
En términos de psicología, existe el llamado efecto Lucifer, un proceso por el cual, un individuo considerado “normal” es capaz de cometer actos malvados cuando la oportunidad se le presenta. Muy acorde con el transcurso de la serie.
Hacer tratos con el diablo siempre conlleva un precio, pero en este caso no se trata de tu alma (tanto ella como tus acciones dependen solo de ti), sino de otro favor a cambio.
Los Ángeles o Demonios
No se me ocurre una ciudad mejor como resort de vacaciones del diablo que Los Ángeles. Por primera vez, el hecho de que esto ocurra en Estados Unidos tiene una justificación.
Lucifer baja a Los Ángeles porque el infierno y sus demonios le aburren. Y una vez allí, su vida de insaciables excesos se ve interrumpida por un nuevo hobby: ser asesor de la policía.
Ironías aparte, otro tema que te planteas a lo largo de la serie es la cantidad de homicidios que se producen. En noviembre de 2020, el Departamento de Policía de Los Ángeles contabilizo un total de 300 homicidios en un año. Por lo que lejos de ser un recurso, es algo tan real como la vida misma.
Chloe Decker se convierte en el contrapunto de Lucifer (y de la serie) desde el capitulo uno, y con ello en una de las tramas principales, junto con los temas celestiales con los que el Diablo debe lidiar tras abandonar su puesto en el infierno. Dos historias que se retroalimentan estableciendo una conexión perfecta.
Por otro lado, algo que dota de comicidad a la historia es la correlación de ese tándem, y cómo cada uno de los problemas que Lucifer atraviesa se ven reflejados en los casos que resuelven. A la lista de ironías añadimos su efecto terapéutico, más efectivo que las sesiones de Linda.
De hecho, la psicóloga le resulta más útil al espectador que al propio Lucifer, puesto que siempre acaba tergiversando sus palabras. Por nuestra parte, esto nos sirve para entender el punto de vista del protagonista, además de darle esa inercia por reflexionar que tanto lo caracteriza.
Con ellos, todos y cada uno de los personajes que aparecen tienen su relevancia de cara a la evolución del propio Lucifer hasta el final.
El final de Lucifer
Venimos de temporada cinco, momento en que Lucifer se postula para un nuevo cargo de grandes dimensiones, provocando un conflicto con el arcángel Miguel que desemboca en una lucha por el destino del universo.
El desarrollo de los hechos acaban dando a la historia ese toque de epicidad que todos esperábamos. Hemos dejado de contar con Dios, aunque podemos percibirlo como ese guionista o editor que selecciona, ordena y prepara el material de manera que el transcurso de las cosas acaben siguiendo el hilo que él sabe que seguirán. Con esa tendencia a dejarlo todo en el aire, como un psicólogo que nos da las herramientas para que nosotros mismos encontremos la respuesta a nuestras preguntas, resulta un personaje fascinante.
De aquí al final, hay un largo trecho que justificar. Afortunadamente y a diferencia de la mayoría de las series de hoy en día, los guionistas han sabido dar al público un cierre que, feliz o no, hace encajar todas las piezas de un puzle sorprendentemente bien ordenado.
Al igual que con las apuestas arriesgadas de la temporada anterior, como un episodio noir y un musical que parecen sacados de una serie de Joss Whedon, el final de Lucifer nos trae un capitulo especial que sobrepasa las leyes de la realidad, convirtiendo a Lucifer y Chloe en dibujos animados mientras tratan de obtener respuestas. Aunque admito que deseaba que salieran de ese bucle carente de límites.
El objetivo final de la serie es la redención. Conocemos a Rory, y sus motivos para odiar a Lucifer. Volvemos a ver a Dan, y deseamos que desaparezca. Nos sentimos orgullosos de Amenadiel y de su lucha contra la supremacía blanca. Maze y sus idas y venidas nos dan un respiro, convirtiéndose en un demonio ninja cada vez más humano. Por desgracia, no comparte demasiadas escenas con Trixie, quien pasa desapercibida en la mayor parte de los capítulos. Y Ella, recibe su calcetín, mientras, como de costumbre, nos roba una sonrisa. ¿Qué más se puede pedir en pleno Apocalipsis?
Conclusión de Lucifer
Volviendo la vista atrás, podríamos definir esta serie como un cúmulo de metáforas que entrelazan fantasía y realidad con una historia inteligente. Llena de momentos cómicos y dramáticos, junta crimen e inocencia, convierte abandono en aceptación, y castigo en sanación. Todo ello con grandes dosis de ironía y humor.
Lucifer toma las variables que más le convienen para deconstruir la Biblia y volver a construirla, con otra particularidad propia de muchas religiones: la redención. Aunque con una diferencia clara, y es que aquí confesarse vale poco. La única cosa que te exime del infierno es el auto perdón y la aceptación.
Lucifer adapta la religión, y le aporta todas esas justificaciones que el mundo moderno necesita para creer en algo. Somos seres exigentes, y los creadores de esta serie han sabido plasmar esa mentalidad con esta divertida ficción sobrenatural.
Creencias aparte, su última temporada constituye un equilibrio perfecto en el que todos los personajes encuentran su final. Porque “si el diablo puede redimirse, todo el mundo puede”.
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