Men es la tercera película de Alex Garland, director alabado por sus anteriores trabajos entre los que consta Ex-Machina, Aniquilación o la miniserie de televisión Devs. Producida por A24 y proyectada en el Festival de Cannes, la última película del director británico llegará a las salas españolas el 22 de julio de 2022.
Crítica de 'Men'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Men
Título original: Men
Reparto:
Jessie Buckle (Harper)
Rory Kinnear (Geoffrey)
Paapa Essiedu (James)
Gayle Rankin (Riley)
Zak Rothera-Oxley (Samuel)
Año: 2022
Duración: 100 min.
País: Reino Unido
Director: Alex Garland
Guion: Alex Garland
Fotografía: Rob Hardy
Música: Geoff Barrow, Ben Salisbury
Género: Terror. Intriga
Distribuidor: Vertice Cine
Tráiler de 'Men'
Sinopsis de 'Men'
Tras sufrir una tragedia personal, Harper (Jessie Buckley) se retira sola a la hermosa campiña inglesa, con la esperanza de haber encontrado el lugar ideal para curarse. Pero algo o alguien parece estar acechándola. Lo que comienza como un pavor latente terminará convirtiéndose en una auténtica pesadilla, habitada por sus recuerdos y miedos más oscuros. (Vertice Cine)
Dónde se puede ver la película en streaming
La condición humana
El cine de Alex Garland está muy ligado al estudio y descubrimiento de lo que supone la humanidad. Tanto Ex-Machina como Aniquilación, e incluso Devs utilizan la ciencia ficción como medio para lanzar preguntas con el objetivo de provocar en el espectador una reflexión sobre lo que significa ser humano. Por ejemplo, Ex-Machina utiliza la inteligencia artificial para hacernos reflexionar sobre lo que significa estar vivos y si es justo que alguien nos prive de esa bendición una vez que es nuestra. Aniquilación en cambio explora una faceta más relacionada con la forma de actuar. ¿Por qué nos movemos, qué es aquello que nos impulsa a tomar unas acciones y no otras? ¿Podemos ser reemplazables? Por su lado, Devs pone en la mesa el eterno deseo del ser humano, el jugar a ser Dios.
En el caso de Men, Alex Garland presenta de forma clara la razón de ser de la trama a través de la canción Love song de Elton John. Sin embargo, los vínculos entre lo que se cuenta y lo que se pretende no le quedan lo suficientemente dibujados hasta llegar al desenlace donde vuelve a reforzar la idea. En esta ocasión la propuesta del director británico parece centrarse demasiado en el apartado estético, y se olvida de la sustancia de la historia. La primera mitad, más intimista, reflexiva y en mi opinión más sólida, se contrapone con una segunda en la que el terror trata de llegar a cada esquina sin importar cómo.
La visceralidad frente a la narración
La primera mitad de Men luce con belleza a la par que establece los cimientos de la historia y comienza a dar respuesta a la impactante escena inicial. Asimismo, los cambios temporales son realizados de forma limpia gracias a la atmósfera anaranjada de los recuerdos, recuerdos que siguen ardiendo todavía en el presente de nuestra protagonista. La actriz Jessie Buckley ofrece una comedida interpretación que llega a romper en los momentos claves para ofrecer una experiencia desgarradora. Además, como viene siendo costumbre con el director británico, este transforma los bellos paisajes naturales en inquietantes y perturbadores. Tiene un don para siempre unir lo bello junto a lo inquietante.
Sin embargo, la película rompe con lo establecido cuando el género de terror agarra el hacha y comienza a atizar. Alex Garland se desprende de cualquier presencia de sensibilidad anterior, y hace que su propia película mute cambiando de tono completamente. La visceralidad pasa a ser la protagonista de cada escena, con una cámara que pretende acentuar el espectáculo terrorífico al que el espectador está asistiendo. Todo se produce en una escala ascendente de acontecimientos, donde el siguiente es más terrorífico y extraño que el anterior. Hasta llegar con sinceridad a tener la sensación de estar experimentando una experiencia realmente extraterrestre.
No obstante, en este juego olvida su camino y de dónde viene, e incluso a veces peca de tramposa. En sus anteriores propuestas siempre percibía que la historia y lo visual se retroalimentaban. En esta ocasión las siento más separadas, y personalmente creo que no terminan de complementar el mensaje. Personalmente no todo el juego acaba por entenderse, y el espectador convive con un permanente sentimiento de desconocimiento. Tras finalizarla entiendes sus intenciones, pero lo haces por unos diálogos que se lanzan a la cara del espectador.
La violencia interpretativa
La propuesta inicial de Men tiene como eje la violencia de género. Toda la trama gira en torno a una relación que utiliza como herramienta el miedo, el chantaje y la manipulación. El presente solo exterioriza las consecuencias de las vivencias pasadas, como la inseguridad y el miedo a volver a ser acosada por los hombres. De ahí el título también de la cinta. Harper es una mujer valiente en la que su principal fortaleza es la fuerza que posee para hacer frente a las situaciones adversas y al peligro. No se deja achantar, y es un personaje que sabe actuar sin dudar en el momento dado.
Lo cierto es que es un personaje estupendo y atractivamente humano, con sus debilidades y fortalezas. La actriz Jessie Buckley se encuentra perfecta en el papel, y lo interpreta con una garra envidiable. Sin embargo, las apariciones del resto del elenco no se quedan atrás, y, sobre todo, destaca Paapa Essiedu en el papel de James, el marido de la protagonista. Su interpretación consigue amedrantar incluso al espectador, y consigue variar entre la violencia encarnada y la suave manipulación de manera ágil. El dúo protagonista tiene un par de escenas que consiguen helar la sangre.
En parte Men me ha recordado a Última noche en el Soho, por temática y por errores. Creo que ambas películas tienen denominadores en común, pero ambas fallan en lo mismo. Sus desenlaces tratan de ser tan visualmente extravagantes y enrevesados que se olvidan de la sustancia de la historia al caer rendidos en los brazos de la más absoluta visceralidad visual en la que lo que más consigue lucirse es un gran trabajo de maquillaje y efectos visuales.
Conclusión de 'Men'
Men termina funcionando mejor contra todo pronóstico como una experiencia cinematográfica realmente atípica, que como un relato sustancialmente sólido. Creo que ambas cosas podían haberse conseguido, pero la visceralidad de su desenlace termina olvidando y socavando los cimientos de la cinta que no apuesta por seguir construyendo de forma constante el mensaje. Durante su visionado el espectador tendrá la sensación real de estar ante una experiencia completamente extraterrestre. Sin embargo, su final aclaratorio resultará forzado y deja ver las lagunas en la segunda parte de la historia.
Reportaje de Men en Días de Cine TVE
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