Hasta el próximo diez de octubre podremos disfrutar en el Teatro de la Abadía en Madrid de Mio Cid, una obra dirigida e interpretada por José Luis Gómez, que lleva a escena el Cantar medieval en la lengua en que fue compuesto y de la manera en que se interpretaba, en recitaciones públicas y colectivas.
La obra es el resultado de un trabajo filológico y teatral que comienza en 2014 con la lectura de pasajes del poema para el ciclo Cómicos de la Lengua y que involucra para la reconstrucción de la lengua de la época a la medievalista y académica Inés Fernández-Ordóñez.
En un escenario que evoca la arquitectura gótica, José Luis Gómez, como un juglar del siglo XXI, llena el espacio con las palabras del Cantar, acompañado por Helena Fernández Moreno, a cargo de la música y los efectos sonoros.
Duración: 75 min. apróx. Dirección: José Luis Gómez Dramaturgia: Brenda Escobedo y José Luis Gómez Música: Helena Fernández Moreno
Ayudante de dirección: Álvaro Nogales
Asesoría de movimiento: Mar Navarro
Ambiente sonoro y videoescena: Jorge Vila Iluminación: Raúl Alonso (AAI) Producción: Teatro de la Abadía
Tráiler de 'Mio Cid'
Sinopsis de 'Mio Cid'
Con Mio Cid, José Luis Gómez devuelve al Cantar de Mio Cid su verdadera naturaleza. El Cantar de Mio Cid es un poema anónimo, de tradición oral, dividido en tres cantos, que narra las hazañas acontecidas a Rodrigo Díaz de Vivar en el siglo XI. La lectura moderna del Cantar, silenciosa e individual, distorsiona la recepción para la que el texto fue creado. Con un trabajo inusitado de juglaría, poniendo cuerpo y voz a las palabras germinales de la literatura hispánica y emitiendo el sonido de nuestra lengua medieval, el mayor poema épico de la literatura hispánica sube a escena en el Teatro de La Abadía. (TEATRO DE LA ABADÍA).
José Luis Gómez y el amor por la lengua y la literatura
José Luis Gómez es actor, director teatral, académico de la RAE y director fundador del Teatro de la Abadía. Fue galardonado con el Premio a la mejor interpretación masculina en Cannes por su papel en Pascual Duarte (1976) de Ricardo Franco. Dirigió el Centro Dramático Nacional desde 1978 y su trabajo tanto en cine como en teatro es vastísimo y de una calidad extraordinaria. José Luis Gómez es uno de los más importantes dramaturgos de nuestra época. Su labor está siempre en busca de la excelencia y comprometida con la memoria y el patrimonio cultural y literario de nuestra lengua.
Quedará en la memoria de todos su arriesgada apuesta poniéndose en la piel de Celestina, en el montaje de 2016. También es notable su acercamiento a la figura de Unamuno, tanto en la película de Manuel Menchón, La isla del viento (2015), como en la obra teatral Unamuno: Venceréis pero no convenceréis (2018).
Con Mio Cid, José Luis Gómez vuelve a ofrecernos una propuesta lúcida y osada, llena de un profundo amor por la lengua y la literatura, que nos hace mirar hacia las raíces de nuestro país y de nuestra cultura.
El Cid: la historia, la literatura y el mito
Es más que conveniente acercarse a la obra de José Luis Gómez conociendo de antemano su argumento. El poema está estructurado en tres partes: el Cantar del Destierro, el de las Bodas y el de la Afrenta de Corpes.
Rodrigo Díaz, un infanzón, sufre el destierro del rey Alfonso y debe despedirse de su esposa, Jimena, y de sus hijas, Elvira y Sol, para partir a luchar contra los moros. Demuestra un enorme valor y logra cosechar importantes victorias. Tras la conquista de Valencia, el rey permite que el Cid se reencuentre con su familia. Concierta el matrimonio de las hijas con los infantes de Carrión, de una posición nobiliaria bastante superior. El ataque de un león pone en evidencia a los infantes, que se comportan como unos cobardes, frente a la heroicidad del Cid. En venganza, apalean y abandonan a sus mujeres, las hijas del Cid, en un robledal. El Cid reclama justicia y finalmente los infantes son vencidos en duelo y el honor queda restituido.
Este es, en brevísimas palabras, el argumento de la obra, que sirve para construir el mito del Cid. La obra tiene unas características que la hacen única dentro de la literatura épica medieval. Además, nos ofrece un personaje que encarna los valores guerreros, religiosos y familiares ideológicamente predominantes de la época.
El cine se ha interesado en numerosas ocasiones por su figura. Es mítica la interpretación de Charlon Heston en la película de 1961. Actualmente también tenemos la serie producida por Amazon y protagonizada por Jaime Lorente. Sin embargo, ninguna de las anteriores ha ofrecido un acercamiento tan puro a la obra original. En este sentido el trabajo de José Luis Gómez es encomiable.
Conclusión
José Luis Gómez pone en pie a todo el patio de butacas con un ejercicio de juglaría que nos traslada al siglo XII. Con un trabajo filológico de reconstrucción extraordinario, Mio Cid enfrenta al público al Cantar tal y como fue concebido, como obra destinada al recitado y a la escucha colectiva. Es una absoluto goce escuchar este texto fundacional en su lengua original, el castellano medieval, con todos sus ecos y sonoridades. Se alterna el recitado del poema, con excursos magistrales, pero muy divertidos sobre la génesis de la obra, su sentido y el trabajo escénico.
En un momento de la historia donde el nacionalismo de muchos “cabe en una caja de zapatos” y el patrimonio cultural se ignora, cuando no se desprecia, José Luis Gómez reivindica la figura del Cid como mito nacional, como lo fue Eneas para Roma, o el Rey Arturo para el mundo anglosajón.
No podemos negar que Mio Cid es una obra exigente para el espectador, pero José Luis Gómez logra con una enorme inteligencia y un profundo sentido de la dramaturgia, no exento de humor, allanarnos el camino y hacernos disfrutar con una propuesta, a priori, tremendamente arriesgada.