Música y mal es una obra teatral acompañada de momentos musicales, escrita y dirigida por Lola Blasco. Una obra que hace un paralelismo estético entre la música clásica con el propio desarrollo de la humanidad, tomando como ejemplos a ciertas figuras relevantes del arte universal. El cómo la apreciación de la belleza y la facultad de ahondar en la sensibilidad humana a través del arte, no nos hace menos miserables como individuos.
Música y mal es un monologo lírico en clave musical, en el que Lola Blasco invita a la audiencia a una profunda reflexión acerca de la condición humana, sacando a la palestra las luces y sombras que todos compartimos por igual. El evidenciar y verbalizar esa parte no tan agradable de nuestro fuero interno, a través de la vida y obra de algunos de los mayores genios de nuestra historia, eso sí, genios, pero hijos de puta también.
Título: Música y mal Título original: Música y mal
Reparto: Lola Blasco Alexis Delgado Búrdalo
Duración: 70 min. apróx. Dirección: Lola Blasco y Pepa Gamboa Dramaturgia: Lola Blasco Selección musical y arreglos: Manuel Bocos Iluminación: Juanjo Llorens Escenografía: Antonio Marín Vestuario: Rafael R. Villalobos Ayudante de dirección: Julen G Ayudante de escenografía: Jon Setien Lorente Visuales: Elena Juarez Producción: Teatro Fernán Gómez
Tráiler de 'Música y mal'
Sinopsis de 'Música y mal'
Música y mal es una obra de teatro con música en directo en la que nos detenemos en algunos acontecimientos históricos que pudieron o no cambiar también nuestra Historia. En Música y mal repasamos una suerte de “miniaturas históricas” al tiempo que escuchamos las composiciones que hicieron sus protagonistas. (TEATRO FERNÁN GÓMEZ).
Hitler y el cromatismo
Es de las pocas ocasiones y espero no extralimitarme en mi apreciación, que una obra teatral me deja con esta sensación de belleza poética en la boca. Música y mal no pretende usar artificio alguno para resultar más grandilocuente en escena, simple y llanamente se vale de la música y la palabra para emocionar al espectador. Con una puesta en escena algo austera, pero totalmente efectista, Lola Blasco nos adentra como espectadores en un viaje lleno de belleza, lágrimas y maldad. La obra es una constatación de que efectivamente la verdad tiene dos caras y una suele ser terrorífica.
A través de la evolución del cromatismo a lo largo de la historia, Lola Blasco esboza un contundente y bello paralelismo con la propia historia, haciendo especial hincapié en el periodo en el que tuvo lugar la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto hacia el pueblo judío. Una de las cosas que más me entusiasman de esto, es que la protagonista y creadora no lo expone como algo ajeno a nuestros días, ni a modo de testimonio anecdótico que pueda interesar al público. Es una reflexión que nos mete en el fango a cada uno de nosotros por igual, empezando por la propia Lola Blasco. Me da la impresión de que hay mucha parte autobiográfica en algunos fragmentos de la obra y que esa introspección que ella lleva a cabo, pretende trasladarla del mismo modo al espectador.
Bach y el lorazepam
En cuanto al texto que presenta Música y mal, es difícil encontrar un pero a semejante virtuosidad dramatúrgica. El texto dramático de Lola Blasco es potente porque hay mucha verdad en él, sin necesidad de hacerlo enrevesado o forzosamente complicado. La obra es profunda pero sencilla al mismo tiempo, viéndose impregnada de un andar por casa y un lenguaje coloquial con el que cualquiera pueda verse reflejado. Es una obra muy valiente en su forma de dirigirse al espectador, sin ningún miedo a sonar políticamente incorrecta a lo largo de algún tramo.
Sencillamente, es un milagro artístico sin premeditación el que ha conseguido Lola Blasco con Música y mal. Consigue a base de belleza y sonoridad impregnar el texto de una verdad universal en la que uno desearía navegar de por vida. Una obra que con poco alcanza lo inabarcable, que a base de banalidad alcanza el culmen cromático y que con la más pura belleza consigue exponer la maldad y la barbarie humana. Tienes la misma sensación que cuando escuchas por primera vez las Variaciones Goldberg, de Bach, que pueden parecerte sencillas y a la vez complejas, mundanas o profundamente universales, etc… La obra es, a fin de cuentas, como una pastilla de lorazepam, pero teniendo como ingredientes piezas musicales a Bach y a Wagner, entre otros.
Schumann y Mengele
Al final Música y mal plantea un sinfín de preguntas, que no son ni pretenden ser respondidas por la autora. Es una obra en la que la interpretación final queda a manos del espectador, siendo cualquiera de ellas totalmente válidas, ya que es incomprensible y lo seguirá siendo siempre, el hecho de que alguien que sea capaz de traer tanta belleza al mundo con su arte, también pueda llegar a ser una persona totalmente deleznable.
¿Cómo entender que Mengele hiciera todo tipo de barbaridades a niños judíos, mientras escuchaba de fondo “Escenas infantiles”, de Robert Shumann? O de ¿Que se escuchara la música de Richard Strauss cerca de donde estaban exterminando a centenares de judíos en las cámaras de gas? No lo puedes entender, porque se escapa a todo raciocinio que podamos llevar a cabo sobre sucesos de tal calibre. No obstante, eso no quita que sigamos disfrutando de las obras de estos genios, a pesar de que en sus vidas pudieran tener actitudes deplorables. El hecho de que Wagner fuera un antisemita no va a hacer que te emociones menos al escuchar su música o que disfrutes menos de una película de Ingmar Bergman por hecho de saber que simpatizó en una época con el nazismo.
Conclusión
Música y mal es un acontecimiento teatral y musical tremendamente maravilloso, lleno de una belleza poética y sonora sin igual. Un precioso y terrorífico viaje a través del arte y la historia, haciendo un paralelismo brillante y convincente entre ellos. Lola Blasco demuestra ser una de las dramaturgas más talentosas y con una de las voces artísticas más particulares de la actual esfera teatral española. Una obra imperdible que trata de todo y de nada, de la estética y la razón, como de lo terrenal y lo universal… Sin duda una de las mejores obras de este año teatral, que se podrá disfrutar hasta el próximo 11 de abril de 2021 en el Fernán Gómez de Madrid.