Kalina Alabrudzinska es conocida en Polonia por ser guionista de la serie de televisión "Na Wspólnej". Después de dirigir algunos cortometrajes, se lanza a su ópera prima con Nic nie ginie (Nothing is Lost), una comedia dramática, o un drama cómico, que habla sobre las famosas terapias grupales, pero de una forma distinta. El film se llevo dos premios en el Koszalinski Festiwal Debiutow Filmowych Mlodzi i Film, a mejor dirección y mejor película por el jurado joven. También obtuvo una nominación en la Sección Panorama en el Festival de Cine de Polonia. En el Festival de Cine de Cinergia fue nominada a la Bota de Cristal al mejor debut polaco. Se estrenó el 11 de noviembre de 2020 en la III Edición del Festival de Cine por Mujeres, que se celebra hasta el 15 de noviembre de 2020.
Título: Nothing is Lost Título original: Nic nie ginie
Reparto: Dobromir Dymecki (Terapeuta) Zuzanna Pulawska (Klaudia) Michal Surosz (Donatello) Piotr Pacek (Actor) Jan Hrynkiewicz (Przemek)
Año: 2019 Duración: 71 min País: Polonia Dirección: Kalina Alabrudzinska Guion: Kalina Alabrudzinska Fotografía: Nils Croné Género: Drama Producción: Państwowa Wyższa Szkoła Filmowa, Telewizyjna i Teatralna w Łodzi
Nic nie ginie (Nothing is Lost)nos presenta a Klaudia, dominada por una madre controladora, que está obsesionada con ayudar a los demás. Przemek venera a su patria, Polonia, y odia a la gente estúpida, es decir, a todo el mundo. Donatello solo ama a las tortugas de ciénaga, es Actor y solo se ama a sí mismo. Maja vive y siente lo que Netflix le impone. Todos participan en la misma sesión de terapia, bajo la cuidadosa supervisión de Remek. Y de paso, crean la comedia más triste del año. . (FESTIVAL DE CINE POR MUJERES 2020).
La soledad
El debut cinematográfico de Kalina Alabrudzinska se convierte en una sesión de psicoterapia muy original. A través de un guion de historias en paralelo, Nic nie ginie (Nothing is Lost)muestra la percepción de la propia vida desde diferentes ángulos. De esta manera, se va analizando el comportamiento de cada uno de los protagonistas, jugando a descubrir cuál es el origen que les lleva a actuar de dicha forma. El mayor interés que genera se debe a la versatilidad de identidades que se exponen, dejando fluir los contrastes emocionales y personales que comulgan en el mismo espacio. Por lo cual, su mayor fuerza es que con un discurso ligero y sin pretensiones, se aborda la importancia de hablar con libertad sobre cómo se siente interiormente cada uno y de qué manera exteriorizarlo.
Esta diversidad de personalidades establece distintos episodios a lo largo del film. En algunos casos compactan a la perfección, pero en otros no se resuelve con la misma facilidad. Aún así, como narrativa conjunta funciona. Incluso, sorprende al realmente tampoco ahondar profundamente en toda la nube de pensamientos que se verbaliza, pero es efectiva. No es un endiosamiento de este tipo de terapias, ni mucho menos, pero sí que pone el foco sobre la necesidad de dar su lugar a la salud mental. Además, en este caso, se utiliza una comedia fresca y muy liviana, que no busca solo las carcajadas, sino realizar una crítica a lo denostada y poco visibilizada que está la psicología en la vida pública. A pesar de ambientarlo en Polonia, el mensaje es lo suficiente universal para que se entienda la batalla que hay detrás.
Los amigos
Este peculiar grupo de personas es liderado, interpretativamente también, por Dobromir Dymecki, que se mete en la piel de terapeuta. Su trabajo actoral en Nic nie ginie (Nothing is Lost) es de acompañante, emergiendo en él una transformación que se palpa en su expresividad con el resto de compañeros. Por lo tanto, Dymecki conoce las intenciones de su personaje, disfrutándolo con una comodidad y una energía muy campechana. Asimismo, es un catalizador de los distintos perfiles que van apareciendo en pantalla. Después, Zuzanna Pulawska, Klaudia en la ficción, borda su papel, al no caer en lo caricaturesco y en lo extremo. Únicamente, podría en algunas secuencias darle un mayor brío a su interpretación, para no resultar tan lineal. Aún así, sigue ofreciendo un resultado notable y se agradece una luminosidad matizada como la suya.
Por otro lado, Wictoria Filus como Maja tiene un estilo muy espontáneo, con una naturalidad intrínseca que aprovecha para expresar esa soledad y vacío existencial que hay en su personaje. Al mismo tiempo, es seductora y tiene un punto de picardía, que marca la diferencia con el resto de sus compañeros. Luego, Piotr Pacek da vida a un actor conocido, que acude a la terapia por su incesante necesidad de atención. Sin duda, cumple con su papel a la perfección, porque resulta inquietante, e irritante en ocasiones. También destacar que una de las secuencias más tiernas y amenas es protagonizada por él. Por otra parte, Michael Surosz se convierte en un Donatello impasible, por lo que no tiene un registro más amplio para mostrar sus capacidades. Por último, Jan Hrynkiewicz sumerge al espectador en una atmósfera más oscura, que le permite experimentar una metamorfosis muy emocional en su lenguaje.
El interior
El estilo de Nic nie ginie (Nothing is Lost) se mueve en una cercanía que sigue un esquema dentro del propio feel-good. No obstante, sabe aprovechar ese carácter cotidiano, estableciendo varias líneas de acción, según el personaje que esté en pantalla. Así, el sello visual de cada una de las partes, se desarrolla de una manera distinta. Por lo que, se mantiene en continúo movimiento y en paralelismo vital. Gran parte del mérito de esta buena disposición en la imagen se debe a un montaje muy bien preparado, que ha sabido colocar cada pieza en su lugar pertinente. De una forma análoga, como sucede con el guion, tampoco busca estrujar la puesta en escena, sino que prefiere centrarse en el discurso. Con lo cual, hay una intención de ser lo más verosímil posible, pero sin una justificación poética detrás.
Es curioso ver a cada persona dentro de su nicho social, siendo miembros de su tribu urbana y que la película sepa captar estos estilos de vida tan diferentes. Hay películas que no necesitan de mayores aditivos y adornos. Por esta razón, se hace totalmente accesible para todo tipo de público y permite que, aunque no sea trascendental, envuelva en un manto de sencillez y establezca esa identidad para todo el film. Igualmente, el uso de unos colores suaves y unos encuadres que reflejan esa unión, permite que haya una concreción hacia donde situar el foco. Por último, mencionar que la duración es breve, pero aprovechándolos tan bien que, como dice el dicho, "lo bueno si breve, dos veces bueno". No le sobra ni le falta nada, lo que siempre es de valorar por la gestión precisa del tiempo de calidad en pantalla.
Conclusión
Nic nie ginie (Nothing is Lost)se introduce en el mundo de la salud mental y reivindica la importancia de ésta. Se deshace de dramas, para traer una comedia liviana, cercana y muy accesible. De esta manera, expande la visibilización con buen rollo y sin entrar en la complejidad que puedan tener los trasfondos de cada uno de los temas que se tratan. El reparto coral es muy natural y fluye la energía de una forma muy orgánica. A pesar de no ser un largometraje trascendental, han sabido cuidar el montaje y la composición para seguir transmitiendo esa paz y buen rollo. Una sesión en grupo que pone sobre la mesa la necesidad de hablar y hace sentir al espectador uno más.