Hace poco escribí sobre El pájaro pintado, una desgarradora cinta sobre un pobre niño en el contexto de unas tierras rurales de una población eslava indeterminada, durante la Segunda Guerra Mundial. Y hoy, de nuevo, saco a colación una cinta sobre niños y niñas afectados por aquel cruento conflicto. Las víctimas invisibles de tal tragedia, que en este caso, Michael Samuels nos trae a la pantalla con Los niños de Windermere. La premisa es fácil, tras el final de la Segunda Guerra Mundial, el gobierno británico acogió a centenares de niños huérfanos, la mayoría judíos, supervivientes de los campos de exterminio nazis. El objetivo era poder reinsertar a los jóvenes en la sociedad.
El guión, basado en una historia verdadera, corre a cargo de Simon Block. La banda sonora, que todo hay que decirlo, es más que acertada, es de Alex Baranowski. Y la fotografía, que se encarga de retratar los verdes paisajes ingleses, y que hace las veces de homenaje a tan bellas tierras, está en manos de Wojciech Szepel.
La película la podremos encontrar en Movistar a partir del 13 de agosto.
Crítica de 'Los niños de Windermere'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Los niños de Windermere
Título original: The Windermere Children
Reparto:
Iain Glen (Jock Lawrence)
Romola Garai (Marie Paneth)
Thomas Kretschmann (Oscar Friedmann)
Tim McInnerny (Leonard Montefiore)
Philipp Christopher (Georg Lauer)
Kuba Sprenger (Icek 'Ike' Alterman)
Anna Schumacher (Edith Lauer)
Marcel Sabat (Berish Lerner)
B.J. Hogg (Dr. Willenshaw)
Tara Cush (Yvonne)
Pascal Fischer (Benyak 'Ben' Helfgott)
Jakub Jankiewicz (Salek Falinower)
Ali White (Mujer con un perro - Mrs. Walker)
Año: 2020
Duración: 88 min.
País: Reino Unido
Director: Michael Samuels
Guion: Simon Block
Fotografía: Wojciech Szepel
Música: Alex Baranowski
Género: Drama
Distribuidor: Movistar
Tráiler de 'Los niños de Windermere' en VO
Sinopsis
Tras el final de la Segunda Guerra Mundial, el gobierno británico acogió a centenares de niños huérfanos, la mayoría judíos, supervivientes de los campos de exterminio nazis. Muchos de ellos vivieron en cabañas cerca del lago de Windermere. Esta es la historia cruda y redentora de los lazos que estos niños forjaron entre sí, y de cómo las amistades surgidas allí se convirtieron a veces en un salvavidas para su futuro.
Dónde se puede ver la película
Una historia que ha de ser contada
Los niños de Windermere nos trae una historia que para el gran espectador ha pasado desapercibida durante muchísimos años, pero que tras conocerla no puede hacer otra cosa que emocionarse. No todo lo acontecido durante la Segunda Guerra Mundial está contado. Aún quedan cosas por narrar. Historias bellas, de superación, y que como en Los niños de Windermere, no dejan indiferente a nadie.
Miedo
El miedo y el recuerdo de la barbarie son una constante. Los niños están plagados de traumas y miedos. Pero también de la esperanza de ver a alguno de sus familiares de nuevo. Aunque la realidad sea aún más dura de lo que parece.
También podemos observar la dualidad en unos jóvenes que son más optimistas y otros que son más pesimistas. Los que creen que verán de nuevo a sus padres o los que dan por perdido todo. Situación que obviamente, genera conflicto.
Pero aun así, la película es increíblemente positiva. Cómo trata la amistad de los jóvenes, y como a partir de esa amistad y ese tiempo en Windermere, sus vidas renacieron. Y es justo al final de la cinta, cuando se nos presenta a los verdaderos protagonistas de aquella historia, ya muy ancianos, con unas ganas inmensas de vivir y un entusiasmo que se debería tomar como ejemplo.
Sobre el director
Hay un personaje que sobresale por encima del resto en Los niños de Windermere. El personaje de Thomas Kretschmann (todos los recordamos por El Pianista) que hace las veces de director de Windermere, y que se convierte irremediablemente en unos de los personajes con mejor corazón que nos ha dado el cine en 2020.
Él también es judío, y huyó del nazismo. Y es un personaje tan bueno y puro, que cualquiera a su lado queda en mal lugar. Hasta el emplazamiento en el que se hospedan los jóvenes sigue el aura del director, siendo un lugar idílico. Lleno de frescura y buenas vibraciones.
Dar voz a los que merecen tenerla
Los niños de Windermere hace algo que realmente merece todos los elogios. Dar voz en todo momento a los jóvenes, y apenas nombrar a los psicópatas que llevaron a sus familiares y amigos a la muerte. El foco es permanente en los jóvenes, no en los nazis. Y por eso la historia es tan tierna. Reflexionamos sobre la verdaderas víctimas. Y no sobre unos verdugos, que ya han sido representados en el cine infinidad de veces.
Aparte, el final es de una belleza magistral. Juntar a todas aquellas víctimas después de tanto tiempo. Un final que hace crecer enteros a la cinta.
Conclusión de 'Los niños de Windermere'
Una historia escondida, una pequeña gran historia dentro del inmenso horror que fue aquella guerra genocida.
Una historia que emociona y que emana una sensación positiva que en estos tiempos que corren es muy necesaria.
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