La Nochebuena es mi condena es una película brasileña de Paulo Cursino realizada en el año 2020 y estrenada el pasado jueves 3 de diciembre en la plataforma audiovisual Netflix. Encuadrable en el género de comedia fantástica es una película coral sobre la tan habitual celebración familiar de las navidades.
Aunque con diferencias climatológicas y culturales con nuestras navidades españolas sin embargo la Nochebuena brasileña de ésta película tiene mucho en común con nuestras fiestas.
El guion y las actuaciones actorales desarrollan en tono caricaturesco distintos personajes y situaciones de estas fiestas tan familiares bordeando en ocasiones la astracanada y el esperpento.
Crítica de 'La nochebuena es mi condena'
Resumen
Ficha Técnica
Título: La nochebuena es mi condena
Título original: Tudo Bem No Natal Que Vem
Reparto:
Arianne Botelho (Aninha)
Louise Cardoso (Teodora)
José Rubens Chachá (Tio Victor)
Rodrigo Fagundes (Luiz Cláudio)
Levi Ferreira (Vô Nhanhão)
Leandro Hassum (Jorge)
Giselle Lopes (Soraia)
Elisa Pinheiro (Laura)
Miguel Rômulo (Leozinho)
Año: 2020
Duración: 100 min.
País: Brasil
Director: Roberto Santucci
Guion: Paulo Cursino
Fotografía: Julio Costantini
Música:
Género: Comedia. Fantástico
Distribuidor: Netflix
Sinopsis
Atrapado en un bucle temporal en el que es Navidad para siempre, un hombre de familia que odia las vacaciones comienza a aprender lecciones valiosas sobre lo que es importante en la vida.
Dónde se puede ver la película
La Nochebuena es mi condena y el cumpleaños de Jorge
El guion escrito por Paulo Cursino nos presenta al comienzo del largometraje a sus protagonistas principales, una pareja joven con hijos a punto de celebrar la Navidad.
Jorge (Leandro Hassum), el padre, nació en 1982 el día de Navidad por lo que también es la celebración de su cumpleaños. Poco a poco la película nos va introduciendo al resto de familiares pintorescos relacionados con el protagonista principal.
El protagonista principal detesta la Navidad. Sufre un accidente doméstico cuando está realizando la decoración especial para la Nochebuena sufriendo un gran golpe. Cuando despierta del trauma físico un año después no recuerda absolutamente nada de lo que sucedió. Su confusión es aún mayor al recuperar la consciencia al año siguiente en esas mismas fechas.
Al no recordar nada de los meses anteriores empieza a darse cuenta de que inevitablemente va a tener que vivir siempre condicionado en navidades.
Desde el 2010, año tras año se siente encadenado a esos días tan señalados sobre todo a nivel familiar.
Desde ese primer año y hasta 2021 una y otra vez vive con temor la Navidad. Para hacer más risible las situaciones la trama repite en bucle año por año las mismas escenas con los mismos personajes. Sólo si nos fijamos en pequeños detalles podemos percibir en qué celebración anual de Navidad nos encontramos.
Por ello el elenco actoral de La Nochebuena es mi condena dirigido por Roberto Santucci se repite en cada celebración con los mismos personajes e iguales o muy parecidos tics cómicos. También son importantes los personajes de la madre Laura (Elisa Pinheiro), la amante Marcia (Danielle Winits) y el tío Victor (José Rubens Chachá). El resto del reparto está formado por Teodora (Louise Cardoso), Luiz Claudio (Rodrigo Fagundes), Aninha (Arianne Botelho) y Leo (Miguel Rómulo) que actúan adecuadamente.
El siempre añorado y casi impuesto socialmente buen espíritu navideño también en Brasil puede convertirse en un estrés familiar. Celebraciones mediante comilonas, visitas de rigor y regalos cuasi obligados son elementos comunes en muchas ocasiones. Sin olvidar también los frecuentemente repetidos buenos propósitos y planes muchas veces incumplidos para cada comienzo del nuevo año.
El director de La Nochebuena es mi condena se vale de sus personajes para desarrollar la astracanada coral apoyada y potenciada por el histrionismo del protagonista principal Jorge. Así muestra una gesticulación exagerada que complementa su habla acelerada de éste padre que siente fobia por la Navidad.
El reparto de papeles en la trama ayuda a reconocernos habiendo vivido de alguna manera situaciones parecidas. El abuelo ausente ajeno voluntaria u obligatoriamente por su deterioro físico o mental. La abuela sobreprotectora entregada a sus nietos. El cuñado metepatas o abusón de la generosidad ajena. El tío discrepante que acaba liándola parda poniendo en riesgo el esperado buen clima de la celebración. Así como las niñas y niños que alegran la fiesta y también ponen el contrapunto al mundo de los adultos.
En éste sentido la visión poliédrica que aporta La Nochebuena es mi condena es bastante acertada así como cercana a muchas culturas a pesar de la distancia kilométrica entre Continentes. Que las fiestas navideñas se celebren en el verano brasileño, el programa de navidades sea el de Roberto Carlos o el pavo, tiramisú y panettone formen las comilonas familiares son anécdotas locales.
La trama incluye además los acostumbrados ingredientes de las habituales llamadas telefónicas de otros familiares así como las “peleíllas habituales en familia por Navidad”.
Llegados a éstas alturas de la película ya nos hemos acostumbrado al humor grueso general de ésta familia de clase acomodada potenciado por Jorge, el desmemoriado y patán cabeza de familia. Mientras, el resto de los personajes lo viven según sus distintas personalidades y papeles en ésta comedia familiar.
Laura, la sufrida mujer de Jorge, aguanta como buenamente puede la convivencia personal con su marido y las relaciones con el resto de familiares. El cuñado, año tras año continúa invariablemente con sus proyectos grandiosos que tanto desea comunicar para lucirse ante su concuñado Jorge.
Mientras tanto los entonces niños han ido creciendo y evolucionando mucho más que los adultos. Han ido tomando mucho más protagonismo en sus propias vidas. Tanto que ha pasado desapercibido para sus propios padres habiéndoles convertido en abuelos. En paralelo la única salida exterior del marco familiar han sido las escenas y secuencias donde la amante de Jorge, Marcia, desea un mayor protagonismo.
La fotografía de La Nochebuena es mi condena a cargo de Julio Constantini no es especialmente brillante pues se limita a mostrar discretamente el “carnaval familiar”. Tampoco la banda sonora y musical es destacable al repetir temas navideños conocidos internacionalmente.
Pequeños apuntes en el guion aportan la sal y pimienta al conclave familiar. La actitud chantajista de la amante, el fallecimiento del tío del pavo, la enfermedad de la hija que ya es madre y las escasas pero muy significativas palabras del abuelo aparentemente ausente y mudo.
Otros personajes aún más secundarios como el conserje Owaldinho añaden algo de aire fresco a la película llena de actuaciones y situaciones cíclicas del bucle navideño. El final de La Nochebuena es mi condena, comedia familiar de fácil digestión como las comidas sanas en Navidad, probablemente guste a quienes deseen distraerse con una alegre película.
Conclusión de 'La Nochebuena es mi condena'
La Nochebuena es mi condena es una comedia aparentemente ligera pero con un contenido de ingredientes que son más que banales y muy aprovechables si leemos entre líneas.
Dentro de la aparente frivolidad del desarrollo de la trama por las distintas interpretaciones de los personajes podemos analizar situaciones comunes vividas u observadas en nuestra propia familia. Las fiestas navideñas pueden vivirse de maneras muy diferentes según la actitud de inercia o reflexiva que tengamos. También si decidimos afrontarlas como momentos y días para hacer una pausa y reflexionar sobre nosotros mismos y el valor esencial de la vida.
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