"Otra vida": Cuando nunca es tarde

Otra vida es una obra sobre la amistad y las ganas de vivir en la tercera edad

Tiene setenta años y se llama Marta. Pero a ella nunca le gustó ese nombre. A partir de hoy se llamará Solange. Decidida a cambiar de vida se dispone a convencer a Ernesto y Mateo, sus viejos y apáticos amigos, de que a los tres todavía les queda mucho por vivir. Las ganas de Solange por empezar una nueva vida acabarán provocando un montón de situaciones absurdas y divertidas que transformará a nuestros protagonistas para siempre. Pero empezar otra vida no será tan fácil como ella cree… (TEATRO DEL SOHO CAIXABANK). 

Tercera edad = apatía

Vivimos en un mundo donde prima la juventud, lo bello, lo dinámico y vital. Llegar a cierta edad es un inconveniente y un obstáculo para, por ejemplo, encontrar un nuevo trabajo.

Los jóvenes se burlan de la dificultad que tienen las generaciones anteriores con las nuevas tecnologías. No se dan cuenta de que se están perdiendo infinitas posibilidades de desarrollar aptitudes aparentemente veladas en ellos.

Todo avanza a un ritmo frenético. La última novedad en el mercado, se convierte en obsoleta al cabo de unos meses.  En Otra vida, Beatriz Carvajal, Solange, a sus 70 años tendrá que superar el reto de usar un teléfono móvil.

Y es que la vejez está considerada una contrariedad, una terrible barrera para seguir en sociedad. Juan Fernández, Ernesto, será aparcado por su propio hijo en una residencia. Cualquier pretexto puede servir para no ir a visitarle, olvidarse de él. En este caso, no perdonar al supuesto padre autoritario. Lamentable.

Perdonar a los padres que, como cualquier humano, cometieron errores, es algo primordial que se tiene que aprender a gestionar. Primeramente por ellos, por la afectuosa relación que se debería mantener con nuestros progenitores, pero también por nosotros. Por nuestro crecimiento como adultos sin traumas.

Sólo se vive una vez

Esto es lo que piensa la vital y alegre Solange. Sus ganas de vivir una nueva vida las contagia a sus compañeros, Ernesto y Mateo, para quienes será un revulsivo en sus monótonas vidas.

Incluso se van a enamorar de ella. Coqueta y atrevida, les propondrá un juego en Otra vida, que nunca hubieran imaginado. Ninguna otra actriz, sino Beatriz Carvajal, podría haber interpretado de esa forma tan fresca y natural, a una mujer dispuesta a comerse el mundo.

Es el retrato de una mujer, como tantas otras de su generación, que durante toda su vida estuvo al servicio de sus seres queridos. A través de los años han olvidado lo que es hacer lo que se quiera, llegando incluso a creer que los deseos de los demás, son también los propios.

Al cabo de un tiempo, en la residencia, con una enorme y colorida fotografía de un parque en la sala de estar, siendo a veces comedor, un trampantojo en realidad, Solange y sus amigos necesitarán otros horizontes, otra vida.

Conclusión

Divertida, tierna y con cierto poso de tristeza, Otra vida, es un retrato veraz de la soledad de los ancianos. Estar rodeados de compañeros en las residencias y, sin embargo, olvidados de sus familias.

Un excelente ejemplo de que los buenos actores no tienen edad, continúan emocionando al espectador. Beatriz Carvajal pondrá esa nota de frescura e ilusión en esta entrañable obra, junto a Juan Gea y Juan Fernández.