Al igual que Mr. Hunt (Matthew Goode) en aquella clase de instituto sobre Enrique Vlll, el propósito del largometraje es contextualizar al espectador en el misterioso suceso donde una inesperada muerte agitó la vida de unos jóvenes universitarios. Ritesh Batra (Nosotros en la noche, The lunchbox) hace doblete este año con El Sentido de un Final, la adaptación de la novela homónima de Julian Barnes cuya trama gira en torno a los secretos escondidos en un diario. Este nostálgico film nos hará caminar por los pasadizos más oscuros de la memoria reflexionando sobre la culpa, el paso del tiempo y el amor. Estreno el 8 de Diciembre.



Crítica de El Sentido de un Final

Ficha Técnica

Título: El Sentido de un Final
Título original: The Sense of an Ending

Reparto:
Jim Broadbent (Tony Webster)
Charlotte Rampling (Veronica Ford)
Harriet Walter (Margaret Webster)
Michelle Dockery (Susie Webster)
Matthew Goode (Mr. Hunt)
Emily Mortimer (Sarah Ford)
James Wilby (David Ford)
Edward Holcroft (Jack Ford)
Billy Howle (Joven Tony)
Freya Mavor (Joven Verónica)
Joe Alwyn (Adrian Finn)
Peter Wight (Colin Simpson)
Hilton McRae (Alex Stuart)
Jack Loxton (Joven Colin Simpson)
Timothy Innes (Joven Alex Stuart)
Andrew Buckley (Adrian Junior)
Karina Fernandez (Eleanor Marriott)
Nick Mohammed (Danny)
Charles Furness (Ben Ryder)

Año: 2017
Duración: 108 min.
País: Reino Unido
Director: Ritesh Batra
Guion: Nick Payne (Novela: Julian Barnes)
Fotografía: Christopher Ross
Música: Max Richter
Género: Drama
Distribuidor:  Vértigo Films España

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Sinopsis

Tony Webster (Billy Howle/Jim Broadbent), jubilado y divorciado, vive tranquilamente en su rutina hasta que un día descubre que la madre de Veronica (Freya Mavor/Charlotte Rampling), un amor universitario, le dejó en su testamento un diario que guardaba su amigo Adrian, quien se suicidó siendo joven.

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El Sentido de un Final

La cinta, contada completamente desde el punto de vista del protagonista, abre con un viejo (y agridulce) recuerdo en años universitarios, narrado en voz en off, donde tiene lugar la primera toma de contacto entre Tony Webster y su primer amor, Verónica Ford. Sin embargo, una elipsis de varios años nos traslada a la complaciente rutina y soledad del personaje, en la cual regenta una tienda de cámaras fotográficas (un buen guiño tanto a la chica de la que se enamoró como a su impostura contra el tiempo) y mantiene una difícil relación con su exmujer e hija.

Tras esta breve introducción de nuestros protagonistas, y con el descubrimiento del testamento de la señora Ford (Emily Mortimer), recorreremos paralelamente en dos líneas temporales los hechos enterrados por la mente (¿voluntariamente?) sobre el fatídico incidente. Lo que empieza como una reconstrucción de una historia de amor, tornará en un enigmático caso donde, a pesar de las carencias rítmicas, la correcta estructura del relato consigue que no apartemos la vista de la pantalla.

El principal problema de El Sentido de un Final es, sin duda alguna, no haber aprovechado correctamente todos los recursos proporcionados tanto por el texto original como por el entorno; especialmente, la escasa ambientación, donde Londres podría haberse convertido en la ciudad oscura que retrataría la triste vejez del protagonista contrastando con el colorido de aquella etapa “idílica” que es la juventud.

Entre las escenas clave del film, se encuentra la tensa reunión familiar donde Tony conoce por primera vez a los parientes de su amada; destacando especialmente el excitado encuentro en la cocina con la señora Ford, de la que queda impregnado, donde advertimos frases que revolotearán en nuestra cabeza durante el visionado como: “no dejes que Veronica haga lo que se le antoje”.

Jim Broadbent demuestra, una vez más, el espléndido actor que es con una interpretación a la altura y muy bien acompañado por un reparto en el que es imposible no mencionar a Charlotte Rampling, capaz de hacer sombra a cualquiera una vez que entre en plano.

Conclusión de El Sentido de un Final

El Sentido de un Final, rodada con cierta clase, podría haberse planteado como un viaje psicosexual del protagonista, atormentado por los fantasmas del pasado, envuelto por una tenebrosa atmósfera; sin embargo, la falta de mirada del director hace que la película no deslumbre como podría haberlo hecho en otras manos. Interesante, pero cursi.

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