Thomas Kruithof debuta como director con Testigo, un thriller político y algo kafkiano, donde un hombre solitario y corriente se ve envuelto en un poderoso complot. Testigo se hace eco de importantes producciones de espías de la historia del cine como La Vida de los Otros (2006) de Florian Henckel von Donnersmarck o La Conversación (1974) de Francis Ford Coppola. Estreno 9 de Junio
Crítica del Testigo
Resumen
Ficha Técnica
Título: Testigo
Título original: La mécanique de l’ombre
Reparto:
François Cluzet (Duval)
Denis Podalydès (Clément)
Sami Bouajila (Labarthe)
Simon Abkarian (Gerfaut)
Alba Rohrwacher (Sara)
Philippe Résimont (De Grugy)
Daniel Hanssens (Albert)
Bruno Georis (El brazo derecho de Labarthe)
Olivier Bony (El Vecino)
Bernard Eylenbosch (Hombre de mantenimiento)
Alexia Depicker (Responsable)
Nader Farman (Al-Shamikh)
Angelo Dello Spedale (Pernot)
Yves Jadoul (Hombre)
Christian Hening (Empleado)
Año: 2016
Duración: 88 min.
País: Francía
Director: Thomas Kruithof
Guion: Yann Gozlan
Fotografía: Alex Lamarque
Música: Grégoire Auger
Género: Intriga. Thriller
Distribuidor: Surtsey Films
Tráiler del Testigo
Donde comprar la película
- François Cluzet, Alba Rohrwacher, Simon Abkarian (Actores)
- Thomas Kruithof (Director)
- Calificación de la Audiencia: Pendiente de calificación por edades
Sinopsis
Dos años después de un despido, Duval sigue en paro. Un enigmático hombre de negocios se pone en contacto con él para ofrecerle un trabajo sencillo y bien remunerado: transcribir escuchas telefónicas. Duval, económicamente desesperado, acepta sin preguntar sobre la finalidad de la empresa que lo contrata. De pronto, envuelto en un complot político, debe afrontar la brutal mecánica del mundo oculto de los servicios secretos.
Dónde se puede ver la película
De que va Testigo
Testigo es la historia de Duval (François Cluzet), un exoficinista y exalcohólico sin ocupación durante bastante tiempo. Un día recibe una peculiar oferta de trabajo muy bien remunerada, con un horario de 9 a 18 horas, que le permite recuperar la reconfortante vida rutinaria de una persona activa, motivo por el cual obedece sin cuestionar las normas y sin hacer ningún tipo de preguntas.
Las funciones de Duval consisten en transcribir conversaciones telefónicas grabadas en casetes previamente numerados, a una máquina de escribir sin el conocimiento de sus interlocutores. Su lugar de trabajo, un modesto y semivacío apartamento del que no se le permite salir en horario de oficina, además, no puede fumar en el interior a pesar de que está solo, ni decir a nadie en donde y en que trabaja, es decir estará sometido a unas normas de seguridad cercanas al absurdo. Al mismo tiempo asiste a sus reuniones periódicas de Alcohólicos Anónimos donde conoce a una mujer (Alba Rohrwacher) con la que entabla una tierna relación de amistad.
La vida parece sonreír de nuevo a Duval, hasta que un día escucha unas sospechosas y comprometidas conversaciones en un casete, que le harán plantearse su continuidad en el trabajo, pero ya resultará demasiado tarde y su vida corre peligro.
Duval se da cuenta rápidamente que está metido en un entramado de confabulaciones y conspiraciones en el que están implicados políticos conocidos, entre ellos el futuro presidente. La situación se complica más aún, cuando aparece la figura de Gerfault (Simon Abkarian), un hombre que afirma ser su superior, un eslabón intermedio entre él y Clément (Denis Podalydès), la persona que le contrató.
Duval es un hombre que está acostumbrado a controlar las situaciones, de hecho ha podido mantenerse alejado del alcohol, por lo que no le será muy complicado comprender y adaptarse a la nuevas reglas de juego en las que está inmerso, y sobre todo a aprender a desobedecer. Todo ello para defenderse y salvar su vida.
Influencias
A partir de ahora, Testigo entra en una inquietante y tensa espiral de momentos angustiosos y claustrofóbicos en la que no sabemos realmente quien es quien y lo más desconcertante, no se puede saber en quien confiar. El personaje de François Cluzet se introduce de manera involuntaria en una complicada red de engaños muy al estilo de Hitchcock donde un hombre corriente y sencillo se ve atrapado en un poderoso complot para convertirse en un agente de inteligencia y posteriormente en un agente doble. Un solitario ciudadano de a pie contra el sistema.
Testigo recoge el guante de importantes producciones sobre espías como La Conversación (1974) de Francis Ford Coppola o La Vida de los Otros (2006) de Florian Henckel von Donnersmarck. Todas tienen como denominador común tratar el tema del seguimiento externo y la violación de la privacidad, sin embargo, Thomas Kruithof añade un tono y brillo especial que la hace ser diferente.
Intenso thriller
Estamos ante un intenso thriller político cuyo telón de fondo está inspirado en varias conspiraciones que han tenido lugar en Francia en los últimos treinta años, desde la crisis de los rehenes del Líbano en los años ochenta, hasta el escándalo de los cuadernos de notas de Takieddine, que publicó el diario Liberation para informar de que el régimen de Gadafi pudo financiar la campaña de Sarkozy. Y en general como ha reconocido el propio Thomas Kruithof en una entrevista, en la constante sospecha de la instrumentalización de los servicios secretos con fines políticos.
Uno de los aspectos más interesantes de Testigo es la forma de gestionar las escuchas teléfonicas. En una sociedad de grandes avances tecnológicos, Thomas Kruithof y su guionista Yann Gozlan tienen la brillante idea de retornar al mundo analógico, no se utiliza ni internet ni sofisticados ordenadores sino una máquina de escribir y cintas de casete. Una eficaz forma de evitar el robo de información relevante por piratas informáticos, cuestión de plena actualidad, sobre todo, tras las recientes elecciones a la presidencia en Estados Unidos y Francia.
Punto y final del Testigo
En la trama de Testigo, tanto las condiciones laborales y los medios arcaicos que utiliza Duval como el desarrollo de los acontecimientos contribuyen a crear una atmósfera típicamente kafkiana donde se nos aparece un mundo complejo, en el que Thomas Kruithof mezcla de forma brillante la intriga con multitud de situaciones angustiosas y absurdas que rozan a veces lo surrealista.
Reportaje de Testigo en Días de Cine TVE