Thomas Vinterberg, adalid del movimiento Dogma junto a Lars Von Trier a mediados de los noventa, vuelve a la carga después del gran impacto que suscitó con La Caza’ (Jagten, 2012), esta vez basándose en el naufragio del submarino ruso Kursk y la controversia que rodeó el suceso. Estreno el 5 de Diciembre.
Crítica de Kursk
Resumen
Ficha Técnica
Título: Kursk
Título original: Kursk
Reparto:
Matthias Schoenaerts (Mikhail Averin)
Léa Seydoux (Tanya Averina)
Colin Firth (Commodore David Russell)
Max von Sydow (Boris Nikolayevich Yeltsin)
Michael Nyqvist
Peter Simonischek (Amiral Viacheslav Gruzinsky)
Martin Brambach (Capitán Shirokov)
Guido De Craene (Calpin)
Geoffrey Newland (Tony Scott)
August Diehl
Matthias Schweighöfer
Fedja Stukan (Goncharov)
Miglen Mirtchev (Capitán Timoshenko)
Año: 2018
Duración: 117 min.
País: Bélgica
Director: Thomas Vinterberg
Guion: Robert Rodat
Fotografía: Anthony Dod Mantle
Música: Alexandre Desplat
Género: Drama
Distribuidor: A Contracorriente Films
Tráiler de kursk
Sinopsis
Agosto de 2000. El submarino nuclear de la armada rusa Kursk naufraga durante un ejercicio en aguas del mar de Barents. Un desastre al que le sigue una marcada negligencia gubernamental internacional que tiene en vilo al mundo. Mientras 23 marineros luchan por sobrevivir atrapados dentro del submarino, sus familias se enfrentan desesperadamente contra los obstáculos políticos y las escasas probabilidades de rescatarlos. (A contracorriente films)
Dónde se puede ver la película
Dirección/Narrativa
Vinterberg, mucho más realista que fantasioso (no tendría sentido de otro modo tratándose del co-fundador de una corriente cinematográfica cimentada en la total ausencia de artificios), aborda un acontecimiento plagado de dolor, miedo, dudas y supervivencia de una manera armoniosa, sinfónica, haciendo de esos sentimientos los pilares de su propia narrativa.
Todos en balance, sin extras ni aditivos, confeccionando un mar de frecuencias bajas, donde lo íntimo, liviano y sutil se mece a su compás. Y en un relato de estas características, más dado al exceso y la exaltación, es poco común.
Da la sensación de ser una película sencilla, simple (en el mejor de los sentidos), y puede serlo. Pero no significa que sea fácil. Es cáustica cuando ha de serlo. Firme, seca y eficaz. Fría quizá. Pero dentro de un todo que suena a mar, a vida, muerte y melodía. Ritmo.
Cast/Crew
Los tripulantes del Kursk no son simples compañeros, son una familia. Y sus parientes pertenecen a esa misma familia. Los ecos de Howard Hawks suenan muy alto. La camaradería, el sentimiento de pertenencia, la exposición al peligro en beneficio del de al lado. Trazos de definición en el primer tercio de metraje en tierra. Sembrando el carácter de aquellos que acompañaremos en su agonía pero que no lograremos conocer a fondo.
La planicie de los personajes se hace patente conforme avanzamos, pues sus actos y decisiones apenas se basan en un esbozo de caracteres planteado con anterioridad. Existen amagos de profundizar en sus anhelos, en sus circunstancias y sus porqués, pero son solo eso, amagos.
Matthias Schoenaerts (‘La chica danesa’, ‘Gorrión rojo’) no es precisamente Cary Grant, y aunque entregado, es complicado que sustente un protagonista con holgura. Está, se le ve, nada un poco. Léa Seydoux, como esposa en desespero sostenido, está, pone caras de mucha preocupación y siente como una madre (es madre). Quizá no sea un papel muy propenso al lucimiento y sí al arquetipo. Colin Firth y Max von Sydow recogieron sus cheques. Confirmado (¡el reclamo internacional!).
Lectura política y diseño de producción
El año 2000 no será uno de los más recordados por el pueblo ruso. El telón había caído hace tiempo, al mismo tiempo que su repercusión e importancia en el mundo. El ejercicio naval que tuvo lugar aquel año y en el que participaba el Kursk fue el de mayor envergadura de la era post soviética. Se vieron superados por la tragedia, subyugados por el orgullo y el hermetismo de sus secretos, dejando a cielo abierto sus carencias e incompetencias.
Y la película no hurga en lecturas socio-políticas de ninguna clase. Ni trata de trazar una línea entre el bien y el mal, los buenos y los malos. No es su intención (Vinterberg dixit). Y puede que juegue en su contra, pues se percibe como algo deliberado (que lo es) que le resta contexto y contextualización a un hecho ya de por si con multitud de connotaciones políticas. Vinterberg opta por centrarse en lo narrativo, en las emociones y relaciones, en lo puramente sensorial o sentimental. Tuvo lugar en un momento, lugar y contexto concretos, y omitirlo sabe a reduccionista. A jugar al ajedrez sin varias fichas.
Conclusión de kursk
Kursk te sumerge en las profundidades de un frío mar al son de unas notas clásicas y equilibradas. Efectiva, seca y cáustica cuando ha de serlo, hila la desesperación y la ineptitud de una manera casi natural, como si se diese espontáneamente. Puede que de manera distante, principalmente narrativa, sin apenas contexto pero con una firme ambición por no tomar parte de ningún modo, si acaso en lo emocional.
El diseño de producción y la mezcla de sonido (excepcionales ambos) son un elemento unificador del relato, cohesionan un todo donde nos sitúan junto a los marineros que vivieron (y murieron) aquella tragedia. Vinterberg verité, pero con focos.