Profanación (The Shrouds) es la más reciente obra de David Cronenberg, maestro del terror y la ciencia ficción canadiense. Tristemente inspirada por el reciente fallecimiento de su esposa, la cinta plantea una nueva perspectiva de la unión entre máquina y cuerpo, ahondando además en cómo la tecnología puede alterar el conocimiento sobre la muerte. Profanación se estrena en Filmin el próximo 19 de septiembre.
Crítica de 'Profanación (The Shrouds)'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Profanación
Título original: Profanación / The Shrouds / Les linceuls
Reparto:
Vincent Cassel (Karsh Relikh)
Diane Kruger (Becca Relikh)
Guy Pearce (Maury Entrekin)
Sandrine Holt (Soo-Min Szabo)
Elizabeth Saunders (Gray Foner)
Ingvar Eggert Sigurdsson (Elvar)
Jennifer Dale (Myrna Shovlin)
Matt Willis (Músculo)
Jeff Yung (Dr. Rory Zhao)
Steve Switzman (Dr. Jerry Eckler)
Eric Weinthal (Dr. Hofstra)
Al Sapienza (Luca DiFolco)
Año: 2024
Duración: 116 min.
País: Canadá
Director: David Cronenberg
Guion: David Cronenberg
Fotografía: Douglas Koch
Música: Howard Shore
Género: Ciencia Ficción. Thriller
Distribuidor: Filmin
Tráiler de 'Profanación (The Shrouds)'
Sinopsis
Karsh, de 50 años, es un importante hombre de negocios. Inconsolable desde la muerte de su esposa, inventa GraveTech, una tecnología revolucionaria y controvertida que permite a los vivos vigilar a sus seres queridos difuntos en sus mortajas. Una noche, varias tumbas, incluida la de la esposa de Karsh, son profanadas. Karsh se propone localizar a los autores. (Filmin)
Dónde se puede ver la película en streaming
“¿Te gustaría ver su tumba?”
Profanación (The Shrouds) es la obra de un genio atormentado, una figura desesperada que observa el cine como un inagotable método de expresión capaz de exorcizar sus demonios internos. Desde el primer minuto la obra ofrece al espectador los datos necesarios para entender que nos encontramos ante una obra de liberación. Protagonizada por un claro trasunto del propio director: Vincent Cassel (Especiales) interpreta a Karsh, un empresario amante del audiovisual obsesionado con la visión de los cuerpos tras la defunción. El fallecimiento de su esposa le ha afectado profundamente, dando pie a un giro en su carrera y en la creación de una obra que le consume, exactamente lo que le ha ocurrido al bueno de David Cronenberg.
Profanación (The Shrouds) aborda así temas tan personales como el duelo y la aceptación, presentando a un elenco de personajes atormentados por la muerte o el distanciamiento que son incapaces de seguir adelante con sus vidas. La red de contactos de Karsh está plagada de almas en pena y su principal compañía son los cadáveres del cementerio que regenta, observándolos en todo momento a través de su puntera tecnología.
Como drama íntimo, Profanación funciona realmente bien. La progresión que muestra el personaje de Karsh resulta natural, ganando esperanza y liberación con el desarrollo de la trama, y la temática de la obsesión resulta fascinante, especialmente al ver cómo afecta a todos los personajes de la cinta. Por ejemplo, Terry (interpretada por una maravillosa Diane Kruger) vive obsesionada por la muerte de su hermana y, al mismo tiempo, soporta la obsesión que mantiene su exmarido, quien no es capaz de aceptar la separación.
Hay una gran profundidad en la construcción de los personajes, dada principalmente a la cercanía del cineasta canadiense con los hechos narrados. Sin embargo, el problema de Profanación (The Shrouds) reside en querer abarcar mucho más de lo que puede, adentrándose en el pantanoso terreno del thriller político de serie B.
"Tecnoateos infieles"
Que David Cronenberg es un director apegado a la ciencia ficción y al suspense de serie B, no es ningún secreto. Sus primeras obras apostaban por tramas fantásticas que hacían uso de poderes mentales, conspiraciones globales y tramas detectivescas dignas de la mejor revista pulp. Sin embargo, el cineasta ha pecado en Profanación en querer englobar demasiados temas, dando pie a una película algo recargada en donde la veracidad se ve afectada.
La subtrama relacionada con el espionaje de los gobiernos chinos y rusos puede llegar a sentirse muy innecesaria, pues surge de la nada y solo sirve para establecer caminos narrativos que no llevan a nada. Se podría decir que Profanación se construye como un laberinto surrealista en donde se dan de la mano la mayoría de los temas tratados en la obra de Cronenberg, pero solo unos pocos de estos temas consiguen guiar al espectador a la salida.
Quizá el problema se encuentre en la falta de inspiración de Cronenberg, quien parece ser que tras crear una excelente premisa vinculada a sus emociones más íntimas no supo cómo continuar la historia. No solo se evidencia una falta de creatividad narrativa; en lo referente al apartado visual, Profanación resulta excesivamente rígida y carente de creatividad, dando forma a unas imágenes extremadamente pulidas que no resultan nada atrapantes.
El resultado es similar al de una producción amateur de bajo presupuesto: la calidad de las cámaras es enorme, pudiendo observar a través de la pantalla hasta los más pequeños detalles, pero la imagen resulta carente de contenido y de interés. Y no es que a nivel visual no tenga buenas ideas: los sudarios cuentan con un diseño interesantísimo, y lo mismo ocurre con el restaurante-cementerio en el que trabaja Karsh. El problema es que el resto del tiempo parece que no estamos viendo una obra de David Cronenberg.
La erótica post-mortem
El uso de la tecnología digital resulta constante en Profanación, derivando en la alteración de cuerpos (véase, por ejemplo, la degradación del cuerpo de Diane Kruger en las secuencias oníricas) o en la exposición de cadáveres, si bien el resultado de esto último deja mucho que desear. La aplicación de nuevas tecnologías juega un papel crucial, destacando la presencia de la IA como una suerte de sustituto tecnológico del contacto humano, una sombra imperfecta y fácilmente alterable de los seres queridos.
Precisamente a través de la IA, capaz de imitar el aspecto de la esposa muerta de Karsh, se ahonda en el problema del duelo. La cinta parece querer expresar un acertado alegato en contra de la dependencia absoluta de las máquinas, herramientas útiles que no deben superar el propósito para el que fueron creadas. David Cronenberg apuesta por el contacto humano, por el cariño, aún si esto lo demuestra mediante un relato plagado de cadáveres.
Conclusión de 'Profanación'
Profanación (The Shrouds) es una de las películas más personales dentro de la carrera de David Cronenberg, un cuento macabro que desarrolla los temores y las inseguridades vividas por el cineasta en los últimos años. Su imperfección deriva de su necesidad por superponer temas y tramas, derivando en un relato plagado de excesos que parece perderse a sí mismo. Su rigidez visual recuerda a la de un cadáver, echándose en falta la creatividad visual del cineasta. Sin embargo, la historia consigue enganchar y resulta interesante observar el devenir de sus atormentados personajes. Una cinta recomendable que, aunque no está al nivel del mejor Cronenberg, sigue siendo interesante.
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