En 2019 el tándem formado por Hiroyuki Imaishi y Kazuki Kanashima volvió a unir fuerzas en Promare, una película de anime producida por Trigger y XFLAG. Después del éxito de "Tengen Toppa Gurren-Laggan" y la serie "Kill la Kill", regresan a la búsqueda de plantear dilemas vitales para el ser humano, basados en un contexto y en una profundización que lo acerca a la situación social de la humanidad en la actualidad o en un pasado muy cercano. Además, estuvo nominada a los Premios Annie 2020 a mejor película de animación independiente.A España llega de mano de Selecta Visión, que estrena la película este 23 de octubre de 2020.
Promarenos presenta a las almas apasionadas de la brigada de bomberos Burning Rescue. Se enfrentan a los terroristas mutantes de Mad Burnish en un choque que hará arder el mundo.
Han pasado 30 años desde la aparición de los Burnish, una raza de seres mutantes capaces de controlar el fuego que desataron una gran tormenta de llamas que devastó la mitad del mundo. Cuando aparece un grupo de mutantes aún más agresivos conocidos como Mad Burnish, lo único que se interpone entre ellos y la destrucción total es Burning Rescue, una brigada de bomberos de élite anti-Burnish fundada por Kray Foresight, el gobernador de la República de Promepolis. Precisamente su miembro más novato, el apasionado Galo Thymos, es capaz de capturar a Lio Fiota, la líder de los Mad Burnish. Sin embargo, Lio escapa y al seguirla hasta su escondite, Galo descubre una impactante verdad acerca de los Burnish y la existencia de un terrible plan a escala global... (SELECTA VISIÓN).
Kazuki Nakashima introduce al espectador en un universo aparentemente distópico en el que los humanos se han visto amenazados por una especie dominada por el fuego. Desde el principio, Promare da una explicación visual sobre el origen de esta revolución ígnea, que tras 30 años de lo que supuso, sigue manteniendo divididos a unos y otros. De esta manera, el guion explora el racismo como germen de la separación social, llevándolo a una visión que pudiera parecer extrema. Sin embargo, pronto se podrá ver que no dista mucho de los grandes delitos cometidos en la sociedad. Por esa razón, hay que aplaudir que se entre de lleno en una historia que busca mostrar el mal de lo racial y de la discriminación. Gracias a unos planteamientos más heroicos, catapulta su mensaje directamente y acierta.
Después, no se queda ante un solo tema, sino que a través de ese conflicto principal se van desarrollando distintas preguntas en paralelo. Por un lado, se debate sobre el comportamiento humano ante las adversidades y el afán de sobrevivir. Por otro, plantea la ambición del poder y el mundo oscuro que se esconde detrás de la política. Con lo cual, debe aplaudirse la gran determinación y profundidad con la que los aborda. Incluso, se atreve a hablar de la negación como vehículo de destrucción. Asimismo, no le da un tono oscuro y dramático, a pesar de la complejidad de lo que habla, sino que lo maneja a la perfección con una comedia y humor óptimos. Por lo cual, no se pierde en bromas absurdas, pero sabe equilibrar la seriedad metafórica con la irreverencia histriónica que envuelve al relato. Un equilibrio perfecto.
Fuego y hielo
A lo largo de Promare se van presentando los distintos personajes que forman parte de la película. Así, consiguen que el espectador se vaya familiarizando con cada uno de ellos. No obstante, pese a ser un acierto la forma en la que lo hacen, acaba siendo un poco reiterativo al hacerlo con absolutamente casi todos los que aparecen, externamente del peso que tengan en pantalla. Aun así, los personajes principales están muy bien construidos. Para comenzar, Galo Thymos recuerda a aquellos héroes socarrones como “Naruto”. Mientras que tiene ese afán de superación constante, muestra sus debilidades como el orgullo innato y el infatilismo del buenhechor. No obstante, le dotan de pinceladas muy humanas, haciendo que no sea un personaje plano, sino al contrario. Gracias a ese atractivo narrativo, se convierte en un perfecto maestro de ceremonias que resultado muy agradable para grandes y pequeños.
Después, la némesis de Galo Thymos es Lio Fotia, el cual no tarda en hacer acto de presencia. A lo largo del film, se puede ver la sutilidad con la que va evolucionando, dando un trasfondo que no se queda en lo maniqueo. Igualmente, en ocasiones, cumple con algunos atributos más prototípicos de los antagonistasde este tipo de género. Aun así, funciona perfectamente su personalidad y sorprende gratamente en muchos momentos. Sin embargo, no sucede lo mismo con el Gobernador Foresight, dado que termina por cumplir lo que se espera de su personaje. Por tanto, conlleva a cierta previsibilidad, aunque no provoca que haya menos verosimilitud. Por último, mencionar que el grupo de Burning Rescue es un perfecto escape y respiro ante la acción y el sentimiento, funcionando perfectamente su acompañamiento.
La madurez animada
En las primeras escenas ya se intuye el tipo de anime que se va a encontrar el espectador en Promare, por lo que el uso del color es fundamental. Con lo cual, se verán unos estilismos imposibles, con un carácter bien cargado de futurismo y acción. Junto a ello, se acompaña de una creatividad en los elementos que irrumpe en la pantalla. Esa forma de estrujar el diseño del dibujo, hace que durante toda la película haya actividad constante, pero también un magnetismo gráfico muy excitante. Luego, hay que recalcar el gran trabajo que se realiza para dar una personalidad única a cada uno de los personajes. Además, hablando de personajes, sus presentaciones recuerdan mucho a los videojuegos de batallas, que le dan una apariencia singular y efectiva. De esta forma, encuentran su estilo propio.
Después, está el simbolismo que se va desengranando, según transcurre el largometraje, dando una mitología propia. Es verdad que recuerda a aspectos que se han explorado otras veces, pero sabe darles un punto de misticismo que logra hacer que el público no piense en otros títulos del mismo género. Las escenas de peleas y batallas son espectaculares, dejando pegado al público a la pantalla en todo momento. En consecuencia, el clímax hacia el final de la película es apoteósico y un verdadero boom de energía. De ahí que haya que aplaudir un montaje exquisito, donde prima un ritmo dinámico, pero controlado en todo momento. Únicamente, su duración puede dilatarse mínimamente en el tiempo, pero es tan bueno lo que tiene a su alrededor, que se suple sin problema y deja un resultado potente.
Conclusión
Promarees una distopía muy real que habla sobre el racismo de base, pero profundiza en un guion que demuestra una gran inteligencia emocional. Además, sabe equilibrar el humor con esa madurez narrativa que acompaña al texto. Junto a ello, hay unos personajes estupendos, en especial sus dos protagonistas, que son puro fuego y hielo. El diseño visual es un gozo, con una adrenalina constante y un cuidado de los símbolos y los detalles que mantiene al espectador atento durante todo el film. A ello se une un estilo muy particular, donde el futurismo y lo estrambótico dan un golpe de efecto certero. Una carrera a contrarreloj que no busca solamente salvar la humanidad, sino que pone un espejo de cómo lo extraordinario y distópico no está tan lejos de lo que ya ha ocurrido.