"Próximo": La intimidad en la distancia

¿Qué pasa en el cuerpo cuando el afecto sucede siempre lejos, más allá de nuestros límites? ¿Podemos amar sin tocarnos, sin olernos, sin conocer la piel?

Dos seres viven una historia de amor a la distancia y, poco a poco, cada uno se convierte en lo único que el otro tiene en el mundo. Pero lejos.

Próximo es una obra que nace del instante cuando la comunicación se corta, se rompe la falsa sensación de ocupar el mismo espacio y la soledad lo inunda todo.

La experiencia de estar lejos de todo, de vivir las emociones más intensas sin cuerpo presente. (SALA MIRADOR).

Un lugar en el mundo

‘El teatro es mi lugar en el mundo’ dijo en una ocasión Claudio Tolcachir, un peligro estimulante lleno de preguntas que se mantiene, ante todo, por la relación entre las personas. Y allí donde hay personas hay conflicto, algo fundamental en las grandes historias, como dijo David Trueba. El conflicto es el motor del mismo modo que puede serlo el amor y la obra Próximo se nos presenta como una historia de amor, aunque nos despiste en un principio.

¿El escenario es una carretera? Lo es. Una carretera sobre la que descansan los muebles de lo que podría ser una casa, o varias. Una butaca roja, un frigorífico, una cama…La carretera como metáfora del camino que es la vida ante la cual debemos improvisar un hogar a cada rato. Ese hogar que puede ser una persona, aunque esté lejos. La proximidad puede empezar a crearse mucho antes de la cercanía corporal y esto es lo que le ocurre a Elián y Pablo, dos jóvenes que se hablan, pero no se miran. Tampoco pueden tocarse. Parece que están muy cerca y, sin embargo, una distancia física de unos 19.878km les separa.

Ambos buscan su lugar en el mundo y sobreviven a la hostilidad de la sociedad que les ha tocado vivir. Como celestinas: la casualidad y la tecnología. No tienen mucho en común, pero tienen el mal común de muchos: la soledad. Cuando hablan a través del teléfono o del ordenador, se sienten mejor. Bromean, discuten, se preocupan el uno por el otro. Sonríen. Quizás han encontrado su lugar el uno en el otro, pero no están muy seguros.

De lo íntimo a lo trascendente

Lautaro Perotti y Santi Marín, que ya vienen de interpretar a Pablo y Elián desde 2017, nos regalan unas magníficas interpretaciones. En ellas podemos notar que la obra Próximo fue escrita para ellos y que los tres, actores y director, trabajaron juntos en el texto antes de su puesta en escena. El recorrido de la obra, desde su estreno, queda impreso en la manera de estar en el escenario de ambos protagonistas. Dos actores que han crecido con Próximo y que, al mismo tiempo, han hecho crecer al texto. Este animal vivo que es el teatro, absorbe cada experiencia vital y la usa a su antojo, permitiendo que cada función sea única.

Elián es un joven actor que empieza a despuntar gracias al papel de doctor en una serie con mucha audiencia. Vive con ilusión todo lo que le está sucediendo, también porque ese oficio, el de actor, le permite alejarse de una familia ante la que no siente ningún apego. Al contrario, Pablo está muy unido a su madre, aunque alejado de ella por necesidad. Ella está en Argentina y él en Australia sin papeles y realizando trabajos que apenas le permiten vivir dignamente. Conocer a Elián le permite crear un vínculo que rompe la distancia (física y social) y la soledad que le hace sufrir bajo una coraza de ironía.

A través de la historia íntima y anónima de dos jóvenes, Tolcachir toca temas que van más allá de lo particular: el amor, la soledad, la precariedad, la emigración, la comunicación virtual, la muerte. Todo ello en un diálogo carente del apoyo de la mirada directa. Sin duda, un ejercicio actoral digno de mención.

Conclusión

Próximo es una de esas historias que, sin necesidad de alargarse en el tiempo, nos contagia la emoción contenida de sus personajes y nos lleva por los caminos de un teatro sin artificios. Tolcachir podría haber caído en la manida crítica a las redes sociales o haber compuesto una comedia de amor al uso, con referencias sexuales más o menos acertadas, pero ha preferido ser fiel a su dramaturgia y mostrarnos un drama profundo fabricado con mimbres sencillos.

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