Sagrada familia vuelve con la temporada 2 para continuar asombrándonos con la peculiar familia formada por Julia/Gloria, Mariana/Aitana, Edu/Abel y el bebé que todos ansían. En una temporada aún más vertiginosa, en la que todos y cada uno de los personajes emprenden una huida hacia delante. Parece ser la última, aunque ese final tan retorcido podría animar al equipo a continuar la historia, siempre y cuando el público vuelva a respaldarla.
De nuevo con Najwa Nimri (La casa de papel) como protagonista fascinante, repiten todos los intérpretes incluidos Alba Flores (La casa de papel) y Álex García (Antidisturbios). Como novedades, la serie creada por Manolo Caro (La casa de las flores), cuenta con Daniel Grao (La chica invisible), Pol Hermoso (Merlí), Abril Zamora (Élite) o Enrique Villén (Los pacientes del Doctor García). Desde el 17 de noviembre de 2023 la temporada 2 de Sagrada familia puede verse en Netflix.
Crítica de 'Sagrada familia (Temporada 2)'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Sagrada familia
Título original: Sagrada familia
Reparto:
Najwa Nimri (Julia/Gloria)
Iván Pellicer (Edu/Abel)
Carla Campra (Mariana/Aitana)
Alba Flores (Caterina)
Álex García (Germán)
Macarena Gómez (Blanca)
Miguel Ángel Solá (Fernando)
Laura Laprida (Natalia)
Pol Hermoso (Felipe)
Daniel Grao (Manu)
Javier Pereira (El Chino)
Abril Zamora (Marga)
Año: 2022
Duración: 8 episodios
País: España
Director: Manolo Caro
Guion: Manolo Caro, Fer Pérez, María Miranda
Fotografía: Pablo Díez
Música: Lucas Vidal
Género: Drama. Intriga
Distribuidor: Netflix
Tráiler de Sagrada familia (Temporada 2)
Sinopsis
La serie creada y dirigida por Manolo Caro (La casa de flores, Alguien tiene que morir), y producida por Noc Noc Cinema, contará con 8 nuevos episodios en los que seguiremos descubriendo cuál es la verdadera identidad de Gloria Román y de todo lo que es capaz esta madre para proteger lo único en lo que tiene fe: su familia.
En esta segunda temporada Gloria y sus hijos tendrán que seguir aparentando una vida perfecta, esta vez con Natalia secuestrada en el sótano de la casa y con el pequeño Lorenzo como testigo de quienes realmente son. (Netflix España)
Dónde se puede ver la serie en streaming
¿Cómo lo habíamos dejado?
La primera temporada de Sagrada familia había dejado las tramas en completa ebullición. La familia formada por Gloria (Najwa Nimri), Abel (Iván Pecciller), Aitana (Carla Campra) y el pequeño Hugo habían cruzado todos los límites. Ya que, mientras la pareja de sicarios formada por Germán (Álex García) y Caterina (Alba Flores) tenían un terrible accidente, ahora sabemos que no mortalmente, ellos sacaban los cuchillos. Con Gloria apuñalando a su propia hija, antes de que ésta entregase el bebé a Natalia y Abel llegando como salvador para recogerlos a todos y replegarse en casa para armar un nuevo plan. Una nueva farsa con la que seguir adelante.
Lo que pasa es que las cosas han cambiado mucho. Además de haberse incorporado algunos personajes, como Chino (Javier Pereira), un nuevo asesino a sueldo contratado para recuperar al bebé. Así como Felipe (Pol Hermoso), el hermano del fallecido Marcos, la inspectora Marga (Abril Zamora) o Manu (Daniel Grao). La situación de Gloria y los suyos es mucho más desesperada. Por lo que durante toda la temporada, ya no habrá tiempo para la teoría. Si quieren sobrevivir como familia, Gloria tiene claro que solamente le queda la acción. En ese intento suyo por mantener unida a esa familia tan imperfecta. A esa familia tan tóxica que tanto interés despierta.
La familia y nada más
Porque en Sagrada familia el deseo se convierte en perversión. Todas las relaciones que fundamentan la trama tienen algo de terrorífico. De insano. De retorcido. Aunque siempre ese hilo invisible, que tanto se menciona en la serie, lo acaba por tejer de nuevo. Impidiendo salir de esa locura enfermiza que les tiene a los tres bajo dobles identidades y una montaña insalvable de mentiras. Y es que desafiar a tu sangre, a la persona que dice quererte más en el mundo. A aquella que siempre lo hace todo por ti, por vosotros, resulta extremadamente complicado.
Sin duda alguna, las madres aquí retratadas son todas tremendamente imperfectas. Con Macarena Gómez y su padecimiento constante, pasando por el personaje de Alicia, con ese nulo instinto maternal o incluso esa yonki que mercadea con su bebé. Eso sí, frente a la imperfección de ellas, la total y absoluta ausencia de ellos. Siendo especialmente relevante el rol enajenado de Santi, el hijo y padre del motivo central de la disputa de la serie. Más allá de la excepción que personifica Pedro. Aunque para maternidad extrema la de Gloria.
Una manipuladora sin escrúpulos
Y desde luego, Sagrada familia sabe que cuenta con un personaje de esos icónicos que se recuerdan. Un personaje que en esta segunda temporada termina de prender a lo bestia. Sin miedo a sacar la artillería pesada. Siempre armada de esa seducción implacable. De ese ego gigante. De esa mente que ya sabemos asesina. Sin remordimientos. Siempre convencida de actuar en nombre de un bien mayor. Siempre incapaz de liberar a sus hijos. De darles un poco de espacio y acabar con esa relación simbiótica que les une.
Un personaje caramelo que debes odiar, pero que te fascina. Con una Najwa Nimri de presencia casi sacrosanta. Solamente su silueta, con ese pelo teñido de rubio platino y esos vestidos de colores tan particulares consigue atraerte a la pantalla. Dejarte con ganas de más. Porque ella hace de madre asfixiante mejor que ninguna. Cada frase suena con la entonación precisa. Muchas veces susurrante. Sus ojos son tremendamente expresivos. Ya sea frente a extraños o frente a sus hijos. Siendo particularmente llamativos sus pequeños manos a manos con Alba Flores. Ellas, sin duda, son lo mejor de la serie. Y de nuevo demuestran brillar estando juntas.
Igual de retorcida, ahora más oscura
A la par que Najwa Nimri, si por algo destacó Sagrada familia en su primera temporada era por ese tono tan abigarrado. Un tono culebresco que aquí vuelve a retomar, ahora sin la magia de la sorpresa, pero con un ritmo trepidante que vuelve a enganchar. A pesar de que algunos de sus nuevos personajes no despiertan suficiente interés. Por ejemplo la inspectora que interpreta Marga resulta absolutamente anecdótica. Y quizás al personaje de Daniel Grao se le podría haber sacado algo más que el puro morbo que logra.
No obstante, la puesta en escena sigue siendo muy llamativa. Con esas casas enormes y de decoración chillona. Siempre jugando con el uso del color. Manolo Caro vuelve a desplegar su refinamiento. En una muestra de estilo que indudablemente puede recordar al genio manchego. Dando la importancia que merece a la banda sonora, de nuevo muy bien escogida y con protagonismo para el Hijo de la luna de Mecano. Así como un misticismo que ahora aumenta al localizar la trama en los días que vieron llegar al nuevo milenio. Un momento de cambio. De falta de certezas. Que se une a esa nostalgia de las cintas de vídeo y esos teléfonos que la gente utilizaba para conversar.
Conclusión de Sagrada familia (Temporada 2)
En resumen, Sagrada familia vuelve con aún más fuerza para que sigamos conociendo la historia de esta familia tan disfuncional. Liderada por una madre cuyo deseo se ha vuelto definitivamente locura. Si alguien albergaba alguna duda. Una madre asfixiante que no concibe una maternidad sin hilo que aprisione a sus hijos. Una madre que nos interpela directamente como espectadores para que reflexionemos. ¿Qué es ser una buena madre? Con una Najwa Nimri hipnótica. Lo que hace en la serie parece realmente un milagro. La tienes que odiar, pero inevitablemente acabas a sus pies.
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