Vista la tendencia en los últimos tiempos, era casi inevitable que la serie de televisión más elogiada de las últimas décadas tuviera una precuela en forma largometraje, y que este resultara decepcionante. Santos Criminales (Los santos de la mafia), película demasiado obtusa y con un intento de narrativa múltiple que no aporta demasiado. Estreno en cines el 5 de noviembre de 2021.
Crítica de 'Santos Criminales'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Santos criminales
Título original: The Many Saints of Newark
Reparto:
Alessandro Nivola (Dickie Moltisanti)
Jon Bernthal (Johnny Soprano)
Vera Farmiga (Livia Soprano)
John Magaro (Silvio Dante)
Billy Magnussen (Paulie Walnuts)
Ray Liotta ('Hollywood Dick' Moltisanti / Salvatore 'Sally' Moltisanti)
Michael Gandolfini (Tony Soprano adolescente)
Corey Stoll (Junior Soprano)
Leslie Odom Jr. (Harold McBrayer)
Chris LaPanta (Reclutador del ejército)
Joey Diaz (Buda)
Nick Vallelonga (Carmine Cotuso)
Año: 2021
Duración: 120 min.
País: Estados Unidos
Director: Alan Taylor
Guion: David Chase, Lawrence Konner. Personajes: David Chase
Fotografía: Kramer Morgenthau
Música:
Género: Drama. Crimen
Distribuidor: Warner Bros Pictures España
Tráiler de 'Santos criminales'
Sinopsis de 'Santos criminales'
El joven Anthony Soprano crece en una de las épocas más tumultuosas de la historia de Newark. Va camino de convertirse en un hombre justo cuando surgen los gánsters rivales que desafían a la todopoderosa familia criminal DiMeo en una ciudad cada vez más dividida por las razas. Dickie Moltisanti, el tío al que idolatra, está atrapado en estos tiempos revueltos y lucha por sacar a flote sus responsabilidades profesionales y personales. La influencia que ejerce sobre su sobrino ayudará a convertir a este impresionable adolescente en el todopoderoso jefe de la mafia que conoceremos más adelante: Tony Soprano.
Dónde se puede ver la película
Reviviendo a Tony Soprano
Catorce años después de que se estrenara el episodio final de Los Soprano, con un final supuestamente ambiguo que terminó de sellar la inmortalidad de la serie, llega Santos Criminales (Los santos de la mafia). La película es un desvío hacia la historia familiar sobre la que se construyó la serie de David Chase. Aunque proporciona poca luz al asunto y menos frescura.
Dirigida de manera eficiente, dicho en su aspecto más negativo, por Alan Taylor, ganador de un Emmy por su trabajo en la serie de HBO, y escrita por Chase junto a Lawrence Konner. Santos Criminales (Los santos de la mafia), para bien o para mal, desafía las expectativas de lo que una precuela de Los Soprano podría prometer. No es una mirada cercana a los años de formación del jefe de la mafia de Nueva Jersey, Tony Soprano. Al menos no de manera directa.
Interpretado de niño por William Ludwig y en su adolescencia por el hijo de James Gandolfini, Michael Gandolfini, Tony es un observador secundario en una historia sobre el ambicioso Dickie Moltisanti, Alessandro Nivola. Este último es un personaje recordado con cariño por Tony en la serie como su gran mentor, desaparecido mucho antes de que esos patos acabaran en la piscina de la familia Soprano.
La voz de los muertos
Santos Criminales (Los santos de la mafia) está narrada por Christopher Moltisanti, Michael Imperioli, cuyo apellido se traduce del italiano como "muchos santos", de ahí el título original, The Many Saints of Newark. El plano inicial es una lenta panorámica a través de un cementerio de lápidas charlatanas. Dejando la insinuación de dimensión espiritual eterna, de una serie atormentada por los recuerdos de los muertos.
En ese aspecto, la idea de Chase para una precuela tiene sentido, visitar las vidas de aquellos que dieron paso al ascenso de Tony en la gestión de residuos. Santos Criminales (Los santos de la mafia) en general tiene menos interés directo en el tono humorístico que la serie. Aún así podemos ver retazos de ese humor negro, como en la mención de Christopher acerca de su muerte y la asfixiante relación con su tío.
El extraordinario trabajo de Chase para hacer evolucionar personajes e historias a lo largo de extensos arcos pierde eficiencia en un formato de dos horas. Parte de lo que hizo de Los Soprano un drama tan sensacional fue que consiguió hacernos empatizar con personas reprobables. Aquí no hay espacio para respirar o profundidad de personajes, ni para generar simpatía en el espectador, y Chase no es capaz de buscar alternativas. Como suele ocurrir con los grandes nombres de las series, el salto a la pantalla grande no va acompañado de un gran trabajo.
Dickie como ejemplo
Alessandro Nivola consigue una actuación convincente como padre de Christopher, Dickie Moltisanti. Una figura apuesta con trajes perfectamente diseñados, que maneja las apuestas de finales de los sesenta en Newark, Nueva Jersey. Dickie confía en su antiguo compañero de equipo de fútbol en el instituto, Harold McBrayer, Leslie Odom Jr. como ejecutor para cobrar los pagos.
Es una relación tumultuosa, mal vista por el resto de italoamericanos y con claros síntomas de final abrupto. Particularmente a raíz de los disturbios por el mortal asalto policial a un taxista negro, y el aumento de la conciencia política impulsada por el movimiento Black Power.
Con el padre de Tony, Johnny Soprano, Jon Bernthal, en prisión durante la adolescencia temprana del chico, el amigo de la familia y socio comercial Dickie se convierte en el modelo a emular. Una escena en la que Tony conversa con la orientadora del instituto ofrece un irónico presagio de las sesiones del mafioso adulto con la doctora Melfi, Lorraine Bracco. Y como casi todas las referencias directas, resulta más ridícula que acertada.
Pero la historia principal, por suerte, se centra en los conflictos de Dickie cuando su violento e irascible padre, Hollywood Dick Moltisanti, Ray Liotta, regresa de Nápoles con su joven esposa, Giuseppina, Michela De Rossi. La muerte de Dick Moltisanti padre, en una de las mejores escenas de la película, deja a su hijo en una delicada situación.
Torpeza en la mezcla
El guion de Santos Criminales (Los santos de la mafia) trata de mostrar las tensiones raciales de la época, primero con la ilustración de los disturbios de Newark, y después con las reacciones de algún personaje al descubrir residentes negros en su vecindario. Como figura central en este hilo, Odom es, una presencia imponente, pero la historia de Harold sigue resultando de interés secundario para Chase y Konner, incluso cuando le pisa los pies a Dickie tanto personal como profesionalmente. Es un intento de introducir el conflicto social que acaba resultando forzado más que una parte natural del desarrollo narrativo.
Como personaje, Dickie refleja en muchos sentidos al Tony de Los Soprano, dividido entre las responsabilidades del crimen organizado y la familia. Con una moral lo suficientemente laxa para reconciliar años de infidelidad. También es dependiente de un confidente para aliviar sus dudas personales, aunque de manera muy selectiva en qué partes de la verdad comparte. Su particular versión de terapeuta es un observador mordaz y con un desapego por la realidad bastante curioso.
Los inicios de la banda
Por mucho que la trama se centre en Dickie y, en menor medida, en Harold, y la acción sea impulsada por los actores magnéticos que los interpretan, la historia también es un mosaico de viñetas que representan la vida familiar y el pequeño círculo de asociados de confianza, que se convertirá en la banda de Tony.
Y aquí nos encontramos con lo peor del metraje, la parte que resulta incluso ridícula en varios momentos. Paulie, Billy Magnussen, Silvio, John Magaro, y Big Pussy, Samson Moeakiola, no pueden escapar a la sensación de interpretar versiones paródicas de sus personajes icónicos. Centrar demasiado la atención en el maquillaje, el cabello, el habla y los gestos ayuda a identificar las semejanzas. Pero se hace hasta un grado ridículo que además ejerce como distracción.
La familia Soprano
Vera Farmiga, a pesar de un metraje muy limitado, es más sutil al sugerir la acidez y la inestabilidad invasoras que acabarán creando a la madre manipuladora de Tony, Livia, en la serie. Corey Stoll se vuelve cada vez más cascarrabias a medida que el resentido hermano mayor de Johnny, Corrado "Junior" Soprano es objeto de las burlas de sus compinches. Mattea Conforti y Alexandra Intrator tienen un par de momentos divertidos como la hermana de Tony, Janice, a diferentes edades, recordando a la hilarante Aida Turturro en la serie.
A pesar de que tanto los consejeros escolares como los listillos del barrio señalan el potencial de liderazgo de Tony, sigue siendo un espectador en su propia historia de origen. Michael Gandolfini y Ludwig lo hacen bien dentro de sus papeles limitado, son más caricaturas que personajes desarrollados. Chase intenta conseguir varios objetivos, ofreciendo un regalo para los seguidores de la serie, así como una película independiente que no requiera un conocimiento detallado. Como resultado, la precuela expande los orígenes de Los Soprano, pero no su perspectiva.
The Sopranos Diaries
La producción y el diseño de vestuario de finales de los sesenta y comienzos de los setenta, de Bob Shaw y Amy Westcott, respectivamente, están arraigados en un sentido evocador del tiempo y el lugar. Podemos sumar una una banda sonora de pequeñas dosis musicales con resonancias a vinilo. A pesar de todo ello, esta precuela es más una nota al pie que una extensión del legado de la serie. Es muy indicativo que uno de los momentos más electrizantes de Santos Criminales (Los santos de la mafia) sea cuando el sonido de Woke Up This Morning estalla en los créditos finales.
Es una película que en sus peores momentos resulta muy cercana a una parodia de Saturday Night Live, que realmente se creó en 2013, como ya señalaba el gran Roberto Morato en una de sus mordaces reflexiones en Twitter. En sus partes más elevadas llega a ser una película sobre la mafia muy correcta. Se acerca mucho más a lo segundo en todo lo que tiene que mostrar de Dick Moltisanti y a lo primero cuando intenta explicar el origen de Tony Soprano.
Reportaje de Santos Criminales (Los santos de la mafia) en Días de Cine TVE
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