En el séptimo episodio de Watchmen hay grandes descubrimientos y avances en lo global, mientras que siembra ciertas dudas sobre algunas escenas en particular. Lindelof fía gran parte del peso narrativo a la revelación final.
Crítica del séptimo episodio de Watchmen
Ficha Técnica
Título: Watchmen
Título original: Watchmen
Reparto:
Jeremy Irons (Adrian Veidt)
Regina King (Angela Abar / Hermana Caballero)
Don Johnson (Judd Crawford)
Tim Blake Nelson (Wade / Looking Glass)
Louis Gossett Jr. (Will Reeves)
Yahya Abdul-Mateen II (Cal Abar)
Andrew Howard (Red Scare)
Tom Mison (Mr. Phillips)
Frances Fisher (Jane Crawford)
Jacob Ming-Trent (Panda)
Año: 2019
Duración: 59 min.
País: Estados Unidos
Director: Damon Lindelof (Creador), Steph Green, Nicole Kassell, Andrij Parekh, Stephen Williams
Guion: Damon Lindelof, Nick Cuse, Lila Byock, Christal Henry, Cord Jefferson, Carly Wray (Novela gráfica: Dave Gibbons, Alan Moore)
Fotografía: Chris Seager, Xavier Pérez Grobet, Gregory Middleton, Andrij Parekh
Música: Trent Reznor, Atticus Ross
Género: Thriller
Distribuidor: HBO España
Vídeo promocional del séptimo episodio de Watchmen
Sinopsis del séptimo episodio de Watchmen
Bajo el cuidado de Lady Trieu, Angela se somete a un tratamiento poco convencional; Laurie persigue una pista; El hombre más inteligente del mundo ofrece una defensa impresionante de sus acciones pasadas.
Dónde se puede ver la serie
Prohibido marcharse
Adrian Veidt, Ozymandias, lleva todo un año de juicio y no ha pronunciado una sola palabra para intentar defenderse. Las escenas alrededor de Veidt siempre han tenido un tono extraño, pero en esta ocasión rompen con todo lo mostrado anteriormente. Entre el tono de la fotografía, muy asimilable a las series británicas de los noventa y que Lindelof parece estar rindiendo homenaje a Terry Gilliam más que a Alan Moore, nos encontramos ante una escena desconcertante.
Un juicio a Veidt por romper la única regla que debía seguir, la prohibición de marcharse de cualquiera que sea ese sitio que habitan. Y a partir de ahí se desencadena un momento absurdo tras otro, sin explicación alguna. Lo único que parecía claro es que Adrian Veidt quiere ser declarado culpable, pero si realmente estaba convencido de lo que hacía, por qué razón derrama una lágrima. Aún nos queda por ver la razón de esa decisión y en lo que acabará desembocando.
Hermana Noche
Angela sigue aún sufriendo los recuerdos de su abuelo, entremezclados con los suyos propios en esta ocasión. El recurso que encajó perfectamente en el anterior episodio comienza a resultar repetitivo y falto de justificación para mostrarnos el pasado de ella. Asistimos a la muerte de los padres de Angela, y a la razón por la que escogió su atuendo de vigilante.
En el séptimo episodio de Watchmen Podemos ver que en Vietnam una vez pasó a ser un estado más de EEUU la figura del Doctor Manhattan se convirtió en el eje central. Alrededor de ese cuerpo azul gravitaba todo, tanto su nuevo estatus político como la resistencia que mostraba su rechazo.
June, la abuela de Angela tiene una breve y difícilmente justificable aparición, es el nexo que unirá a la pequeña con Tulsa, sus escasas palabras parece que acabarán calando en esa mente traumatizada.
Restaurando el equilibrio
Por fin sabemos cuál es el objetivo de la Kaballería y el senador Kean, ese reajuste del equilibrio que según ellos el país ha perdido. El objetivo de Kean no es llegar a ser presidente, esa era la parte obvia, pero su plan es mucho más grande y retorcido.
En una escena digna de villano de James Bond, Laurie es lanzada a través de una trampilla en la mansión Crawford y tiene que asistir al discurso del gran villano. Se podría entender como una forma de homenaje o de parodia a cierto tipo de cómics de la edad dorada, pero no funciona demasiado bien.
La gran pretensión de Kean y sus esbirros es volver a una situación anterior, con los hombres blancos como claros dominadores. Y para conseguirlo no se limitará a dirigir desde un despacho, sino que traerá de vuelta al Doctor Manhattan para acabar convirtiéndose en él.
El plan para salvar a la humanidad
El Reloj del Milenio está a punto de ser activado, según palabras de Lady Trieu, como parte de un plan para salvar a la humanidad. Angela estaba al cuidado de Lady Trieu porque Laurie así lo quiso, fue ella misma quien la llevó hasta el lugar. Will no aparece por ningún lado, a pesar de la búsqueda de Angela. Volvemos a observar otra de esas escenas sin mucho sentido, en la que un elefante dormido es el ser conectado a la vía que suministra a Angela la sustancia que está entrando en su cuerpo.
Lady Trieu explica a Angela cómo funciona la red de cabinas para contactar con el Doctor Manhattan, o mejor dicho, cómo no lo hace, porque esos mensajes no llegarán nunca hasta él. Will acudió en busca de ayuda para detener el plan de la Kaballería, atrapar al Doctor Manhattan, acabar con él y convertirse en la nueva figura omnipotente.
Esa clase de poder en manos de un grupo supremacista supondría poco más o menos que el final de la humanidad. Lady Trieu revela en ese momento el gran secreto, el Doctor Manhattan no está en Marte, está en la Tierra, más concretamente en Tulsa. Oculto como un humano más, tal y como ya dijo en su momento Will. Angela tachó a su abuelo, por entonces aún no reconocido, de loco por tal afirmación. En esta ocasión no se muestra tan vehemente, porque es cierto.
Cal, el marido de Angela es el Doctor Manhattan ocultándose a la vista de todo el mundo. La lógica tras ese cambio aún no ha sido revelada. La amnesia de Cal, que le impide recordar nada acerca de su pasado no es tal, probablemente sea parte del plan que se trazara en su momento. Ha llegado el momento de despertarlo, y Angela lo hace a martillazos, literalmente. El refulgir azul del ser omnisciente inunda el salón de los Abar.
El golpe final
El final del séptimo episodio de Watchmen es un golpe directo a la mandíbula del espectador y difícilmente predecible, algo que no resulta sencillo en la actualidad. Es imposible saber a estas alturas de la serie cómo ha sucedido todo esto, pero el juego de intrigas que nos ha propuesto es difícilmente rechazable. Además del subidón final, también podemos recrearnos con una futurible aparición de Looking Glass. No podemos obviar el desacierto en algunas escenas, a pesar del estallido emocional al que nos arrastra el episodio, sólo nos queda comprobar cuál será el camino que seguirá Lindelof en lo que resta.
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