Drácula es una miniserie de terror británica, producida por Netflix y la BBC One. Está creada por Mark Gatiss y Steven Moffat, con la intención de recuperar y modernizar al mítico personaje ideado por Bram Stoker en su novela, aunque se trata de una adaptación muy libre y controvertida. La serie está compuesta por tres capítulos de hora y media de duración cada uno y está protagonizada por Claes Bang, Dolly Wells, John Heffernan, Morfydd Clark, Lydia West, Matthew Beard, Jonathan Aris y Lujza Richter, entre otros. La miniserie se estrenó en la plataforma Netflix el 4 de Enero de 2020. Puedes leer otra opinión de esta serie AQUÍ.
Crítica de Drácula
Resumen
Ficha Técnica
Título: Drácula
Título original: Dracula
Reparto:
Claes Bang (Dracula)
Dolly Wells (Sor Agatha)
John Heffernan (Jonathan Harker)
Joanna Scanlan (Madre superiora)
Morfydd Clark (Mina)
Sacha Dhawan (Dr. Sharma)
Mark Gatiss (Frank)
Jonathan Aris (Capitán Sokolov)
Clive Russell (Valentin)
Catherine Schell (Duquesa Valeria)
Nathan Stewart-Jarrett (Adisa)
Año: 2020
Duración: 270 min.
País: Reino Unido
Director: Mark Gatiss (Creador), Steven Moffat (Creador), Paul McGuigan, Jonny Campbell, Damon Thomas
Guion: Mark Gatiss, Steven Moffat (Novela: Bram Stoker)
Fotografía: Tony Slater Ling
Música: David Arnold, Michael Price
Género: Terror
Distribuidor: Netflix España
Tráiler
Sinopsis
Lleva siglos pasando desapercibido, pero ¿qué pasaría si apareciera un adversario a su altura? Los creadores de "Sherlock" presentan una nueva serie inspirada en el clásico de Bram Stoker, con Claes Bang en el papel de Drácula. (Netflix España)
Dónde se puede ver la serie
El nuevo Drácula
Todos conocemos la historia de Drácula y la hemos visto recreada en pantalla en innumerables ocasiones. Mark Gatiss y Steven Moffat, guionistas de series de TV como Sherlock o Doctor Who, quieren aportar su visión desmitificadora del personaje en tres capítulos bastante irregulares que se van alejando de la novela de Bram Stoker a medida que avanzamos. Eso puede conllevar una fuerte decepción en los que busquen una adaptación fiel, especialmente en su desconcertante tercer capítulo.
Drácula comienza muy bien. La historia es bastante reconocible y te atrapa, aunque se introducen cambios significativos como convertir el personaje de Van Helsing en una mujer. La ambientación del castillo y del barco son espectaculares, todo el tratamiento estético de la serie está muy cuidado y es de aplaudir. Entonces, ¿qué falla? El guion se toma unas licencias y hace unos giros que descolocarán a más de uno, ya le pasó a sus autores en la cuarta temporada de Sherlock.
La serie Drácula se aleja del romanticismo planteado por Coppola o del terror clásico de las primeras adaptaciones protagonizadas por Bela Lugosi o Christopher Lee. Utiliza más el humor y la palabra. La sexualidad inherente al vampirismo se suaviza mucho, aún planteando de forma sorpresiva una posible relación sexual entre el malvado Conde y un sumiso Harker, pero sí se mantiene la correlación entre las mordeduras como forma de transmisión de enfermedades a través de la sangre, algo que finalmente será la clave de esta nueva historia.
Los Personajes
Como no podía ser de otra forma, el verdadero protagonista de Drácula es el propio Conde Drácula. Se supera con buena nota el reto de lograr que estuviera a la altura de sus predecesores. En ese sentido, el actor danés Claes Bang realiza un trabajo magnífico, dotándole de una socarronería que le resta monstruosidad, pero no encanto ni personalidad.
La antagonista son Agatha y Zoe Van Helsing, dos personajes en uno, interpretados por la actriz británica Dolly Wells, la gran sorpresa y revelación de la serie. Suyos son los mejores diálogos y algunas de las mejores secuencias. Eso sí, los más conservadores no perdonarán haber convertido al cazavampiros Van Helsing en una monja parlanchina. No es por capricho, los autores buscaban un personaje femenino fuerte para contrarrestar la masculinidad tóxica del vampiro, cosas de los nuevos tiempos.
Hay personajes secundarios de peso. Jonathan Harker interpretado por John Heffernan. La historia se inicial con él y desde su punto de vista, se podría catalogar como el personaje más fiel a la novela. Lucy Westenra interpretada por Lydia West. Aparece en el capítulo final y aunque se mantiene parte de su personalidad desinhibida del relato original, muchos la encontrarán irreconocible.
Otros personajes claves de la novela Drácula que tantos buenos momentos nos han ofrecido en el cine, son sacrificados en esta miniserie, como una pusilánime Mina Harker interpretada por Morfydd Clark o un desubicado Frank Renfield interpretado por Mark Gatiss, uno de los guionistas. Si esperas ver a las tres novias de Drácula, tendrás que conformarte solo con una.
Capítulo 1: Las Reglas de la Bestia
Está dirigido por Jonny Campbell (Doctor Who, Westworld, Ashes to Ashes) y es el más fiel a Bram Stoker. La historia se inicia en el castillo de Transilvania de un anciano Conde Drácula, cuando recibe la visita del abogado Jonathan Harker que debe prepararle la documentación para su traslado a Inglaterra. Es el inicio clásico de la novela y de muchas de las adaptaciones. Harker quedará atrapado en el castillo, cada vez más debilitado, mientras el Conde a su vez va rejuveneciendo...
En este capítulo de Drácula se tira de referencias y homenajes que van desde el tratamiento gótico que hicieron Terence Fisher y la Hammer, a la elegancia estética de Coppola. La primera novedad que nos encontramos es que el capítulo está contado a base de flashbacks que surgen de la conversación entre un perjudicado Jonathan Harker, tras lograr escapar del castillo, y una perspicaz monja con dotes de detective privado que resulta ser Agatha Van Helsing, personaje que sustituye al popular cazavampiros de mismo apellido.
Plagado de hallazgos visuales y tiene unos diálogos brillantes el ritmo va in crescendo y los veinte minutos finales en el convento de monjas son un festín para todo horror lover que se precie.
Este capítulo está dirigido por Damon Thomas (Killing Eve, Penny Dreadful) y aún mantiene cierto espíritu de la novela original, pero con matices. La historia se centra en el viaje en barco que hace Drácula para conquistar Inglaterra, en el que comienza a matar a todos los pasajeros y a la tripulación para apropiarse de sus vivencias y conocimientos... Es una parte importante de la novela que aquí se expande y se utiliza como nexo explicativo de lo que vendrá después, pero se introducen algunos aspectos que motivan el desconcierto.
También está explicado a base de flashbacks, en esta ocasión, contados en primera persona por el mismísimo Conde Drácula a su antagonista Agatha Van Helsing en una partida de ajedrez que descoloca al espectador por el tono jocoso empleado. Pero las secuencias del barco están filmadas con brillantez y Drácula se despacha a gusto alimentándose de todo aquel que se cruza con él. Si te gustan los colmillos afilados, lo disfrutarás.
Esta entrega es entretenida y sangriento, pero los giros de guion que Mark Gatiss y Steven Moffat plantean dentro del Deméter (nombre del barco y de la Diosa griega de la fertilidad), comienzan a exasperar por la falta de coherencia con el relato original.
Capítulo 3: La Brújula Tenebrosa
Dirigido por Paul McGuigan (Sherlock, El Caso Sleven, Obsesión, El Misterio de Wells), se trata del más polémico de los tres. La historia nos sitúa 123 años después del hundimiento del Deméter con el encuentro de Drácula y Zoe Van Helsing, emparentada con la hermana Agatha, la cual descubrirá las verdaderas debilidades del Conde para intentar derrotarlo... Prácticamente todo lo que sucede en este capítulo es material inexistente en la novela de Stoker.
Más allá de consideraciones temáticas, el capítulo es el peor de los tres, es aburrido y pretencioso hasta decir basta. La excusa para mantener nuestra atención es la aparición del personaje de Lucy Westenra, inolvidable en la versión de Coppola, una chica que vive el presente y que no teme a la muerte, algo que fascina a Drácula. Durante la primera hora del capítulo nos estaremos planteando seriamente si Netflix se ha equivocado y ha programado el capítulo de otra serie, ya que la historia que nos explican no tiene nada que ver ni con el Drácula de toda la vida, ni con los otros dos capítulos que acabamos de ver.
Es un capítulo soporífero donde los autores se olvidan de la trama principal hasta el final, incorporando secuencias banales con personajes que no interesan. Un error grave. La media hora final sirve para buscar una explicación a todo este embrollo, desmitificando al Conde Drácula y convirtiéndolo en un ser cobarde que huye de sí mismo. El capítulo se cierra con un plano final un poco vergonzante que podría haber sido de una gran belleza simbólica si no se hubiera perdido el rumbo por el camino.
Conclusión de 'Drácula'
Drácula es una miniserie creada por Mark Gatiss y Steven Moffat, de tres capítulos de hora y media de duración, que busca actualizar y modernizar el mito del Conde Drácula. Lo curioso es que solo funciona cuanto más se acerca al relato original de Bram Stoker y, sin embargo, se pierde en la filosofía millennial cuando busca una identidad propia. Tres capítulos desiguales que van de más a menos y que cabrearán a los que busquen una adaptación fiel.
Lo mejor de esta miniserie es la ambientación llena de referencias cinéfilas del primer capítulo y los duelos dialécticos entres sus dos protagonistas. Claes Bang, como Conde Drácula, y Dolly Wells, como Van Helsing, realizan un trabajo admirable y divertido. Lo peor son los giros imposibles de guion y el tercer capítulo que desaprovecha una sugerente idea inicial.
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