Sin señas particulares es la ópera prima de Fernanda Valadez, quién habla del peligro de las fronteras entre Estados Unidos y México, yendo un paso más allá. Ha sido la ganadora del Premio Horizontes en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián de 2020. También se llevó el Premio del Público en la categoría World Cinema Dramatic, en el Festival de Cine de Sundance, donde, de igual manera, obtuvo el Premio Especial del Jurado a mejor guion. Asimismo, ha ganado multitud de galardones, entre ellos el Ojo de Oro del Festival de Cine de Zurich. Se estrenó el 7 de noviembre de 2020 en la III Edición del Festival de Cine por Mujeres, que se celebra hasta el 15 de noviembre de 2020. Llega a salas comerciales el 27 de noviembre de 2020 en España.
Sin señas particularesnos presenta a Magdalena, que emprende un viaje en busca de su hijo, que desapareció de camino a la frontera de los Estados Unidos. Viajando a través de los pueblos desolados y paisajes del México actual, conoce a Miguel, un joven recientemente deportado de los Estados Unidos que se dirige a su casa. Los dos se acompañan el uno al otro: Magdalena en busca de su hijo, y Miguel deseoso de ver a su madre de nuevo en un territorio donde víctimas y agresores vagan juntos. (FESTIVAL CINE POR MUJERES 2020).
Fernanda Valadez une fuerzas con Astrid Rondero para escribir Sin señas particulares, una película que ahonda en las desapariciones que se propician cerca de la frontera entre México y Estados Unidos. A partir de esta premisa, innovan con un relato lleno de incertidumbre y con un misterio muy enriquecido. Además, no se basa en una búsqueda más metódica, sino que se mezclan esas emociones y sentimientos que afloran en escenas realmente duras. Por lo cual, se pone el foco en esas madres y el sufrimiento desgarrador que se posa en su interior. Es más, unifica distintas perspectivas, lo que dota de unos matices de gran sensibilidad y dureza, sin maquillar absolutamente nada de la realidad. Después, el espectador asiste a un viaje extraño, vital y con unas sorpresas, que son totalmente imprevisibles.
Gracias a ese carácter inesperado, van convergiendo todos los participantes de esta historia, que tienen el nexo en común de denunciar una situación que sigue siendo alarmante en el país americano. Lejos de señalar exclusivamente a una institución, al igual que el propio largometraje, se profundiza en una telaraña y en una encrucijada lacerantes. No es un film que solamente interese por ese mensaje de denuncia, sino también porque lucha por mostrar los ultrajes que continúan en la sociedad actual. La razón no es otra que, todas ellas, llegan a causa de una motivación detrás muy bien desarrollada en el libreto. Por ejemplo, el anhelo de una vida mejor, de una oportunidad para avanzar y el orgullo de vaticinar una realidad nueva que difiera de la sencillez de la que parten. Sin duda, es una historia humana y descarnada.
Coraje maternal
Mercedes Hernández es el principal sostén dramático de Sin señas particulares, posando en ella toda esa vorágine emocional que se va sucediendo. En las primeras secuencias, le cuesta todavía entrar en esa desnudez expresiva y dejar salir todo el sentimiento en su interpretación. Por lo que, después de constituirse como principal protagonista, comienza a perfilar de una forma sutil todo ese torbellino sugestivo. Así, encandila al público, que ve en ella un fiel reflejo de verdad y sinceridad. No se puede negar que deja absolutamente toda la carne en el asador, conmoviendo por toda la carga que debe soportar sobre sus hombros. Dicho de otra manera, es un trabajo actoral que estremece por la autenticidad que hay en él. Si no se hubiera abordado así, no conseguiría el mismo impacto en pantalla, envuelto de humildad.
David Illescas se convierte en el acompañante casual de Hernández, permitiéndole ser ese referente e imagen de una juventud pesada. Debido a ello, se refleja en su lenguaje no verbal una madurez obligada, que se queda en la retina del espectador por las circunstancias que le acompañan. Al igual que Hernández, no necesita de recursos dramáticos, sino que prefiere transitar por la elegancia del dolor. De esta manera, deja impregnado de su sello al equipo artístico del film. Después, Juan Jesús Varela protagoniza una de las escenas más espeluznantes del film, donde, para ello, no duda en impregnar su energía en una violencia arrolladora. Por último, Ana Laura Rodríguez, prácticamente, su participación es anecdótica, pero con una cercanía absoluta. En conjunto, los actores que hacen acto de presencia, no necesitan de mayor tiempo para estabilizar el relato y darle más líneas de acción.
Tierra de oportunidades
La composición visual de Sin señas particulares nace desde una vertiente más árida, tomando distancia de una visión más vistosa y alegre de México. No obstante, esta elección es lo que da mayor poder a lo que hay que contar, ya que escenifica y mantiene la coherencia de la crudeza que plantea. La imagen pronto envuelve al espectador en esa atmósfera sospechosa y llena de unos claroscuros, que se tornan en una tenebrosidad muy esclarecedora. Los distintos escenarios escogidos siguen un hilo enigmático, que van encontrando su sentido y obtienen un poder propio en el film. Por tanto, es verdad que hay partes en las que hay una influencia visceral del tratamiento visual, pero pronto encuentran su justificación en el verdadero significado que se esconde detrás. Es el propio terreno el que habla.
El simbolismo que se utiliza es muy potente, en cuanto a lo relacionado con la cotidianidad de la vida y de la familia. Sin embargo, hay un punto, en concreto, que añade demasiada intensidad espiritual al relato. En pocas palabras, resta acritud y lo lleva a un panorama místico y circunstancial, que gana en su significado, pero pierde en la manera de confeccionarlo en lo formal. Esos detalles en la figura que aparece, no terminan de convencer. Por otro lado, el ritmo es calmo, pero no lánguido, ya que hay esa tensión constante. Gracias a ese nerviosismo e incertidumbre, se vive más plenamente la película. También hay que aplaudir la composición de sonido, que sabe combinar esos silencios contundentes, con efectos de sonido y música, que fabrica ese ambiente austero y reflexivo.
Conclusión
Sin señas particulareses una aventura cinematográfica llena de misterio e incógnitas, que se mezcla a la perfección con el dolor y la pérdida. Mediante un guion lleno de matices, regala una historia profunda y muy humana, que innova en su estilo particular y en una resolución original e imprevisible. De igual manera, aplaudir el trabajo descarnado de Mercedes Hernández, que arrasa con todo ese torbellino personal. Asimismo, la composición visual y sonora crean una ambiente árido y turbio, que se sublima en una tirantez contemplativa y certera. La búsqueda de los vestigios de los sueños de una tierra arrebatada, que desembocan en una verdad feroz y desgarradora.
Reportaje de Sin señas particulares en Días de Cine TVE