En Sobre lo infinito Roy Andersson vuelve con su particular estilo visual (ya convertido en marca de fábrica) y su cómico y negro pesimismo para hablarnos, esta vez, sobre la derrota. El cineasta sueco (premio a la mejor dirección en el último Festival de Venecia) construye un mosaico existencialista a base de humor negro y situaciones absurdas donde lo filosófico parte siempre de las miserias cotidianas. Estreno en salas de cine españolas el 24 de Enero.
Crítica de 'Sobre lo infinito'
Resumen
Ficha técnica
Título: Sobre lo infinito
Título original: Om det oändliga
Reparto:
Bengt Bergius (Psiquiatra)
Anja Broms (Secretaria)
Marie Burman
Amanda Davies
Tatiana Delaunay (Mujer voladora)
Karin Engman
Jan-Eje Ferling (Hombre en las escaleras)
Thore Flygel (Dentista)
Año: 2019
Duración: 78 min.
País: Suecia
Director: Roy Andersson
Guion: Roy Andersson
Fotografía: Gergely Pálos
Género: Drama. Fantástico
Distribuidor: Golem Distribución
Tráiler de 'Sobre lo infinito'
Sinopsis
Una reflexión en torno a la vida con toda su belleza y crueldad, su esplendor y banalidad. Paseamos, como en un sueño, de la mano de una narradora al modo de Sherezade. Momentos intrascendentes cobran el mismo significado que un momento histórico: una pareja flota por encima de Colonia, desgarrada por la guerra; camino de una fiesta de cumpleaños, un padre se agacha para atar el cordón del zapato de su hija bajo una lluvia torrencial; unas adolescentes bailan delante de un café; un ejército derrotado marcha hacia un campo de prisioneros. A la vez oda y lamento, SOBRE LO INFINITO ofrece un caleidoscopio de todo lo eternamente humano, una historia infinita de la vulnerabilidad de la existencia. (Golem Distribución)
Premios
- European Film Awards: Ganadora por mejores efectos visuales
- Festival de Sevilla: Nominada a mejor película
- Festival de Venecia: Ganadora a mejor director y nominada a mejor película
Dónde se puede ver la película
Un cineasta fácilmente reconocible
El cine de Roy Andersson es fácilmente reconocible. Si observáramos, aunque fuera un solo fotograma de alguna de sus últimas películas, aun sacado de contexto y aislado, podríamos adivinar que se trata de uno de sus filmes. Su particular estilo visual, su puesta en escena y el dispositivo utilizado se han convertido en marca de fábrica del cineasta sueco.
Un estilo visual que está presente en sus últimas películas, ya que sería necesario recordar que Roy Andersson alcanzó su primer éxito internacional, con veintiséis años, en 1970 con Una historia sueca de amor (En Kärlekshistoria). Hasta el año 2000, cuando presentó en el Festival de Cannes Canciones del segundo piso (Sanger fran andra vaningen), su carrera estuvo dedicada, en gran parte, a la publicidad, alcanzando gran éxito y prestigio en la realización de spots publicitarios.
Unos trabajos donde se forja ese estilo que ha caracterizado el cine de su última etapa que incluye, además del título citado y el aquí reseñado, La comedia de la vida (Du levande, 2007) y Una paloma se posó en una rama a reflexionar sobre la existencia (En duva satt pa en gren och funderade pa tillvaron, 2014), formando, junto a la primera, lo que el propio Andersson llamó la Trilogía de la vida.
Un mundo feo
Su nueva película, Sobre lo infinito, no está demasiado lejos de las tres anteriores, de hecho en algunos momentos se tiene la sensación de encontrarnos ante cierto agotamiento de un fórmula (convertida ya en marca) que ya no causa sorpresa en aquellos conocedores del cine del sueco.
Sobre lo infinito, al igual que el resto, se construye a partir de pequeños sketches o, más bien, viñetas (por su semejanza al trabajo de un humorista gráfico) filmadas con una cámara fija que registra unos escenarios minimalistas (de una austeridad desarmante) con una decoración de aire “retro”, de colores desvaídos con predominio de los tonos grises, plomizos y pardos, por los que desfilan personajes de tez blanquecina (como si de una máscara se tratara), de rostro triste y cuerpos desgarbados en sus pesados y cansados movimientos.
Un mundo conscientemente feo e irreal que es reflejo de un discurso pesimista y crítico sobre el ser humano y su existencia.
Mosaico existencialista
Esas viñetas componen un mosaico existencialista a base de humor negro y situaciones absurdas que nos habla sobre las miserias cotidianas, sobre el sentido de la vida, sobre la muerte y el silencio de Dios, el amor, la soledad y la tristeza, sobre el poder y la humillación, sobre la juventud y la vejez, sobre las relaciones humanas o sobre el deterioro del cuerpo y el alma.
Andersson trabaja con un trasfondo filosófico (rama existencialista-pesimista) pero partiendo siempre de acciones cotidianas y prosaicas (un buen ejemplo sería esa divertida escena del film donde un cura con un angustiante problema de pérdida de fe es expulsado casi a la fuerza de la consulta del psiquiatra porque este no quiere perder el autobús que lo lleva a casa).
La derrota
En Sobre lo infinito, una voz en off femenina nos va presentando cada una de las viñetas (recordemos que, según declaraciones del director, el propósito inicial era hacer una versión de Las mil y una noches), guiando nuestro recorrido por una película que parece tener como hilo conductor un discurso sobre la derrota.
Desde las pequeñas derrotas cotidianas y diarias (un hombre que envidia a su antiguo compañero de colegio, el citado cura que ha perdido la fe, un dentista cansado de su trabajo que se refugia en el alcohol, alguien que no encuentra a quién esperaba en una cita a ciegas, …) hasta la derrota en términos absolutos y abstractos (Hitler y sus patéticos lugartenientes en el búnker de Berlín mientras la ciudad es bombardeada o esa escena en la que cientos de soldados alemanes marchan presos por la helada estepa rusa camino de Siberia).
Una derrota de la humanidad (y lo humano) en la que el pesimista Roy Andersson encuentra, en pequeños gestos, conversaciones y situaciones, un pequeño aliento de esperanza que tiene su colofón en esa hermosa (y terrible) imagen de dos amantes sobrevolando la devastada ciudad de Colonia tras los bombardeos en la Segunda Guerra Mundial (que remite al cuadro de Marc Chagall, Sobrevolando la ciudad), representación del triunfo del amor sobre la barbarie y la estupidez humana.
Este artículo también se puede leer en el blog La Imagen que Habla
Reportaje de Sobre lo infinito en Días de Cine TVE
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