Suspense es un título esencial dentro del cine de terror, que adapta la clásica novela de Henry James, Otra vuelta de tuerca. En última instancia, también participó en el guion Truman Capote, con lo que las raíces literarias son vigorosas. La película está dirigida por el británico Jack Clayton y en su reparto cuenta con una estelar Deborah Kerr. Además, ha tenido una importante influencia en el subgénero de casas encantadas de ambientación gótica. No en vano una de las películas que más deja ver su huella es Los otros, de Alejandro Amenábar. Netflix estrenará el próximo 9 de octubre la serie La Maldición de Bly Manor, que se supone tomará cierta inspiración de esta historia.
Crítica de 'Suspense'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Suspense
Título original: The Innocents
Reparto:
Deborah Kerr (Miss Giddens)
Peter Wyngarde (Peter Quint)
Megs Jenkins (Mrs Grose)
Michael Redgrave (El tío)
Martin Stephens (Miles)
Pamela Franklin (Flora)
Clytie Jessop (Miss Jessel)
Año: 1961
Duración: 99 min.
País: Reino Unido
Dirección: Jack Clayton
Guion: Truman Capote, William Archibald (Novela: Henry James)
Fotografía: Freddie Francis
Música: Georges Auric
Género: Terror. Intriga
Distribuidora: -
Tráiler de la 'Suspense'
Donde se puede comprar la película
- Deborah Kerr, Peter Wyngarde, Megs Jenkins (Actores)
- Jack Clayton(Director)
- Calificación de la Audiencia:Pendiente de calificación por edades
Sinopsis
Una puritana institutriz es contratada para hacerse cargo de la educación de dos niños huérfanos que viven en una apartada mansión rural. Pronto empieza a sospechar que los antiguos criados, muertos hace tiempo, ejercen todavía una perniciosa influencia en la vida de los niños. (Filmin)
Premios
- Festival de Cannes: Nominada a la Palma de Oro (mejor película). 1962
- National Board of Review: Top 10 mejores películas y Mejor director. 1961
- Premios BAFTA: 2 nominaciones incluyendo a Mejor película. 1961
- Sindicato de Directores (DGA): Nominada a Mejor director. 1961
- Sindicato de Guionistas (WGA): Nominada a Mejor guión drama. 1961
Donde se puede ver la película
Llega una institutriz
Una película tiene algunas bazas ganadas si desde los créditos iniciales introduce algún detalle imaginativo que parezca sugestivo y aumente nuestro interés en la historia que va a comenzar. Suspense pasa con nota ese requisito. Lo primero con los que nos encontramos al inicio de la película es con una pantalla completamente en negro mientras una fantasmal voz infantil canturrea una siniestra melodía. Después, en una especie de momento anticipatatorio, vemos a la protagonista de Suspense en un trance al que posteriormente tendrá que hacer frente.
Desde el luego el objetivo de captar nuestra atención desde el mismo instante inicial se consigue a plena satisfacción. La protagonista, por cierto, es la señorita Giddens (Deborah Kerr), que tras una entrevista de trabajo con el innominado personaje interpretado por Michael Redgrave, obtiene el puesto de institutriz de Flora (Pamela Franklin), la sobrina de este. Pronto lo será también de su sobrino Miles (Martin Stephens).
Los niños viven en la apartado mansión de Bly Manor, lejos del bullicio de Londres. Todo parece ir con normalidad e incluso felizmente, en los instantes iniciales. Sin embargo una concatenación de pequeños detalles y el comportamiento algo insólito de los niños hacen germinar en la mente de la señorita Giddens la idea de que algo extraño está pasando.
Los niños
Una de las estratagemas de Suspense para causarnos inquietud es mostrarnos que las cosas, o más bien las personas, no están exactamente donde deberían estar. O, concretamente, no son como deberían ser. La llegada de Miles, que ha sido expulsado del colegio, aumenta esta sensación. Tanto él como Flora en absoluto se comportan como niños, lo que los hace parecer inquietantes. El caso de Miles es el más llamativo, se comporta mostrando una galantería con respecto a la señorita Giddens fuera de lo común. Como iniciando un cortejo.
Precisamente una de las características de Suspense es presentar el erotismo, o incluso la sexualidad soterrada, que bullía en la sociedad victoriana donde se desarrolla la historia. En ocasiones de forma tan sutil, enormemente audaz. Otro rasgo de los niños es un ligero atisbo de crueldad que hace acto de aparición esporádicamente. Por ejemplo, ver deleitándose cómo una araña se come a una mariposa.
Por si fuera poco, a oídos de la señorita Giddens llegan historias truculentas sobre dos miembros de la antigua servidumbre que murieron en Bly Manor de forma extraña. Su comportamiento era bastante licencioso, lo que no fue obstáculo para que ejercieran un gran poder de fascinación sobre los niños.
La tensión en Suspense
Jack Clayton delinea una atmósfera tensa y tenebrosa que sirve de cimiento para todo lo demás. Nos llevará por la mansión de Bly dando largos paseos por los pasillos, sin prisa, dejando que lo extraño cale en nosotros. La fotografía es rigurosamente oscura y apenas hay un punto de luz en muchas escenas. Esta película es el sueño húmedo de cualquier aficionado al terror gótico. Además, Clayton no se corta en mover la cámara alrededor de los personajes, o de usar angulaciones oblicuas.
Otro elementos propio de Suspense en la siniestra visión de la infancia. Pocas cosas dan más miedo, cuando se utiliza bien, que unos niños de trasfondo inocente y comportamiento turbio, desconcertante. El guion se ocupa de mostrar una enorme cantidad de ambigüedad en torno a Flora y Miles, no sabiendo muy bien si son dignos de compasión o de temor.
Y, aunque parezca nimio, en el contexto de una película de terror no es baladí la introducción de algunos elementos concretos. Como por ejemplo una lúgubre canción infantil que, en los momentos precisos, puede llegar a poner los pelos de punta. La canción de marras se llama O Willow Wally, y fue compuesta ex profeso para Suspense. Tampoco se puede obviar en el apartado musical la sombría banda sonora de Georges Auric, que incorporaba de forma incipiente algunos sonidos sintetizados.
Terrores ambiguos
Uno de los mayores logros de Suspense es la ambigüedad y la variedad de lecturas que puede ofrecer. La historia se basa en una de las novelas más conocidas de Henry James, Otra vuelta de tuerca, aunque de forma interpuesta. Inicialmente la película tomaba como referente una obra de teatro llamada The innocents (que realmente es el título original de la película) escrita por William Archivald ,que adaptaba la novela de James. El propio Archivald escribió parte del guion, pero fue precisamente la falta de ambigüedad de la obra de teatro, que sí estaba una novela, lo que convenció a Clayton de una reescritura de la historia.
Para ello se contrató nada menos que a Truman Capote (que llegó a interrumpir su escritura de A sangre fría para esta tarea), que dotó al guion de un componente psicoanalítico casi freudiano. Haciendo referencia al título original de la película, no sabremos a ciencia cierta si los propios niños son inocentes, aunque algo raros, o si bien una influencia maligna de la casa está obrando sobre ellos.
También es importante la mirada de una excelente Deborah Kerr, que borda su personaje de institutriz victoriana, puritana en extremo, e hija de un tiempo de alta represión sexual. Que para el contexto de la película no deja de ser un detalle relevante. La intensa mirada de terror y de furiosa determinación de la actriz, nos hace reflexionar también sobre ella y sus actos. Se nos presenta como la alarma del mal, la descubridora de la influencia maléfica sobre los niños. Pero su talante no deja de parecer histérico, como si conformara su propia historia. ¿Es imaginario o sobrenatural el peligro que se cierne sobre los niños?
Algunas consideraciones sobre Suspense
Dentro de la ambigüedad de Suspense veamos algunas claves aclararatorias.
-Los sirvientes (Peter Quint y Miss Jessel), fallecidos en la casa, llevaban una vida impúdica, casi exhibicionista, que influyó, e incluso turbó, a los niños.
-La señorita Giddens desde el principio se nos presenta como una puritana de tomo y lomo. Empezando por mencionar a su padre reverendo, que no la dejaba jugar para escuchar sus sermones.
-Todo ello importa porque hay dos opciones. Que los temores de la señorita Giddens sean fundados y los antiguos y lujuriosos sirvientes hayan poseído a los niños. Esto explica, por ejemplo, la actitud tan galante de Miles, que incluso besa en la boca a la institutriz. Eso justificaría la cruzada espiritual para liberar a los niños del maléfico influjo.
-La otra opción es que la señorita Giddens sufra una especie de histeria a causa de un intenso caso de represión sexual debido a su puritana educación. De este modo al oír las historias sobre Quint y Jessel su mente inventó la idea de la posesión de los niños. Las visiones fantasmales que ve, las ve ella sola. Pero ¿siempre?
-No siempre. En una de las escenas de la laguna vemos en el mismo encuadre a Flora, la señorita Giddens y la aparición de la antigua sirvienta. Lo que parece indudable es que, haya explicación sobrenatural o no, los antiguos criados sí que influyeron a los niños.
-Es final es turbador y desafiante a más no poder. Deborah Kerr besando en la boca el cuerpo fallecido del niño. ¿Su histeria represiva ha hecho que se enamore de Miles, y es eso contra lo que realmente lucha? ¿Es la institutriz una luchadora por el alma de los niños? ¿O una integrista religiosa que produce la muerte de ambos?
Conclusiones de Suspense
Además de una atmósfera de lúgubre zozobra, Suspense juega con una serie de elementos ambiguos que dan una inquietante multiplicidad de lecturas a la historia. La película no duda en perturbar usando como herramientas una estupenda ambientación y unas actuaciones poderosas. Partiendo de una base de innegables raíces clásicas, Suspense contiene elementos de un atrevimiento casi perverso. Estamos ante un clásico digno de su estatus.
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