Synchronic. Los límites del tiempo es la última película de Justin Benson y Aaron Moorhead, dos directores que se han especializado en cine de ciencia ficción de pequeño presupuesto. Para esta ocasión el saldo en su cuenta bancaria es algo más abultado de lo que nos tenían acostumbrados. ¿Has sido capaces de gestionar cada dólar y ofrecer su mejor película? Estreno el 16 de abril en plataformas digitales (Prime Video, Apple TV, Rakuten, Google Play, Vodafone, Orange y Filmin).
Crítica de 'Synchronic. Los límites del tiempo'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Synchronic. Los límites del tiempo
Título original: Synchronic
Reparto:
Jamie Dornan (Dennis)
Anthony Mackie (Steve)
Ally Ioannides (Brianna)
Bill Oberst Jr. (Saqueador jorobado)
Betsy Holt (Leah)
Martin Bats Bradford (Animal Bob)
Kate Adair (Chica Crackhead)
Shane Brady (Travis)
Natasha Tina Liu (Christina)
Walker Babington (Conquistador)
Rhonda Johnson Dents (Enfermera Hall)
Año: 2019
Duración: 96 min.
País: Estados Unidos
Director: Justin Benson, Aaron Moorhead
Guion: Justin Benson
Fotografía: Aaron Moorhead
Música: Jimmy Lavalle
Género: Ciencia ficción. Thriller
Distribuidor: Vértice Cine
Tráiler de 'Synchronic. Los límites del tiempo'
Sinopsis
Noche tras noche, Steve (Anthony Mackie) y Dennis (Jamie Dornan), dos paramédicos de Nueva Orleans encuentran cadáveres cuya extraña muerte parece relacionada con una droga experimental. Poco tiempo después, mientras ambos se ven inmersos en sendas crisis personales, la sustancia se introduce en sus vidas, dando un vuelco a su percepción del tiempo y de la existencia. (Vértice Cine)
Dónde se puede ver la película
Una película asíncrona
Con agua o sin agua. En el yogur o partida por la mitad. Cada persona tiene su propio ritual a la hora de ingerir pastillas. Diríamos que conocemos los efectos de lo que tomamos antes incluso de que se deshagan en los ácido de nuestro estómago y afecten a nuestro organismo para placer de nuestro cerebro. Pero, ¿y si esa píldora funcionase más allá de nuestro cuerpo y no formase parte de una alucinación lisérgica? Estira la mano, ni pastilla azul ni roja, blanca. Se llama Synchronic.
Cada vez hay menos espacio para el viaje en el tiempo asombroso. El síntoma de la originalidad va quedando relegado a la creatividad audiovisual o al desarrollo narrativo y de personajes. Sin embargo, pocas veces la idea inicial, la base, es lo novedoso. Eso es justo lo que hace Synchronic, desplegar una idea nueva en el campo de los viajes en el tiempo. Lo hace desde un punto de vista propio del drama, género que va mutando a la ciencia ficción a medida que avanza el metraje.
Quizá las sensaciones que deja Synchronic no sean demasiado alentadoras en vista de ese germen del que surge todo lo demás: una droga permite a quien la tome viajar a otra época histórica. Lo mejor que posee su guion son las reglas con las que se rige la droga y el método, casi científico, por el cual el protagonista, interpretado por Anthony Mackie, descubre y nos hace descubrir las características de las pastillas en una secuencia interesante, bien planteada y con la inventiva que toda película de ciencia ficción debería tener. El guion, sin embargo, como una píldora ante un paciente alérgico, no acompaña a la premisa.
Efectos secundarios
Los diálogos entre los personajes protagonistas se sienten flojos y tópicos. Algunos clichés son sorteados por la relación que los personajes de Anthony Mackie y Jamie Dornan tienen entre sí. Estos dos personajes, dos paramédicos que se toparán con lesiones propias de otras épocas, sirven para asentar lo corriente dentro de lo fantástico, un entorno mundano en el que ya han trabajado sus directores en otras cintas. La energía de Mackie ayuda a impulsar un poco más el colegueo de ambos, pero no es suficiente para encontrar fuerza a un guion que trabaja demasiado la relación de unos personajes cuyas charlas suelen resultar intrascendentes y poco sugestivas.
Son las pastillas y la violencia inexplicable de su primera mitad la que nos mantendrá intrigados. Este suspense podría haber sido más embriagador si en la primera escena no revelasen la razón del misterio posterior. Cuestión de género, Benson y Moorhead quieren hacer una película de ciencia ficción, no de misterio; pero queda la sensación de que la primera mitad de Synchronic funcionaría mejor sin esa indiscreta primera escena.
Sin receta
El juego de planos es eficaz, aunque no destacable. Está dirigida como si se tratase de un drama; es decir: del modo más práctico para que la trama resulte verosímil. Le resta personalidad a la dirección, pero es un acierto. Lo mismo sucede con el color, algo desaturado para aportar seriedad y combinado con una dominante (normalmente amarillo) aburrida; no destaca, pero realiza su función.
La sensación que queda de Synchronic es la de una película irregular, entre ideas originales, pero con un desarrollo menos creativo de lo que cabría esperar. Si hacemos un traslado de esta afirmación a la puesta en escena, los problemas se agravan. No existe justificación para que uno de los elementos más importantes de la película sea tan simple que parezca obra de los alumnos de plástica de cuarto de primaria. Y aún menos tras asistir a varias épocas dentro de la película y descubrir una conseguida ambientación en términos de vestuario, maquillaje y entornos. ¿Entonces por qué una roca de importancia argumental, una simple roca, parece de papel maché? Este es un ejemplo de la falta de ponderación de Synchronic, algo que se puede adscribir a otros tantos apartados.
Conclusión de 'Synchronic. Los límites del tiempo'
Con tanta irregularidad puede germinar la idea de que Synchronic no es una película recomendable, y no es así. Siempre es bienvenido el trabajo sobre bases novedosas y el apoyo a nuevas voces dentro de un género normalmente destinado a los grandes presupuestos.
Lo irregular tiene dos vertientes, dos efectos secundarios en el prospecto de la pastilla, lo positivo y lo negativo. Y si es para superar la enfermedad del cinéfilo, ya sea con agua, sin ella o en el yogur, ¿no merecería la pena probar con Synchronic a ver si durante unas horas se nos cura la necesidad de cine?
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