Francis Galluppi es un director debutante que ha obtenido numerosos reconocimientos por su primera película: The last stop in Yuma County. Además de haber sido aclamada por el público, también la crítica especializada se ha volcado con ella, siendo galardonada en la Sección Órbita del Festival de Sitges en 2023. Está en la cartelera estadounidense desde el 10 de mayo, y se estrena el 18 de octubre de 2024 en salas de cine españolas.
Crítica de 'The last stop in Yuma County'
Resumen
Ficha Técnica
Título: The Last Stop in Yuma County
Título original: The Last Stop in Yuma County
Reparto:
Jim Cummings (El vendedor de cuchillos)
Jocelin Donahue (Charlotte)
Sierra McCormick (Sybil)
Nicholas Logan (Travis)
Michael Abbott Jr. (Charlie)
Connor Paolo (Gavin)
Alex Essoe (Sarah)
Robin Bartlett (Earline)
Jon Proudstar (Pete)
Sam Huntington (David)
Ryan Masson (Miles)
Faizon Love (Vernon)
Richard Brake (Beau)
Gene Jones (Robert)
Barbara Crampton (Virginia)
Robert Broski (Conductor de camión)
Año: 2023
Duración: 90 min.
País: Estados Unidos
Director: Francis Galluppi
Guion: Francis Galluppi
Fotografía: Mac Fisken
Música: Matthew Compton
Género: Thriller. Crimen
Distribuidor: Versión Digital
Tráiler de 'The Last Stop in Yuma County'
Sinopsis
Un vendedor ambulante de cuchillos está varado y obligado a esperar en una parada de descanso rural y de repente se encuentra en medio de una violenta situación de rehenes tras la llegada de dos ladrones de bancos que huyen después de un atraco reciente.
Dónde se puede ver la película en streaming
Déjà vu
En pocos minutos, Francis Galluppi nos sitúa en un lugar común del cine norteamericano independiente. Un vendedor ambulante de cuchillos, retenido en un restaurante de una zona rural en Arizona, se ve envuelto en una terrible situación tras la llegada de unos violentos atracadores al local. El protagonista es Jim Cummings (Thunder Road, 2018), uno de los actores más populares del nuevo cine indie estadounidense. El reparto está formado por figuras destacadas dentro de esta corriente como Jocelin Donahue, Richard Brake o Nicholas Logan, entre otros.
Galluppi está excesivamente preocupado por la estética del filme: el ambiente del Oeste, el polvo, el sudor, las armas y los tipos malos. La imagen es un placer visual que captura la cruda belleza del desierto y la intimidad claustrofóbica de un restaurante sin aire acondicionado. A modo de videojuego, cada personaje desempeña un papel fundamental en la narración y cada situación es más compleja, dramática e irresoluble que la anterior. Por tanto, The last stop in Yuma County cumple con su objetivo: sorprender al espectador con cada giro de guion y, sobre todo, nunca resultar aburrida. Se trata de una película de serie B de combustión lenta que, sin más pretensiones, se establece como una sangrienta aventura muy divertida.
Copiar al buen cine es hacer buen cine
Pero volvamos al lugar común. Ya has visto antes esta película. ¿Malos tiempos en El Royale? ¿Los odiosos ocho? Francis Galluppi no hace realmente nada nuevo, nada que contraste con lo que ya hicieron las películas citadas. Lo que sí hace es narrar cinematográficamente igual de bien que ellas. Posee un ritmo rápido y constante y, al mismo tiempo, goza de muy buenas interpretaciones; justo ahí es donde radica su fuerza, en las acciones que se muestran en pantalla mientras los personajes callan. Además, tiene la duración perfecta, sin excederse ni presumir innecesariamente de sí misma.
Por otro lado, en The last stop in Yuma County hay numerosos guiños cinematográficos: algunos muy evidentes, como el ya mencionado a Tarantino o al maestro del suspense, Hitchcock; y otros más delicados, por ejemplo, cómo menciona de pasada —pero con toda la intención puesta en el mensaje— una de las primeras películas de Woody Allen: Take the money and run (1969). Toda una declaración de intenciones que el protagonista lee en un juego del periódico al principio de la película, justo en el momento en el que los atracadores acaban de entrar al restaurante.
Conclusiones de 'The last stop in Yuma County'
The last stop in Yuma County es una película que mira a modelos clásicos del cine como Reservoir Dogs (1994) o Drive (2011). Tiene reflejos del humor ácido de los hermanos Coen, del lado sangriento y surrealista de Tarantino y destellos del western contemporáneo —que, con tan buena fortuna, está revalorizándose de nuevo en la última década—. La idea de partida es bastante clásica, el asedio a un restaurante perdido en una carretera estatal por dos peculiares ladrones. La cinta deslumbra gracias a una puesta en escena digna del gran cine, una especie de obra de teatro que sólo se permite salir de los límites del cuadro al final de la película.
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