La directora y guionista Ana Lambarri presentó en la 28 edición del Festival de Cine de Málaga su ópera prima titulada Todo lo que no sé, aunque ella sabe muy bien lo que hace, es decir, atreverse a hablar. Todo lo contrario que la protagonista, Laura, a quien da vida una estupenda Susana Abaitua (Desmontando a Lucía). Una joven muy inteligente, pero cuyo carácter reservado le impide expresar sus emociones.
Tampoco le va ayudar mucho su familia, formada por una madre egoísta, Ane Gabarain (20.000 especies de abejas), más preocupada de sí misma que en comprender a su hija. Una hermana autoritaria y controladora, Natalia Huarte (Las cartas perdidas) y un padre enfermo, Andrés Lima (Premio Max de Teatro), el único que empatiza un poco con ella. Se podrá ver en salas de cine españolas el 25 de abril de 2025.
Crítica de 'Todo lo que no sé'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Todo lo que no sé
Título original: Todo lo que no sé
Reparto:
Susana Abaitua (Laura)
Francesco Carril
Natalia Huarte
Ane Gabaraín
Stéphanie Magnin
Iñaki Ardanaz
Andrés Lima
Año: 2025
Duración: 113 min.
País: España
Director: Ana Lambarri
Guion: Ana Lambarri
Fotografía: Carlos de Miguel
Música: Alberto Torres
Género: Drama
Distribuidor: 39 Escalones
Tráiler de 'Todo lo que no sé'
Sinopsis
Laura a sus 35 años lleva una vida monótona, ayuda a su padre enfermo, trabaja en una tienda, comparte piso y pasa tiempo con su medio novio. Esta calma extraña se ve alterada cuando un compañero del pasado le propone retomar un antiguo proyecto en el sector tecnológico. Acepta para intentar conseguir el éxito. En este camino para recuperar una parte de ella que creía perdida, toma una serie de decisiones que tambalean su entorno enfrentándose al precio a pagar por priorizarse a sí misma. (39 Escalones)
Miedo al fracaso
¿Quién no ha sentido alguna vez miedo al fracaso? ¿Pensar que llevar a cabo alguno de nuestros proyectos fallará inevitablemente? Y no digamos si ya se ha intentado previamente con resultado, no solo negativo, sino además teniendo que pagar costosas consecuencias.
De esta manera comienza Todo lo que no sé. Laura, una joven especialista en programación de apps, sufre un estrepitoso fracaso en el diseño de un programa que podría ser la solución a muchas empresas. Se trata de almacenar los cientos o miles de datos que ocupan tanto espacio en los ordenadores.
Tras el tremendo golpe, su vida se limita a trabajar de dependienta en una conocida cadena de artículos electrónicos, libros y música. Aparentemente, lleva una vida tranquila, pero con unas relaciones muy tensas con su familia, como se puede apreciar cuando va a buscar a su padre para acompañarlo a sesiones de quimio al hospital.
Callar no siempre es otorgar
La incomunicación es un problema que distancia a las personas. No compartir nuestra visión de las cosas, no es únicamente cuestión de carácter, es decir, de timidez o pasotismo, sino de la inseguridad que genera la agresividad con la que nos tratan.
En Todo lo que no sé todos los personajes manifiestan, de una u otra forma, la dificultad en comunicarse. El espectador se reconoce en alguno de ellos. De hecho, se tiene la sensación de estar participando en escenas de la vida real. La discusión de las dos hermanas, Susana y Natalia, invita a reflexionar sobre la manera de tratar y hablar a nuestros seres queridos.
La fotografía también influye en aumentar la emoción que transmiten los actores. Se puede decir que una primera parte se rueda con cámara al hombro con la idea de estar muy cerca del personaje de Laura, sentir su agitación ante los acontecimientos. Posteriormente, se pasa a una cámara estática, encima de un trípode, para mostrar más armonía y calma.
El cine son emociones
Ana Lambarri consigue en Todo lo que no sé transmitir diversas emociones y de forma bastante real. Ansiedad, presión y la pérdida progresiva durante la enfermedad, son algunos de los aspectos que, en general, han sido reflejados en varias películas presentadas en el festival de Málaga. Quizás porque son emociones que nos agobian en el mundo que vivimos en la actualidad.
La evolución de los personajes también es algo relevante para mantener la atención del espectador. A veces, tener todo bajo control puede bloquearnos cuando todo estalla. Los desencuentros con los que nos rodean e incluso con nosotros mismos son complejos de gestionar. Por eso, el cine es un magnífico medio para empatizar y aprender de las reacciones de los protagonistas.
Conclusión de 'Todo lo que no sé'
Ana Lambarri acierta con su ópera prima, Todo lo que no sé, mostrando un combinado de emociones dejando muy buen sabor de boca. Una espléndida Susana Abaitua influye notoriamente a que así sea, aportando realismo y suscitando la empatía del espectador.
Un drama familiar en el que Ane Gabarain también interpreta de manera magistral a una mujer segura y controladora que ante ciertas dificultades, como la enfermedad de su esposo o la vulnerabilidad de una de sus hijas, no sabe muy bien como gestionar.
Una película que refleja la vida real de muchas personas que deben afrontar sus fracasos de la mejor manera posible y a las que la propia familia, a menudo, no se lo ponen fácil.
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