En 2016, por las carteleras de medio mundo pasó sin pena ni gloria un film del maestro del cine independiente Richard Linklater, que, pese a ser publicitado como "la secuela espiritual de Movida del 76, no llegó a recuperar el coste de la producción. Sin embargo, fue un fracaso completamente injusto, porque Todos queremos algo es un notable ejercicio de nostalgia; una exploración de la juventud con un reparto coral que incluye a Blake Jenner, Glen Powell o Zoey Deutch, y que puede ser rescatado del anonimato en Filmin.
Crítica de 'Todos queremos algo'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Todos queremos algo
Título original: Everybody Wants Some!!
Reparto:
Blake Jenner (Jake)
Juston Street (Jay)
Ryan Guzman (Roper)
Tyler Hoechlin (McReynolds)
Wyatt Russell (Willoughby)
Año: 2016
Duración: 116 min
País: Estados Unidos
Dirección: Richard Linklater
Guion: Richard Linklater
Música: The Cars, Blondie, Dire Straits, Frank Zappa, Van Halen, Kool and the Gang, The Knack, Cheap Trick y Pat Benatar
Fotografía: Shane F. Kelly
Género: Comedia
Distribución: Avalon Films
Tráiler de 'Todos queremos algo'
Donde podemos comprar la película
- Blake Jenner, Glen Powell, J Quinton Johnson (Actores)
- Richard Linklater (Director)
- Calificación de la Audiencia: Pendiente de calificación por edades
Sinopsis de 'Todos queremos algo'
El director de "Boyhood" nos transporta con Todos queremos algo a los años 80. Jake llega a la Universidad de Texas en su deportivo, con las ventanillas bajadas y la música a todo volumen. Le esperan sus nuevos compañeros del equipo de beisbol. Quedan sólo unos días para arranque el curso, pero piensa aprovecharlos. Unos días para conocer chicas, ir a fiestas y hacer amigos. (AVALON FILMS).
Dónde se puede ver la película
Un comienzo deslumbrante
En un flamante deportivo azul, con la guitarra arrolladora de My Sharona marcando el ritmo por una carretera infinita, y el brillo en los ojos de quien tiene toda una vida por delante. Así llega Jake a la Universidad de Texas, donde convivirá en una casa con sus compañeros del equipo de béisbol. Quedan tres días para el comienzo de las clases, y nadie quiere perderse un minuto de la vida independiente que tanto ansiaban en el instituto: fiestas, chicas, drogas y litros y litros de alcohol.
Estamos en 1980: la música disco suena mientras los chavales embadurnan sus camisas con colonia antes de salir de fiesta. El objetivo es ligar, emborracharse, pasar un buen rato. En Todos queremos algo las consecuencias no importan. Linklater recuerda con un deje melancólico sus años de universidad, años sin preocupaciones previos a la adquisición de responsabilidades. Así, crea una comedia adolescente con personajes ingeniosos y trastadas a lo Desmadre a la Americana. No hay crítica social, ni dramas profundos, solo un deseo de celebrar la libertad de esta etapa de la vida.
La búsqueda de la identidad
El director de títulos como Boyhood o la trilogía Before indaga en dos retos con los que se enfrenta todo novato universitario: sobrevivir sin padres y adaptarse al entorno. De esta manera, en Todos queremos algo reflexiona a través del equipo sobre las dinámicas de grupo, con unos deportistas muy competitivos tanto en el campo de béisbol como en la cantidad de caladas seguidas a un porro. Todos quieren encajar, demostrar que son los más ligones, los más valientes o los mejores jugadores. En consecuencia, muchas veces fingen ser quienes no son, adoptando roles que muchas veces mantendrán a lo largo de sus vidas.
No obstante, los deportistas también desarrollarán una intensa camaradería, ya que forman una familia en la que todos se defienden mutuamente, el tipo de amistad profunda que surge cuando se está enfrentado a dificultades. Su alegría de vivir se transmite al espectador, que los percibe como amigos suyos y que se reconocerá en muchas anécdotas del equipo. Además, el propio protagonista -pobremente interpretado por un inexpresivo Blake Jenner- vive una historia de amor propia del cine de Linklater, al conocer a una chica culta que contrasta con el ambiente bruto de su equipo. La vida es bonita y quedan muchos meses para los exámenes.
La firma de Linklater
Uno de los puntos fuertes de la película es la ambientación. Los años 80 se respiran gracias al conseguido estilismo de los personajes, las discotecas y, sobre todo, una genial banda sonora que incluye imprescindibles como Blondie, Van Halen, Jermaine Jackson o los Dire Straits. Sin embargo, algunas escenas flaquean por la sensación de artificialidad de las fiestas, una de las situaciones más difíciles de plasmar en una pantalla de forma realista.
Si bien Movida del 76 fue la película sobre el instituto de Linklater, y tiene semejanzas con Todos queremos algo, no conviene esperar más de lo mismo. El director destaca por la variedad de sus trabajos, que van desde el musical en Escuela de Rock hasta la denuncia de Fast Food Nation, y se distancia de su "pariente espiritual" mediante su actitud optimista y alegre ante la vida. Pese a ello, sí que tiene un punto en común con toda la obra del texano: la intención de capturar un instante de la vida para ser recordado con una sonrisa melancólica.
Conclusión
Todos queremos algo forma parte del selecto grupo de películas que te hacen sentirte nostálgico de una época y un lugar en los que nunca viviste. Pese a algunos diálogos que chirrían y algunas escenas que resultan artificiales, merece la pena rejuvenecer y viajar en el tiempo de la mano de uno de los grandes directores de nuestra época.
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